Argentina: La lucha continúa
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Rebelión
Andalgalá es una pequeña ciudad de la norteña provincia de Catamarca, al
norte del país. Es un pequeño oasis regado por el río Andalgalá al pie de las
estribaciones más meridionales de la Sierra de Aconquija, cubiertas de selva
subtropical y al norte del Campo de Belén, un espacio desértico. Sus 14.000
habitantes están en pie de guerra, una serie de violentos incidentes con la
policía que a finales del mes pasado enmarcaron la apertura del Segundo
Encuentro de Industrias, Proveedores y Empresas Mineras.
La batalla campal se inició cuando unos manifestantes intentaron pasar al lugar
en el que se realizaba el acto inaugural del evento, en el que participaban
representantes de empresas del sector y representantes políticos, y la policía
les impidió el paso.
Según los organizadores de la protesta, más de 300 manifestantes de diversas
organizaciones contrarias al saqueo y la contaminación minera, se dieron cita
para repudiar un encuentro de proveedores mineros, en el marco de presentación
del proyecto Agua Rica.
Los gerentes de Barrick Gold, de BHP, Xtratta, representantes de la Cámara de
empresarios mineros, el vicegobernador de Catamarca, el gobernador Maza de La
Rioja, el Secretario de Minería de la Nación, el Director de Minería de la
provincia de Catamarca, varios intendentes y concejales de la provincia de
Catamarca se dieron cita en un salón Municipal alejado a 3 kilómetros de la
ciudad de Andalgalá.
A las afueras del recinto se veían banderas de los manifestantes antimina de
Famatina, de los grupos autoconvocados de Andalgalá, Belén, Santa María,
ambientalistas de Tucumán y hasta representantes de las asambleas de
Gualeguaychú, de los pueblos originarios diaguitas, calchaquíes junto a sus
caciques, el grupo Belén Resiste y el Polo Obrero, con sus representantes de la
capital de la provincia y Aconquija.
Una comitiva integrada por los representantes de las organizaciones solicitó
pasar al salón de reuniones y comenzó la lluvia de golpes contra los
manifestantes por parte del cuerpo de Infantería de la policía de la provincia.
La manifestación decidió ir a la plaza de Andalgalá, donde se hizo un acto con
la participación de una decena de oradores y a la que se sumaron numerosos
vecinos.
La contaminación minera
Las empresas mineras en Catamarca, en la zona de Andalgalá, están contaminando
de tres formas diferentes. Una es el mineroducto de más de 300 kilómetros que
comunica Catamarca con Tucumán, que se rompió y terminó contaminando con cromo y
cobre, el río Dulce Salí. A tal punto que pagó una indemnización muy grande Bajo
La Alumbrera. La otra forma son los drenajes, hoy existen 14 equipos de
retrobombeo, tratando de recuperar los ácidos que se escapan hacia las capas
inferiores, pero esa contaminación llegó a Termas de Río Hondo, en Santiago del
Estero. La otra contaminación fue parecida, utilizaron cal de San Juan que
contiene estroncio, y se contaminaron las aguas. Los campesinos de Andalgalá (al
principio 16 familias, ahora todo el pueblo) hicieron una demanda, porque el
agua no se puede tomar y los cultivos se pudren.
En cuanto a impacto en la salud que se detecta en la zona aledaña a la
explotación de la mina, se encuentra: el aumento de los índices de cáncer
(especialmente entre los niños), las afecciones bronco-pulmonares y las
enfermedades de la piel.
Sin embargo hay un factor determinante de afecciones muy graves, como es el
aumento de la presencia de metales pesados en sangre, a través de la ingesta del
agua, los vegetales y la carne contaminada con dichos elementos (plomo, zinc,
cromo, vanadio, azufre, arsénico, cobre y muchos más). Esta circunstancia
desgraciadamente no es notada hasta que el problema es grave, ya que no se
detecta en exámenes de sangre comunes y por otro lado la acumulación de dichos
metales es lenta y solo detectable mediante estudios específicos y después de
varios años de ingestión de los mismos.
También debemos considerar los cambios en dieta tradicional de la zona, ya que
con la desertificación, desaparición de especies autóctonas y contaminación de
productos locales, los habitantes del área deben recurrir a alimentos no
tradicionales y ello también significa un riesgo de desequilibrio alimentario y
la consiguiente aparición de anemias, desnutrición y/o falta de defensas para el
organismo.
Asambleas vecinales
Los vecinos de esta pequeña ciudad no se han dejado amedrentar y han constituido
la Asamblea Ambientalista Catamarqueña por la Defensa de los Recursos Naturales,
conformada por reconocidos docentes pertenecientes a la comunidad universitaria,
representantes de organizaciones sociales, de Derechos Humanos, residentes del
oeste catamarqueño, grupo Belén Resiste, de la red C.A.M.A., y autoconvocados
contra los servicios privatizados.
La Asamblea decidió pronunciarse en contra de la instalación de la Minera Agua
Rica ya que entendía que la explotación minera se presentaba con matices
fraudulentos ya que, no solo no solucionaba los problemas económicos sociales,
sino que los profundizaba más.
El proyecto minero Agua Rica se pretende instalar a menos de 20 kilómetros del
de Alumbrera y a 15 kilómetros de la ciudad de Andalgalá. A escasos 10
kilómetros se proyecta el Emprendimiento Filo Colorado, en las alturas mismas
del Aconquija, cerro sagrado de las tradiciones originarias y que es el
principal proveedor de agua del cañón del Ambato y valle Central y el principal
regulador de su ecosistema.
Esta entrega irracional de los recursos naturales en nombre de "las
inversiones", importa la creación de una zona minera privada, que significaría
aproximadamente una décima quinta parte del total del territorio catamarqueño, y
es donde se encuentra el depósito de mayor riqueza mineral.
Finalmente, la asamblea de vecinos advertía que las experiencias de minería a
gran escala, tal y como se quiere implantar en su departamento, generaba graves
impactos ambientales por contaminación del aire, aguas superficiales y
subterráneas, pérdida de biodiversidad, erosión del suelo y daño al paisaje.
Mostraban su preocupación por el impacto cultural, que podía provocar la pérdida
de identidad o desarraigo, en el patrimonio antropológico y arqueológico, en lo
económico, por la desaparición de la economía regional y el agotamiento de los
recursos naturales, el impacto social o político social.
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