Pasaron tres meses desde que secuestraron y desaparecieron al compañero Jorge Julio López, tres meses sin respuestas por parte del gobierno nacional que, apoyado por ciertos sectores de los organismos de derechos humanos, sigue sin pronunciar la palabra "detenido desaparecido", pero que no vacila en reprimir un escrache a la casa de uno de los tantos genocidas que siguen gozando de prisión domiciliaria y manejan empresas de seguridad privada. Amenazas telefónicas, grabaciones, fichajes, torturas... la ola de violencia hacia el campo popular continúa, y no parece terminar cuando sale a la luz que dentro de la bonaerense se encuentran 9 mil efectivos que ingresaron a esa fuerza durante la dictadura militar.

No vemos voluntad por parte del gobierno nacional de resolver esta desaparición que nos afecta a todos los HIJOS de esta misma historia, todos padecemos el secuestro del compañero, el que cuando tuvo que contestar en el juicio a Etchecolatz a la pregunta de cuál era su trabajo antes de su desaparición, contestó con tanto orgullo: "Era Montonero". Otro compañero desaparecido, y parecía impensable hasta hace unos meses atrás tener que volver levantar una bandera con la consigna de "Aparición con vida YA!", al igual que en los años de dictadura, cuando las Madres y Abuelas pedían por sus familiares con vida.

La continuidad histórica de la represión aparece hoy en una de sus formas más violentas, padecemos las consecuencias económicas y sociales impuestas por la dictadura de las que se han aprovechado los gobiernos "democráticos" de Alfonsín, Menem, De La Rúa, Duhalde y Kirchner, y hoy sufrimos al igual que en los ‘70 una de las formas más crueles de ataque al campo popular, que es la de la desaparición forzada de personas. Este año se ha logrado, gracias a un juicio impulsado desde el campo popular, que se condene a Etchecolatz a prisión perpetua en cárcel común por los delitos ejecutados en el país en el marco de un genocidio, y debemos continuar en esta lucha por justicia para que los crímenes cometidos contra los compañeros no sigan impunes.

Por eso seguimos luchando, estamos en las calles, con movilizaciones, cortes de ruta, escraches, porque creemos que la lucha por la aparición con vida del compañero tiene que combinar la pelea desde la justicia con la de las calles; porque no nos rendimos, como no se rindieron los compañeros en los ‘70; porque Julio López no se rindió y declaró en el juicio; porque es nuestro deber continuar con la lucha contra la impunidad, por la Justicia para López, para las víctimas de gatillo fácil, para Maxi, Dario, y tantos más.

Parecen unirse las fechas: 3 meses de la desaparición de López, 5 años del 19 y 20 de diciembre. Es la misma lucha de un pueblo que sigue peleando porque no se deja engañar por los discursos de un gobierno que se ha cansado de prometer lo que nunca cumplió y hoy simplemente reprime las luchas de los universitarios, los trabajadores, los desocupados, del pueblo... Estamos todos unidos en esta lucha, porque reivindicamos la lucha de los compañeros de los ‘70, porque reivindicamos nuestras formas de lucha que son las del pueblo, porque seguimos creyendo que otra sociedad es posible y para eso debemos seguir cortando rutas que nos permitan abrir nuevos caminos.

Aparición con vida de Julio López,

Nulidad de los indultos,

Juicio y Castigo a los genocidas y sus cómplices en cárcel común y efectiva,

Libertad a los presos políticos,