Argentina: La lucha continúa
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Colonialidad del poder
Editorial del sábado 28 de enero de 2006
Jorge Eduardo Rulli
Horizonte Sur en Radio Nacional AM
Los FSM, Foros Sociales Mundiales, han sido hasta ahora un espacio donde
expresar la diversidad de los movimientos populares y la tolerancia entre las
diferentes formas y métodos de lucha. Los Foros a lo largo de estos años
impactaron sobre el imaginario de las izquierdas al develar las diversas
manifestaciones de la colonialidad del poder. Es decir, de la
persistencia de patrones del orden colonial, tales como el del machismo, el
eurocentrismo, el urbanismo, el academicismo, el vanguardismo y el del color de
la piel, como formas larvadas del dominio y de las relaciones de poder
naturalizadas. Y fue una de las más importantes tareas de los Foros poner en
descubierto esta naturalización de los mecanismos de dominio y denunciarlos.
Este aspecto de los Foros, los transformó en caja de resonancia de innumerables
voces silenciadas y le imprimió un carácter revulsivo y contestario.
Sin embargo, fue tal vez más importante y trascendente para los Foros el tema de
la traducción, es decir el cómo en cada caso, expresar lo propio para ser
comprendido por los otros. El esfuerzo de hacerse comprender nos abre a un
ejercicio de la alteridad, nos obliga a comprender y también, aceptar, la mirada
del otro, y ese es un viaje de ida y vuelta en que nunca volvemos igual. Este
efecto multiplicador del diálogo y del esfuerzo de traducirse mutuamente para
ser comprendidos, no fue suficientemente valorado hasta ahora por quienes
condujeron los Foros y muchas veces los Foros aparecieron más como infinitas
sumatorias de fragmentos diversos que como una pieza musical única o armónica
guiada por la misma melodía.
A poco andar los participantes del Foro descubrimos el poder de la
colonialidad, también entre las grandes redes que conducían los foros,
estableciéndose relaciones de poder y de exclusión a contrapelo de todos los
discursos y en desmedro de las organizaciones pequeñas. Hoy el Foro en su VI
gran encuentro en la ciudad de Caracas, vive una profunda crisis de la que no
sabemos cómo habrá de emerger aunque todos confiamos en las propias fuerzas de
la diversidad y del imaginario del conjunto para hallar un camino correcto.
Ramonet, uno de los padres del Foro, ha propuesto públicamente, tanto en su
último editorial en Le Monde como ahora en las reuniones del Foro, el
transformarlo en una gran asamblea de los Pueblos, en una especie de parlamento
de los movimientos sociales. He allí entonces, una propuesta que otra vez nos
remite a resolver una de las causas de la creciente despolitización del Foro, en
el sentido de no producir consecuencias prácticas o propositivas acordes con las
preocupaciones y necesidades de los participantes y en transformarse en un gran
escaparate de voces múltiples pero también, y lamentablemente, de las vanidades
de las izquierdas.
Podemos pretender cambiar el mundo sin tomar el Poder, pero no podemos dejar de
plantearnos seriamente el gran tema del Poder. Muchos de los participantes del
Foro este año son funcionarios de diversos gobiernos progresistas y populistas a
lo largo y ancho del Continente, en una tendencia de modelos que promete
multiplicarse, sin embargo, tal como bien sabemos, muchos de esos nombramientos
distan mucho de haber satisfecho las expectativas que se depositaron en ellos.
El hecho de no poder expresarse propuestas en los Foros, que se carezca de un
nivel de toma de decisiones e inclusive que sea difícil interpelar o abrir
debates desde el Foro con la dirigencia que maneja poder, dificulta la expresión
y la posible resolución de estos nuevos problemas. Sin embargo, el potencial
revolucionario del Foro se hizo oír en estos días intensos de Caracas, en las
muchas voces que nos recordaron que la transformación social ya no cuenta con un
tiempo infinito por delante, que lo que tenemos que hacer o sea detener al
Capitalismo Globalizado, lo hacemos ahora o no lo haremos nunca, porque el
tiempo del planeta se acaba. Que el sueño de un progreso ilimitado tanto de
izquierdas como de derechas, y el mandato heredado de dominar a la Naturaleza,
está a punto de concluir con una estruendosa victoria del hombre y que esa
victoria tan cercana, significará ineluctablemente el fin de la especie y quizá
de la vida sobre la Tierra.
Si para el Socialismo del siglo XIX los factores decisorios fueron el Capital,
el trabajo y la renta de la tierra, hoy venimos a descubrir que ese discurso fue
también parte de la modernidad, de una modernidad de la que sólo conocimos su
lado oscuro, su peor costado, y que concluyó para los países centrales pero no
para muchos de nuestros líderes progresistas que, asumen tardíamente y como un
postrero mandato de la historia, ser ahora "desarrollistas" para consumar en la
periferia del mundo, aquellos anacrónicos sueños de progreso a costa de nuestros
mejores sueños de una vida mejor. Y no me estoy refiriendo sólo a las papeleras
del Río Uruguay sino también a proyectos faraónicos como el gasoducto entre
Venezuela y la Argentina, proyecto de imprevisibles y seguramente devastadores
impactos sobre las zonas de continente de mayor biodiversidad. Ellos, nuestra
dirigencia política, no comprenden, y quizá por su formación de izquierda en los
años setenta en adelante, no pueden o les cueste mucho comprender que, hoy son
los recursos naturales el factor central a tener en cuenta en toda gestión de
gobierno, y que de la defensa de esos patrimonios surgen las nuevas
manifestaciones de la resistencia y de la lucha por la vida sobre la Tierra,
luchas que también, se expresaron con fuerza y con lucidez, en las jornadas de
este Foro en la ciudad de Caracas.
Y por último, como colofón de este rápido panorama del VI Foro que, seguramente
adolece como toda mirada de un acontecimiento tan vasto y tan complejo, de ser
una visión parcializada, y como expresión de esperanzas, digamos que en el día
de ayer en Caracas se manifestaron unos cuatrocientos miembros de poblaciones
indígenas de la Sierra de Perijá, en contra de los proyectos gubernamentales de
explotación carbonífera en sus tierras ancestrales, proyectos destinados a
alimentar el inagotable mercado de la energía de los Estados Unidos. Y digamos
también, que pese a la adhesión que despierta la figura del Presidente Chávez
para el común de los latinoamericanos que participan del Foro, fueron muchísimos
los que abandonaron los talleres para sumarse a una marcha de protesta que viene
a instalar con fuerza los nuevos desafíos, comprender que ya no puede haber
proyectos sociales sin preservación de los ecosistemas y que hablar de nuevos
Socialismos sin una comprensión y un acabado respeto por la Naturaleza se
transforma inevitablemente en un divague discursivo de peligrosas
consecuencias..
Jorge Eduardo Rulli
Horizonte Sur en Radio Nacional AM
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