El interés nacional subordinado a las
trasnacionales petroleras
Marcelo García*
Argenpress
La mayoría de los bloques hidrocarburíferos concesionados a las operadoras
extranjeras ya han sido explorados en los años ’70 por la YPF estatal.
Apenas iniciado el año 2006 el gobierno de Néstor Kirchner dio el paso más
importante de su política energética. A través de los convenios "exploratorios"
firmados el pasado 11 de enero, Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA) se
transformó en la herramienta deseada por el gobierno para poder entregar a manos
extranjeras los recursos hidrocarburíferos existentes en la plataforma marítima
Argentina.
Desde la creación de ENARSA solo necesitó 15 meses a la administración
kirchnerista para concretar la primera entrega a los capitales foráneos de los
recursos petroleros y gasíferos existentes en el mar argentino, los únicos que
hasta ahora pertenecían en su casi totalidad al Estado Nacional. Los convenios
firmados con Repsol YPF, Petrobrás y Petrouruguay son cuestionables por varios
aspectos, tanto por la metodología utilizada, los compromisos asumidos y por los
objetivos planteados.
Pero el gran negociado es estregar al capital extranjero la posibilidad de
explotación de yacimientos que ya fueron explorados por Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Sociedad del Estado (YPF) en las décadas del ’70 y del ’80.
Un solo aspecto de los planteados por la administración Kirchner podría ser
considerado un paso hacia delante y se trata justamente del que apuntaría a
reformular el actual esquema energético de merma productiva y reducción de los
niveles de petróleo y gas. Aunque estos objetivos aún permanecen lo
suficientemente lejanos y divorciados de otra batería de anuncios y acciones que
como mínimo el gobierno debería efectuar en el ámbito energético y de los
hidrocarburos.
Todo lo demás es absolutamente cuestionable y criticable. La metodología para la
firma de los convenios ha sido la de adjudicación directa, mientras que a
priori, cualquiera que se precie de transparente y ceñido a la ley, debería
haber convocado a una licitación pública internacional.
En párrafos posteriores quedará demostrado que ENARSA bien podría haberse hecho
cargo bajo su propia cuenta de la inversión de riesgo en exploración, como así
también de las inversiones en desarrollo. Claro que se debería haber redefinido
el destino de los 9.810 millones de dólares que el gobierno de Kirchner decidió
abonarle de manera anticipada al Fondo Monetario Internacional (FMI) en pago de
la fraudulenta deuda externa.
La libre disponibilidad del petróleo y el gas que se pudiera obtener de los
yacimientos marinos son otro de los elementos esenciales de estas contrataciones
directas, lo que priori se da de bruces con las necesidades energéticas que
tiene y tendrá aún más el mercado interno. La libre disponibilidad significa que
las operadoras extranjeras podrán disponer para exportar de la totalidad de los
hidrocarburos extraídos sin necesitar ningún tipo de autorización del ámbito
gubernamental nacional.
Fuente: Revista Petrotecnia del IAPG – Junio 2002
El otro aspecto que termina por demostrarse como equivocado es la forma en que
se creo ENARSA, su composición accionaria y los negocios que la compañía ahora
esta efectuando con otras expresas de capitales privados y extranjeros. Según
los contratos firmados para la explotación off shore ENARSA solamente tendrá
para sí el manejo del 35% de los beneficios obtenidos, pero no se puede obviar
la conformación de capital que tiene la compañía del Estado kirchnerista. El 53%
del total de las acciones de ENARSA son del Estado Nacional, el 12% de los
Estados Provinciales y el 35% restante está destinado a los inversores privados,
es decir que sólo el 18,5% del muy buen negocio de la explotación off shore
estará en manos del Estado Nacional.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, enfatizó "Argentina pasa a
tener exploración en aguas profundas en el marco de una estrategia de
recuperación de reservas", lo que a priori parece todo un despropósito mucho mas
si se tiene en cuenta las declaraciones del director de Repsol YPF, Enrique
Locutora, quien sentenció "Estamos viviendo un gran día para la industria
petrolera argentina por lo que representa esta asociación". Quién dirá la verdad
frente a intereses tan contrapuestos, nada de lo expuesto anteriormente hace
pensar que De Vido transite la senda de la sinceridad.
