Nuestro Planeta
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Escasez de agua: ¿se avecina una crisis?
Alex Kirby
La cantidad de agua en nuestro planeta es finita. El número de habitantes
está creciendo rápidamente y la utilización del agua crece aún en mayor medida.
Un tercio de la población mundial vive en países que sufren la falta de agua.
Para 2025, se espera que esta cifra aumente a dos tercios.
Pero la cantidad de agua existente en el mundo es suficiente para todos, para
cubrir las necesidades básicas de todos.
La Organización de las Naciones Unidas señala que cada persona necesita un
mínimo de 50 litros diarios para beber, bañarse, cocinar y otros menesteres.
En 1990, más de mil millones de personas no contaban con ese mínimo.
Proveer acceso universal a ese mínimo de 50 litros para 2015, implicaría menos
del 1% de la cantidad de agua que se usa hoy en el mundo. Sin embargo, parece un
objetivo lejano de alcanzar.
Contaminación y enfermedades
El consumo de agua en el mundo aumentó seis veces entre 1900 y 1995 -más del
doble de la tasa de crecimiento de la población- y continúa aumentando a medida
que incrementa tanto la demanda doméstica como industrial.
La calidad es tan importante como la cantidad: el aumento de la contaminación en
ciertas áreas, hace que disminuya la cantidad de agua utilizable.
Más de cinco millones de personas mueren cada año por enfermedades relacionadas
con el agua, lo que equivale a diez veces más que el número de muertos a causa
de guerras en el mundo.
Y los efectos colaterales de la falta de agua son preocupantes como la
perspectiva de que no haya suficiente agua para beber.
El 70% del agua que se utiliza en la actualidad en el mundo está destinada a
la agricultura.
Si la población sigue aumentando (se estima que pasaremos de ser 6.000 millones
a 8.900 millones para 2050), se necesitará más agua para alimentarla.
También se cree que incrementará el consumo a medida que incremente la cantidad
de gente que adopta un estilo de vida y una dieta occidental (un kilo de carne -de
una vaca que se alimenta con granos- necesita al menos 15 metros cúbicos de agua
mientras que un kilo de cereales necesita sólo tres metros cúbicos).
Agua y pobreza
Los pobres son los que más sufren. La escasez de agua significa que en algunos
casos habrá que caminar distancias mayores para conseguirla, pagar precios más
altos para comprarla, generará además incertidumbre en cuanto a la
disponibilidad de alimentos y el surgimiento de enfermedades relacionadas por el
consumo de aguas contaminadas.
Pero lo que se necesita para recolectar fondos para resolver el problema del
agua en los países pobres es precisamente más agua para desarrollar la
agricultura y la industria.
La Comisión sobre el Agua respaldada por la ONU estimó en el año 2000 que se
necesitarían unos US$100 mil millones adicionales por año para resolver la
escasez de agua en el mundo.
Esto vuelve irrelevante los US$20 mil millones que se necesitarán anualmente
para 2007 para intentar resolver los problemas del VIH/SIDA y, según la
comisión, es un cifra tan alta que sólo podrá ser recolectada con la ayuda del
sector privado.
Pero incluso si el dinero se puede conseguir, gastarlo de una manera inteligente
representa un desafío.
Represas u otros proyectos a gran escala afectan a un 60% de los ríos más
grandes del mundo.
En muchos casos, los costos en términos del traslado de poblaciones y de los
cambios irreversibles en los ecosistemas vecinos son considerables.
La utilización de aguas subterráneas es otra solución que se está poniendo en
práctica, pero significa vivir utilizando capital acumulado durante miles y
miles de años, reduciéndolo mucho más rápido de lo que se puede volver a llenar.
A medida que se explotan las aguas subterráneas, los ojos de agua en partes de
China, India, Asia occidental, la ex Unión Soviética y el oeste de Estados
Unidos, se han ido reduciendo.
Soluciones técnicas
Las nuevas tecnologías pueden brindar ayuda, sobre todo limpiando contaminación
y haciendo que el agua sea más utilizable, y en el terreno de la agricultura,
las plantas más resistentes a las sequías contribuyen a un uso más eficiente del
agua.
La irrigación por goteo disminuye drásticamente la cantidad de agua necesaria
para los cultivos, los rociadores de baja presión representan una mejora e
incluso las construcciones de barro para atrapar el agua de lluvia son de gran
utilidad.
Algunos países están ahora tratando el agua desechada para que pueda
reutilizarse -y hasta beberse- varias veces.
La desalinización hace que sea posible usar el agua de mar, pero el proceso
requiere una gran cantidad de energía y deja grandes cantidades de salmuera.
Los optimistas dicen que el "agua virtual" puede ser la solución (el agua
contenida en los cultivos, que pueden exportarse de los países ricos en agua a
los más áridos).
Pero las cantidades necesarias serían inmensas y la energía requerida para
transportarlos gigantesca.
Y la energía utilizable y económica será probablemente en breve un problema
mayor que el del agua.
Cambio climático
En cualquier caso, no somos solamente nosotros los que necesitamos agua, sino
las demás especies con las que compartimos el planeta así como el ecosistema del
cual ellas y nosotros dependemos.
El cambio climático también tendrá su impacto. Algunas áreas probablemente se
beneficiarán con el aumento de las lluvias, pero otras zonas se verán
negativamente afectadas.
Es importante repensar cuánta agua realmente necesitamos si queremos aprender a
compartir los recursos de nuestro planeta.
Mientras que las represas y otros proyectos a gran escala desempeñan un papel
importante en el mundo, también hay un creciente reconocimiento del valor de
utilizar el agua que ya tenemos de manera más eficiente en vez de seguir
extrayendo de ríos u otras fuentes de agua.
Para millones de personas en todo el mundo, encontrar el balance es una cuestión
de vida o muerte.