Argentina: La lucha continúa
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Ocupación y pobreza, crecimiento e indigencia
El aumento de la ocupación se asienta sobre un mayor grado de desigualdad
social, explotación laboral y concentración de la riqueza
Fabiana Arencibia
Red EcoAlternativo
Hace unos días el gobierno anunció que estamos a punto de perforar la barrera de
los dos dígitos: el índice de desocupación en el primer semestre del año llegó
al 10,4 por ciento, casi un millón 200 mil personas.
Como venimos diciendo en otros artículos, los datos estadísticos no deben
analizarse desvinculados entre sí porque las conclusiones pueden resultar "exitistas".
En primer lugar este índice no considera como desocupados a quienes reciben
algún plan de empleo por el que se les paga $ 225,.-. Si así fuera, se elevaría
al 12,8%, lejos aun de la perforación anunciada.
Además, una cantidad similar a las personas desocupadas trabaja menos de 35
horas semanales en lo que los índices registran como subocupación.
Por otro lado, la muestra del INDEC fue tomada en las 28 ciudades más
importantes del país. Pero, según el propio organismo, si la muestra se extiende
a la población total, casi 4 millones de personas aparecen con problemas de
empleo.
Datos del Instituto de Estudios y Formación de CTA muestran una interesante
comparación entre 1998 - período en que se inició la última crisis- y la
actualidad. Mientas se generó un 18 % más de riqueza que entonces (PBI) hoy
tenemos: medio millón más de desocupados, 1 millón 200 mil más trabajadores en
negro, casi 4 millones 300 mil pobres y 2 millones 700 mil indigentes más, la
brecha que separa el 10 % mas rico con el 10 % más pobre pasó de 22,8 veces a
29,9 %, el ingreso medio de los ocupados cayó casi un 24 % y la relación entre
el ingreso medio y el costo de la canasta básica que mide la pobreza empeoró un
25 %.
En síntesis, hay un mayor nivel de producción, que trae como consecuencia mas
empleo, pero que se asienta sobre un mayor grado de explotación laboral y mayor
riqueza en pocas manos.
Los datos oficiales muestran, además, la disminución de la pobreza y la
indigencia: poco mas de 7 millones de personas son pobres y más de 2 millones y
medio indigentes.
Pero veamos como se arman estos números. Según las estadísticas, si una familia
tipo logra reunir por mes 860 pesos (276 dólares), deja de ser considerada pobre
y si apenas llega a los 390 pesos (125 dólares) no será registrada como
indigente.
En el primer caso, para no ser pobre, cada uno de los cuatro integrantes debería
gastar por día 7 pesos (2.25 dólares) para comer, movilizarse, comprar algún
medicamento, contribuir al alquiler y al pago de la luz, el gas, etc ,etc. Todo
eso con 2.25 dólares diarios.
En el segundo caso, debería poder alimentarse con 3.25 pesos diarios, o sea que
si reúne 1 dólar y centavos, deja de ser indigente.
Estos índices ponderan distintas realidades de nuestro extenso país. En zonas de
las provincias de Chaco, Corrientes, Catamarca, Jujuy, Formosa, Tucumán,
Santiago del Estero y Misiones más de la mitad del pueblo es pobre. En la
provincia más poblada del país, Buenos Aires, el 34.5 por ciento es pobre.
Ocupación y pobreza, crecimiento económico e indigencia, son caras de un mismo
análisis. Quizás pronto habremos perforado la desocupación de dos dígitos,
"éxito" que se asentará sobre un cuadro de empobrecimiento, exclusión,
marginalidad y desigualdad