El gran esfuerzo exploratorio de YPF en el mar
La explotación off shore es uno de los rubros hidrocarburíferos que demanda
mayores niveles de inversión, de allí que las grandes empresas privadas del
mundo solo se hayan volcado a la exploración marítima cuando disminuyeron
drásticamente los niveles de producción continental.
Esta forma de funcionamiento ha tenido su contrapunto solamente desde los
niveles estatales de explotación hidrocarburífera. Los Estados que pretendían
tener algún tipo de planificación energética dieron los primeros pasos en la
exploración off shore antes de que los niveles de producción cayeran
pronunciadamente.
Ese ha sido el caso de YPF SE que en los años 1970 y 1980 hizo los primeros
esfuerzos exploratorios en la búsqueda y detección de yacimientos de petróleo y
gas en la plataforma marítima nacional. No sólo se ha tratado de los primeros
esfuerzos exploratorios, sino que son casi los único suscitados en la historia
hidrocarburífera del país hasta esta impronta de enajenación del gobierno
Kirchnerista.
El especialista en materia geológica y ex gerente de Exploración de YPF SE,
Pedro Lesta (1), dio contundentes muestras de las improntas exploratorias que ha
tenido YPF en su etapa estatal en zonas marítimas. En artículo "La exploración
de la plataforma continental argentina: pasado, presente y futuro" (Petrotecnia–Junio
2002) expresó que "Considero que la plataforma continental argentina es un
amplio coto de caza para la exploración, coto que es conocido muy parcialmente y
en zonas en su mayoría cercanas a la costa. Por supuesto, dados los costos
involucrados, los precios de los hidrocarburos deben llegar a un nivel
determinado para justificar esta exploración de alto riesgo y de fuertes
inversiones, pero, ¿quién puede prever cuánto costará el barril de petróleo
dentro de 10 años? ¿Y qué son 10 años en la exploración de nuevas cuencas?
Nuestro país tiene una amplísima plataforma continental, con variadas ventajas
operativas. No es demasiado ilusorio pensar que en pocos años más va a ser el
escenario de nuevas campañas exploratorias".
Las manifestaciones de Lesta se terminaron confirmando con estos acuerdos entre
ENARSA, Repsol YPF y Petrobrás. Su conocimiento de años en la petrolera estatal
lo hacen avizorar un panorama muy promisorio en la explotación off shore y desde
el año pasado se incorporó un elemento fundamental para que las operadoras
privadas decidieran meter los pies en el mar: el costo de barril –en su
modalidad WTI- se posicionó en 41,37 dólares de promedio en el 2004 y a 56,18
dólares de promedio hasta octubre de 2005.
El momento preanunciado por Lesta llegó, pero cualquier desprevenido puede
pensar que el Gobierno Nacional tiene una estrategia de recuperación de reservas
hidrocarburíferas o también se podría pensar que las compañías privadas están
dispuestas a efectuar un esfuerzo económico en la búsqueda de mantener el
abastecimiento energético que el país demanda y que en el 2008 ingresará en una
etapa crítica. Lamentablemente ninguna de las dos hipótesis se demuestra como
real o verídica.
Las compañías petroleras, más allá de que se trate de dos empresas donde los
Estados respectivos tienen algún tipo dispar de participación (Repsol YPF y
Petrobrás), decidieron volcarse a la exploración y explotación marítima porque
ENARSA les ofreció un muy buen negocio, que seguramente les dejará altísimos
niveles de rentabilidad; porque los niveles de precios a nivel mundial son muy
rentables y porque los mayores y mas grandes esfuerzos exploratorios ya han sido
efectuados por la YPF estatal y ahora solo resta confirmarlos, ampliarlos y
perfeccionarlos.
El propio Lesta expresó en la publicación citada que "hubo dos períodos
culminantes de perforación: uno en los años ‘70 y ‘71, y otro en los años ‘81 y
‘82. En el primer período la actividad estuvo principalmente concentrada en la
cuenca del Colorado y del Golfo San Jorge, mientras que en el segundo en la
cuenca Austral".
