¿Cómo el gobierno de Kirchner no ha invertido, teniendo superávit fiscal, 1.000,
1.500 ó 2.000 millones de dólares todos los años para relanzar la gran petrolera
nacional?
Toda política de desendeudamiento es auspiciosa para el país. Otra cosa es en
qué circunstancias y cómo se lleva a cabo ese proceso. Se había establecido con
el Fondo Monetario Internacional (FMI) una política de desendeudamiento. Por
eso, el gobierno de Néstor Kirchner le vino abonando intereses y devolviendo
capitales al organismo, con un cronograma de pagos establecidos, y además con
una baja tasa de interés. ¿Qué razones han inducido al Presidente para cancelar
de un solo golpe toda la deuda?
Algunos hablan de un acto demagógicopolítico. Si fuera solamente eso, sería
criticable haber puesto como prioridad el pago total de la deuda. Me tomo la
precaución de preguntarme si este pago no estuvo coordinado con el que hizo
Brasil, y si no hubo una política conjunta entre los miembros del MERCOSUR
ampliado –también Venezuela– a poco de la realización de la Cumbre de las
Américas en Mar del Plata, en el marco de un gran giro político de la región
(Uruguay también cancelaría su deuda)
Si fue así, este giro puede estar orientado a varias cosas: a que la región dé
el mensaje de que tiene autonomía y no necesita depender crediticiamente del
FMI; y que Argentina parará con las presiones del FMI de alguna manera.
Claro que las presiones de las empresas privatizadas no se van a detener sólo
porque nuestro país no le deba más al Fondo. Porque no es verdad que el único
que representa a las privatizadas es el FMI. No. Los que primero las representan
son las embajadas y sus gobiernos respectivos. Y las embajadas siguen existiendo
igual, y las mesas de negociaciones, también.
La crisis energética
Para que mi pensamiento quede claro: sí a desendeudarse con el FMI, para ganar
soberanía nacional, poder de decisión, y evitar estas presiones y los lobbies.
El problema en cuestión es si era necesario pagar todo junto y ahora. Si era una
prioridad desembarazarse de la tercera parte de las reservas para cancelar una
deuda que ya estaba programado que se pagara –y no de una sola vez–, cuando hay
una enorme crisis energética en puerta.
La Argentina ha venido creciendo a un 8 ó 9 por ciento anual, pero tendría que
haber crecido un 12 ó 13 en energía. No se puede comprender cómo el gobierno de
Kirchner no ha invertido hasta la fecha en prospección y exploración petrolera a
través de la empresa ENARSA.
No se puede entender cómo el Gobierno no tomó en sus manos la puesta en marcha
de ENARSA como germen de una futura petrolera nacional, teniendo presente que el
negocio más redituable de Argentina y de América latina es el de los
hidrocarburos.
La Argentina ha desatendido lo que viene alertando el MORENO (Movimiento por la
Recuperación de la Energía Nacional Orientadora) desde hace tres años: había que
hacer una fuerte inversión en hidrocarburos.
Estamos, en este sentido, ante una clase dirigente bastante irresponsable. El ex
presidente Eduardo Duhalde le pagó al FMI, en 2002, cerca de 4.000 millones de
dólares. Con 1.100 millones de dólares hubiera comprado el 20 por ciento de las
reservas argentinas de petróleo (esa fue la cifra de la venta de la petrolera
argentina Pecon a Petrobras, de Brasil)
El Gobierno permitió que, Pérez Companc vendiera Pecon a Petrobras por esa suma,
pero podría haberla comprado, y no pagando todo junto. Un disparate.
¿Cómo el gobierno de Kirchner no ha invertido, teniendo superávit fiscal, 1.000,
1.500 ó 2.000 millones de dólares todos los años para relanzar la gran petrolera
nacional, con un barril que cuesta en la Argentina cuatro o cinco dólares, y en
el exterior vale 60?
Por si esto fuera poco, las reservas de petróleo se están agotando. Las empresas
extranjeras no invirtieron de acuerdo a las exigencias contractuales en buscar
nuevos pozos, y sólo se dedicaron a bombear los existentes. El mito de que
venían las petroleras a explorar el desierto, que fue lo que nos vendieron
cuando se privatizó YPF, fue una enorme mentira. Vinieron a explotar
salvajemente los yacimientos existentes.
En la época de YPF, se perforaban 100 pozos al año, pero actualmente no llegan a
25. Lo que no se puede comprender es que el Gobierno haya invertido más de mil
millones de dólares para hacer drenar esos pozos, mientras todo el personal
técnico está esperando que se lo convoque. Si eso no se lograra, en un año y
medio o dos, Argentina está importando petróleo a precio internacional.
Refundar la petrolera nacional
Mi crítica al gobierno de Kirchner es por no haber invertido en la refundación
de una petrolera nacional, con la que tendría que haber capturado –y todavía
debe y puede hacerlo– todas las concesiones que son ilegítimas.
Argentina está llena de concesiones ilegítimas que vulneran la ley. Por eso, y
de la misma manera que la ha aplicado en otros casos, el Gobierno tiene que
aplicarla ahora. Hay una suerte de impunidad económica que llega al límite de
permitir a las petroleras extraer petróleo y gas a simple declaración jurada.
Esto ocurre en la Argentina contemporáneamente, con una Bolivia que en octubre
de 2003 salió a la calle diciendo: 'Basta de robarnos el petróleo y el gas. No
va para Estados Unidos. Se queda acá', y que hoy tiene el 50 por ciento de
regalías y ha llevado al poder a Evo Morales. Una gran diferencia con nosotros,
que durante la década del 90 tuvimos una dirigencia que nunca puso el tema de la
energía entre sus prioridades. Vale recordar que el 19 y 20 de diciembre de 2001
se gritó 'que se vayan todos', y no 'basta de que nos roben el petróleo y el
gas'.
Las dos patas de la Argentina han sido el campo y los hidrocarburos. Los
hidrocarburos financiaron siempre la industrialización de la Argentina, los
caminos y el anillo de represas hidroeléctricas, la energía y la superestructura
técnica. Casi nada.