Argentina: La lucha continúa
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Brasil-Argentina
Deseos de más equidad en Mercosur
Mario Osava
IPS Noticias
Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Néstor Kirchner, de
Argentina, acordaron este miércoles en Brasilia reunirse cada seis meses y
tratar de forma "más generosa" a los países miembros del Mercosur más pequeños,
Paraguay y Uruguay.
En su primera visita de Estado a Brasil, Kirchner, ya en su tercer año de
gobierno, y el presidente brasileño trataron de despejar las incertidumbres
sobre los rumbos del Mercosur (Mercado Común del Sur), compuesto por esos cuatro
países.
Lula destacó la necesidad de "generosidad con los hermanos menores", mientras su
par argentino llamó a "un ejercicio conjunto para atender los reclamos" de
Paraguay y Uruguay, con un "tratamiento más profundo de las asimetrías".
De este modo ambos respondieron a las quejas de Uruguay respecto de las
dificultades de funcionamiento del Mercosur y su consecuente amenaza de buscar
nuevos mercados, incluso con una posible negociación de un acuerdo de libre
comercio con Estados Unidos, principal mercado importador de sus productos.
Pero las asimetrías que más atormentan al Mercosur se dan justamente entre sus
socios mayores, con Argentina quejándose de desequilibrios en el comercio
bilateral, provocados por una "invasión" de productos industriales brasileños.
En los últimos años hubo disputas comerciales, con amenazas de restricciones
argentinas forzando acuerdos sectoriales para que Brasil limite sus
exportaciones de calzados, textiles y equipos electrodomésticos, como
refrigeradores y cocinas, entre otros productos.
La cuestión pendiente, negociada entre los ministros del área económica de ambos
países, es una Cláusula de Adaptación Competitiva, como los argentinos
denominaron la aplicación de medidas de salvaguardia, es decir de protección del
mercado interno, cuando ocurra un gran aumento de importaciones de un
determinado producto.
Es un acuerdo que deberá ser cerrado este mes, como parte de los compromisos
firmados por Lula y Kirchner en noviembre, cuando se encontraron en Puerto
Iguazú, fronteriza ciudad argentina, para celebrar los 20 años del acercamiento
bilateral que condujo a la creación del Mercosur.
La industria argentina, principalmente, se queja de desequilibrios comerciales
que se agravaron en los últimos años, después del colapso económico sufrido por
su país a fines de 2001.
El comercio bilateral, que alcanzó 16.154 millones de dólares el año pasado,
arrojó un pesado déficit para Argentina, de 3.676 millones de dólares, según
estadísticas brasileñas.
Además las exportaciones brasileñas, cuyo total fue de 9.915 millones de dólares
en 2005, se concentran en productos industrializados en 92 por ciento del total,
con el liderazgo de los automóviles, otros vehículos y teléfonos celulares.
Mientras, los rubros principales de las ventas argentinas son trigo y productos
petroleros.
En el año anterior, 2004, el déficit argentino había sido de 1.803 millones de
dólares, después de nueve años de intercambio favorable, con superávit variando
de 111 millones a 1.550 millones de dólares al año.
"No interesa a Brasil que las asimetrías se tornen estructurales", admitió Lula
al recibir a su homólogo. El intercambio debe beneficiar igualmente a los dos
países, acotó.
Se debe ejercitar "una complementariedad entre las dos economías, mas que meros
acuerdos comerciales", señaló la ministra argentina de Economía, Felisa Miceli,
quien se reunió con su par brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio, Luiz
Furlán.
En una escueta declaración conjunta, al final de la visita de un solo día, los
dos presidentes "reiteraron la vigencia, la solidez y el carácter imprescindible
de la denominada Alianza Estratégica" entre sus países, como factor decisivo de
la integración sudamericana.
Los encuentros semestrales de los presidentes y trimestral entre los
vicecancilleres componen un "nuevo sistema de consulta y coordinación
bilaterales".
La decisión de consolidar la Comunidad Sudamericana de Naciones también fue
manifestada, así como la de impulsar otros acuerdos de cooperación, como los que
benefician el combate contra al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida),
incluso con la producción conjunta de medicamentos y tecnologías necesarias.
Este jueves, Kirchner y Lula se reunirán, también en Brasilia, con el presidente
de Venezuela, Hugo Chávez.
El principal tema en esa oportunidad será la integración energética,
especialmente la construcción de un gasoducto de 8.000 kilómetros, que permitirá
abastecer a Brasil y a Argentina con el abundante gas natural venezolano.
Actualmente Brasil depende de suministros de gas de Bolivia, de donde importa en
un volumen de 26 millones de metros cúbicos diarios y que podrá sufrir
alteraciones después de la toma de posesión del nuevo presidente boliviano, Evo
Morales, este domingo.
El Ministerio de Energía venezolano estimó en 17.000 a 20.000 millones de
dólares el costo de implantación del extenso gasoducto que cruzaría todo el
territorio brasileño de norte a sur. Su construcción se prolongaría por cinco a
siete años