Fuente: Revista Petrotecnia del IAPG – Junio 2002
Seguramente que desde el ámbito gubernamental y privado se afirmará que la
cantidad de pozos a perforar en el plan lanzado a principios de enero igualará o
mejorará aún niveles anteriores registrados durante el esfuerzo exploratorio
estatal y aunque se llegase a eso niveles –situación que a priori parece
improbable- el propio Lesta incluyó un elemento determinante para comprender la
complejidad e importancia de la tarea realizada por YPF SE.
"Este tipo de exploraciones son más una investigación de condiciones geológicas
que una búsqueda directa de hidrocarburos" señaló Lesta haciendo alusión a las
inversiones efectuadas en los años ’70 y luego agregó que "la información
sísmica previa sólo aclara una de las muchas condiciones necesarias para que
haya yacimientos, las restantes sólo las proporcionan las perforaciones. Por eso
es que considero que los resultados negativos que se obtuvieron desde el punto
de vista de descubrimientos de yacimientos comerciales no se pueden calificar
como fracaso. Ninguna investigación es un fracaso hasta que no se agoten todas
las hipótesis de trabajo que la sustentan. De manera que estos resultados, al
haber aportado una valiosa información geológica, anteriormente desconocida, de
la plataforma continental podrán servir de base para continuar la exploración,
que está lejos de haberse concluido".
Lo expresado por Lesta se puede apreciar con mucha más claridad si se analizan
los anuarios y balances de YPF de donde se desprende una fuerte impronta
exploratoria de la compañía estatal en lo respecta a la concreción de
exploración sísmica en la plataforma continental.
Los tres primeros avances sísmicos de YPF SE se produjeron en los 1970, 1974 y
1975 y en dichas oportunidades debió realizar las tareas sísmicas por intermedio
de contratos con compañías privadas ya que no poseía el equipamiento adecuado
para tal avance, pero a partir de la adquisición de una plataforma marina
revirtió dicha situación.
El 8 de junio de 1976 arribó al país la plataforma encargada por YPF a Francia,
la que fue bautizada con el nombre de General Enrique Mosconi y el 2 de febrero
de 1977 comenzó sus operaciones en la Cuenca del Colorado, la misma que 30 años
más tarde está siendo entregada a los capitales foráneos por parte del gobierno
de Kirchner.
A partir de la llegada de la plataforma Mosconi YPF inició una fuerte tarea de
prospección sísmica que se vio contundentemente reflejada en los niveles
efectuados en los años posteriores. Esos relevamientos sísmicos fueron los que
posibilitaron la concreción de pozos exploratorios en la década del ’70, en la
posterior década del ’80 y son los datos con las compañías privadas perforarán
tras el acuerdo firmado por la administración Kirchner.
El especialista Lesta cerró su participación en la revista Petrotecnia afirmando
que: "Estoy convencido de que, en el futuro, la necesidad de abastecimientos de
hidrocarburos hará que, con precios adecuados, se afronte la exploración que
falta por hacer en la porción marítima de nuestro territorio nacional y, para
ser fiel a mi inveterado optimismo de explorador, creo que allí podrían existir
recursos insospechados".
Fuente: Revista Petrotecnia del IAPG – Junio 2002
De la totalidad de los pozos exploratorios perforados en la plataforma
continental buena parte (el 59%) han sido direccionados a la Cuenca Austral,
pero los otros dos epicentros exploratorios han sido la Cuenca del Golfo San
Jorge (14%), la Cuenca Malvinas (8%) y la Cuenca del Colorado (8%). Justamente
en esos yacimientos es que Repsol YPF y Petrobrás apuntan sus dardos extractivos
y hacia allí se encaminan tras la apertura entreguista del actual gobierno.
Las inversiones en off shore
La imperiosa necesidad de mantener el abastecimiento del mercado interno y la
ampliación de los horizontes hidrocarburíferos solo se conseguirá efectuando
inversiones en exploración y por supuesto que hacen falta otro tipo de políticas
energéticas, que fundamentalmente estén dirigidas hacia al beneficio de los
trabajadores y el pueblo.
