VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Nuestro Planeta

Las fumigaciones provocan el abandono de tierras en Colombia

Adital

La región del Magdalena Medio sigue siendo blanco de las fumigaciones promovidas por los gobiernos de Estados Unidos y Colombia. Según la prensa colombiana las fumigaciones indiscriminadas para acabar con los cultivos ilícitos afectan a hectáreas de comida, acueductos, veredales, animales, selvas y cuerpos de agua. En el último día 24 de este mes una comisión de verificación partió para el Valle del Río Cimitarra para observar los impactos de las fumigaciones.
Los Equipos Cristianos de Acción por la Paz (ECAP) afirmaron a la prensa que el aeropuerto civil de Barrancabermeja ha sido convertido en la más grande bodega de químicos, avionetas fumigadoras y helicópteros militares del Magdalena Medio. Estas acciones son financiadas con los recursos que el gobierno estadounidense está utilizando en la guerra contra las drogas en Colombia.
La delegación estadounidense del ECAP declaró que no está apoyando el narcotráfico, sino que rechaza las fumigaciones aéreas, pues las ven como una estrategia poco efectiva para reducir la producción de cocaína. Para ellos las fumigaciones son un atentado contra las comunidades rurales más pobres y el medio ambiente de Colombia.
Las fumigaciones aéreas no sólo impactan los cultivos de coca, también tienen serias y graves consecuencias sobre los cultivos de pancoger, envenenan los animales domésticos y los peces, contaminan los recursos naturales que los campesinos necesitan para vivir y afectan su salud. Cuando las plantaciones de coca y el territorio son rociados y quemados con glifosato, los cultivadores se adentran en la selva, queman varias hectáreas de bosque y comienzan un nuevo cultivo de coca.
Los campesinos desean cambiar sus cultivos ilícitos por cultivos rentables. Pero los cultivos alternativos, como el cacao, no escapan a la destrucción provocada por las fumigaciones.
El Magdalena Medio es una región ubicada en el centro-norte de Colombia. Allá todos son campesinos que han tenido que abandonar sus tierras a causa del conflicto armado y la política de fumigación de cultivos ilícitos.