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Nuestro Planeta

Protocolo de Kyoto: El mercado de carbono sigue verde

Stephen Leahy
Tierramérica

Aún está en entredicho el éxito del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que permite a las naciones industrializadas obtener créditos invirtiendo en proyectos de energía limpia en el Sur.

Si bien los países miembros del Protocolo Kyoto, reunidos entre el 28 de noviembre y el 9 de diciembre en la ciudad canadiense de Montreal, habían resuelto dar un espaldarazo a esquema, hasta ahora sólo se han aprobado 41 proyectos en todo el mundo.

Canadá, Japón y las naciones de Europa occidental necesitarán créditos de hasta 3.500 millones de toneladas de carbono en los años que restan hasta 2012 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los montos que impone el tratado, según el Banco Mundial.

Hasta 1.400 millones de toneladas en certificados de carbono deben proceder del MDL, calcula el organismo.

"Los países miembros aprobaron un plan para que el Consejo Directivo del MDL se autofinancie", dijo a Tierramérica la encargada de políticas sobre mercados de carbono de Environment Canada, Jane Rigby.

El plan prevé un cargo de entre 10 y 20 centavos de dólar por cada crédito que emita el MDL. Pero hasta que esto se ponga en marcha, países como Canadá deberán efectuar donaciones para cubrir el presupuesto anual del Consejo, estimado en 8,5 millones de dólares.

"Pensamos que tendremos contribuciones suficientes de otras naciones", dijo Rigby.

De acuerdo con el Protocolo de Kyoto, que entró en vigor en febrero, las naciones industrializadas deben abatir esas emisiones (consideradas responsables del recalentamiento global) a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990, con plazo en 2012.

Canadá, cuyas emisiones aumentaron 24 por ciento desde 1990, decidió destinar al menos 1.000 millones de dólares anuales para comprar créditos de carbono a partir de 2008.

Estos créditos se cotizan en el mercado europeo a unos 20 dólares la tonelada.

"Canadá y otros países necesitan comprar créditos del MDL desesperadamente", sostuvo Matthew Bramley, de la organización ecologista canadiense Instituto Pembina.

"Pero se requieren reformas al sistema del MDL, contratación permanente de un equipo profesional y financiación estable y a largo plazo", dijo Bramley a Tierramérica.

La incertidumbre sobre las normas del MDL, la lentitud del proceso de aprobación de proyectos, la falta de personal y la preocupación por el valor de mercado de los créditos a largo plazo han desalentado a los países y empresas a invertir, según Bramley. La aprobación de varios nuevos proyectos MDL se anunció durante el encuentro de Montreal, que constó de la Undécima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y la Primera Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto.

Uno de estos proyectos tendrá lugar en México para capturar gas metano de 23 grandes fincas porcinas en el septentrional estado de Sonora. El metano se destinará a la generación de electricidad para uso de los propios establecimientos.

El proyecto implicará una reducción anual equivalente a 121.689 toneladas de dióxido de carbono, utilizado como medida patrón para los gases invernadero.

Una iniciativa similar de generación eléctrica en Chile fue aprobada para ponerse en marcha con financiación de Canadá y de Japón.

Proyectos hidroeléctricos, eólicos, solares y de otras fuentes fueron aprobados o son parte de los más de 400 presentados hasta ahora.

"La falta de recursos era el Talón de Aquiles del MDL, en esta reunión se ha fortalecido el andamiaje institucional del esquema y ahora se respira un aire de optimismo", dijo a Tierramérica Jorge Barrigh, coordinador del Programa Latinoamericano de Carbono de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

"En América Latina y el Caribe, el MDL es una herramienta muy importante para el fomento de las energías renovables. Vemos que cada vez más figuran dentro del MDL proyectos eólicos y de biomasa, por ejemplo, que no son la mayoría, pero sí van en aumento", dijo.

La CAF, que promueve el MDL en la región, ha evaluado unos 200 proyectos en los últimos dos años, lo que según Barrigh demuestra el entusiasmo por el sistema.

Pero puede que las cosas no sean tan fáciles. El Banco Mundial estima que se necesitarían unos 2.500 proyectos por año, entre 2008 y 2012, para cumplir con las reducciones previstas por Kyoto. Y según Bramley, del Instituto Pembina, muchas de estas iniciativas requerirán un flujo anual de créditos durante 10 o 15 años para ser viables.

Analistas temen que sin compromisos de reducción de emisiones posteriores a Kyoto por parte del mundo desarrollado, el valor financiero de los créditos de carbono se desplome después de 2012, cuando vence el tratado.

Además los proyectos MDL deberían cumplir con una serie de requisitos, como los que evalúa la organización Norma de Oro (Gold Standard, en inglés), sostuvo Roger Peters, del Instituto Pembina.

La Norma de Oro es una organización que analiza de manera independiente el MDL, revisando si los proyectos contienen reducciones genuinas de dióxido de carbono así como beneficios al país donde se instalen y al desarrollo sustentable.

También se requiere la creación de infraestructura para las naciones pequeñas "que no cuentan con capacidad para diseñar y desarrollar proyectos que cumplan con los criterios del MDL", dijo Peters.

Es poco probable que las naciones del Sur acepten limitar sus emisiones, tal como lo hacen las desarrolladas, por temor a que eso frene su crecimiento, por lo que se necesitan otras perspectivas para resolver el problema.

En India, con 1.100 millones de habitantes, 56 por ciento de las viviendas no tienen suministro eléctrico, y el problema se agrava pues el ritmo de las nuevas conexiones es más lento que el crecimiento de la población. Ese país se propone revertir el fenómeno. En un esfuerzo internacional por mitigar el cambio climático, las demás naciones deberían ayudarla a lograrlo mediante energías renovables.

"Es mejor gastar 1.000 millones de dólares ayudando a India a llevar electricidad limpia a las zonas rurales pobres que comprar créditos de carbono", arguyó Robert Bradley, del World Resources Institute.

Los mercados de carbono son importantes, pero claramente no suficientes para afrontar el desafío del cambio climático, concluyó.

* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 10 de diciembre por la red latinoamericana Tierramérica.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36047