Argentina: La lucha continúa
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Combatiendo a las estadísticas
El 15% de los argentinos vive con 65$ por mes
Colecitvo Nuevo Proyecto Histórico
No sólo aumentó la brecha entre los rico y pobres, los datos del INDEC,
ahora cuestionado por Kirchner y Miceli (probablemente los cambien para que sean
inocuos) son la mejor denuncia contra este modelos explotador basado en salarios
bajos, precariedad laboral, trabajo en negro y alto desempleo.
El 40% de pobres. Solución populista: modifiquemos las estadísticas
Más de 6 millones de personas —que equivalen a 15,2% de la población total—
viven, en promedio, con 65 pesos por mes (o 2,17 pesos por día). En la otra
punta, 2,4 millones —que viven en el 10% de las familias más ricas— disponen de
2.226 pesos por mes, según los datos del INDEC del tercer trimestre de 2005
proyectados a todo el país.
Así, mientras la brecha de ingresos de la población entre el 10% más rico y el
10% más pobre es de 31 veces, como informó ayer NPH, si se compara por los
hogares esa distancia sube a 34,2 veces. Eso se debe a que en los hogares pobres
vive más gente (5 personas por hogar) que en las familias ricas ( 3 por
vivienda).
Respecto del trimestre anterior, la franja más pobre de la población obtuvo, en
promedio, una mejora de 6 pesos por mes: pasó de 59 a 65 pesos.
En el otro extremo de la pirámide, cada integrante del 10% más rico de los
hogares acrecentó su ingreso en 539 pesos por mes: pasó de 1.687 a 2.226 pesos.
Esta diferencia explica por qué la brecha en la distribución de los ingresos se
fue ampliando.
Si se amplia esta radiografía de ingresos, surge que el siguiente 10% de las
familias de menores recursos —equivalente a 5,1 millones de personas— vive, en
promedio, con 135 pesos mensuales o 4,50 pesos por día.
De esta forma, actualmente hay 11 millones de personas —que conforman más de 2
millones de familias— que viven con menos de $ 170 mensuales.
Estas familias están compuestas por miembros desocupados, beneficiarios de
planes sociales, una parte de asalariados en negro, cuentapropistas informales y
trabajadores en blanco con sueldos bajos. Ni hablar de la extensión del trabajo
infantil y la altísima desprotección del trabajador en el campo. Y esto explica
los niveles actuales de pobreza, que alcanzan al 38,5% de la población, según la
última medición del INDEC. Además, si no existiesen los planes sociales con
ayuda monetaria, la brecha de ingresos sería más amplia.
Como al neopopilismo de Kirchner le duelen las propias estadísticas del estado
burgués, simplemente se propone o eliminarlas (como Trujillo en la República
Dominicana) o modificarlas.
¿Combatiendo a las estadísticas?
Ya sufrimos una censura institucional en las últimas elecciones, cuando la
empresa INDRA, por primera vez, ocultó los votos en blanco y la abstención para
ocultar la creciente y enorme insatisfacción con el "Capital-Parlamentarismo".
Ahora el objetivo de este fascismo débil es el INDEC. La ministra de Economía,
Felisa Miceli, puso en tela de juicio los datos que el INDEC difundió el
miércoles sobre un empeoramiento de los registros sobre la distribución del
ingreso. "La metodología que utiliza el INDEC, que todavía no ha podido ser
modificada pero que será modificada próximamente con estudios que se están
realizando, no incluye todo el esfuerzo que hace el Estado en mejorar la
distribución del ingreso. Solamente toma en cuenta el ingreso monetario", señaló
durante un conferencia de prensa en la Casa de Gobierno.
Según el último informe oficial, en el tercer trimestre del año pasado el 10 por
ciento más rico de la población tuvo ingresos 31 veces superiores al 10 por
ciento más pobre. De esto surge que se habría ampliado la brecha entre ricos y
pobres, que entre fines del 2001 y el segundo trimestre del 2005 se había
ubicado entre 25 y 30 veces.
Pero la ministra aclaró que el resultado de esa medición obedece en parte a "un
resabio metodológico de los años 90, donde evidentemente el Estado no estaba
presente".
"El Estado no construía viviendas para la gente, no entregaba gratuitamente
remedios a través de un plan absolutamente general como es el Plan Remediar,
estaba ausente de la cobertura del desarrollo social y de la educación pública",
explicó Miceli. Podría haber agregado que tampoco se compraba votos con
electrodomésticos o a piqueteros con cargos intrascendentes.
Esta no es la primera vez que un funcionario nacional polemiza con las cifras
del INDEC, que depende del Ministerio de Economía. En 2003, el entonces ministro
Roberto Lavagna descalificó las mediciones sobre pobreza. Incluso, durante
varios trimestres emitió informes paralelos a los del organismo oficial. Varios
años antes, cuando todavía reinaba la convertibilidad y la desocupación iba en
ascenso, Carlos Menem desde su función de Presidente también criticó al INDEC,
en ese caso por estar en desacuerdo con los datos sobre la evolución del empleo.
Respecto de la metodología que usa el organismo, ayer Miceli insistió: "En todos
los países del mundo se incluyen las políticas públicas que hacen reducir la
brecha distributiva, menos en la Argentina".
Por eso, según la ministra, "los números que se registran en cuanto a
diferencias monetarias están muy amortiguadas por esta inclusión del gasto
social, que se ha retomado con mucha fuerza a partir de mayo del 2003 y va en
crecimiento permanente porque todavía son muchas las obligaciones del sector
público con los sectores más desprotegidos de la población".
Ayer, Miceli resaltó que el objetivo final del Gobierno "es mejorar la
distribución de ingresos en la Argentina; no queremos un país donde haya
diferencias tan importantes entre los distintos actores económicos". Pero, como
los indices no mejoran, cambiemos los indices, así como cambiamos la información
electoral. O sea: para el populismo si la realidad no coincide con sus
estadísticas, peor para la realidad. Ya no se trata de combatir al capital, sino
a las neutras y exactas estadísticas...Volvió Apold, el Goebbels de los
cincuenta?