Esta impronta exploratoria en el rubro off shore podría ser catalogada como un
paso hacia delante en el intento de conquistar esos objetivos tan necesarios de
plasmar en la realidad, pero lamentablemente por todo lo anteriormente expuesto
estos acuerdos firmados con las compañías privadas extranjeras lejos están de
acercarse a los objetivos planteados.
Es más existen algunos párrafos del comunicado oficial de Repsol YPF que como
mínimo provocan urticaria. El pasado 12 de enero en la página digital de la
compañía ibérica se publicó: "En los considerandos del acuerdo se destaca a YPF
-léase Repsol YPF- como la compañía con mayor conocimiento de las cuencas de
nuestro país, a partir de su histórica vocación por la exploración de las mismas
y por su liderazgo en el descubrimiento de hidrocarburos en el país. Del mismo
modo, se reconoce la valiosa información geológica y geofísica que posee la
empresa y que ahora podrá ser compartida por ENARSA en las actividades
programadas de exploración y producción" (2).
En base a algunos estudios y análisis efectuados en el Nuevo Proyecto Energético
Latinoamericano (NPEL) consideramos que estas inversiones bien podrían ser
efectuadas por el Estado Nacional, utilizando como mínimo la estructura
existente de ENARSA sin siquiera asociarse con otras compañías privadas. Más
allá de esta posibilidad no podemos dejar de afirmar que desde el NPEL estamos
por la nacionalización de los hidrocarburos y la puesta de los mismos en manos
de una empresa nacional que sea administrada y controlada por los trabajadores.
Suponiendo que el Estado Nacional tomara en sus manos la intensa impronta
exploración y explotación off shore de los campos petroleros marítimos, hemos
estimado que se necesitaría una inversión global cercana a los 8.500 millones de
dólares.
A esta cifra llegamos considerando los mismos costos de exploración y
explotación declarados por las operadoras privadas extranjeras establecidas en
el país.
- Traslado de plataforma: 13 millones de dólares
- Alquiler por día: 250.000 dólares diarios
- Perforación de cada pozo exploratorio: 50.000.000 dólares
- Plan de perforación de 7 pozos extractivos, dos plataformas y líneas
submarinas: 500.000.000 dólares
- Trasladar 5 plataformas: 65.000.000 dólares
- Alquiler por 5 años de las 5 plataformas: 2.500.000.000 dólares
- Perforación de 50 pozos exploratorios: 2.500.000.000 dólares
- Plan de perforación de 50 pozos extractivos, 14 plataformas y líneas:
3.500.000.000 dólares
- Total: 8.565.000.000 dólares
Si se tiene en cuenta que el gobierno de Kirchner abonó de manera anticipada al
FMI -con reservas del Banco Central- la friolera de 9.810.000.000 dólares, lo
que significa que fácilmente se podría haber elaborado un plan de exploración y
explotación off shore en la plataforma continental argentina, pero claro los
planes de la administración kirchnerista lejos están de acercarse a estas
premisas y por el contrario opta por hacer muy buenos negocios con las
petroleras privadas y extranjeras que saquean nuestros recursos naturales.
Notas:
1) Pedro Lesta se graduó como doctor en Geología de la Universidad de Córdoba,
especializado en Petróleo en la UBA. En YPF actuó en 1949 como geólogo boca de
pozo en las primeras exploraciones de Tierra del Fuego y llegó a ser gerente de
Exploración en Sede Central en la década del ‘70. En 1978 pasó a desempeñarse
como director de Exploración en Bridas y luego fue asesor de distintas empresas
privadas.
2) "ENARSA e YPF firman dos acuerdos estratégicos para la exploración, el
desarrollo y la producción de hidrocarburos en la plataforma continental
argentina", artículo publicado en la página web oficial de Repsol el 12 de enero
de 2006.
* Marcelo García es periodista, investigador y miembro de: Nuevo Proyecto
Energético Latinoamericano (NPEL), Economistas de Izquierda (EDI), Centro
Regional de Estudios Económicos de la Patagonia Central (CREEPaCe), Consejo
Editorial revista Marxismo Vivo.