Medio Oriente - Asia - Africa
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El espectáculo de horror de Arik
Uri Avnery
Rebelión
Todo el mundo vio el horror en televisión: un muchacho palestino yaciendo en
el suelo, inconsciente. Un soldado israelí agachándose sobre él, sin saber qué
hacer. Un colono saliendo de atrás, arrojando una piedra a la cabeza del herido.
Otro colono dejándole caer una gran piedra a quemarropa, un auxiliar médico
barbudo, también colono, se aproxima al muchacho herido, duda y después se
marcha sin atenderlo perseguido por los cantos de un coro de muchachos y
muchachas colonos: "¡Dejadle morir! ¡Dejadle morir!"
Antes de eso, los colonos ocuparon una casa palestina en la orilla de la mar de
la Franja de Gaza y establecieron allí un "fortín". Era un bonito y nuevo
edificio de tres plantas, cuyos dueños no se habían mudado allí todavía. En la
pared exterior se rotuló una gran pintada: "¡Mahoma es un Cerdo!". Se refería al
Profeta.
Sucedió una batalla de piedras entre los ocupantes y los palestinos en las casas
adyacentes. Algunos soldados quedaron atrapados en el medio, dispararon al aire
sobre las cabezas de los palestinos y no hicieron nada contra los alborotadores
colonos.
Dos días antes, habían sido enviadas excavadoras del ejército para destruir
algunas estructuras vacías y viejas, levantadas hace tiempo por los egipcios. Un
grupo de muchachos y muchachas de la extrema derecha se encaramaron a las
excavadoras, rompiendo algunos elementos de estas, dando puntapiés a las cabezas
de los soldados que trataban de retirarlos, maldiciendo y mofándose de los
soldados, que estaban de pie desvalidamente. (Hace dos años, la activista
norteamericana por la paz, Rachel Corrie, de 23 años de edad, fue aplastada
hasta morir por una de esas excavadoras cuando intentaba detener la destrucción
de una casa palestina.)
El alboroto alcanzó su clímax el miércoles pasado, cuando los colonos,
nuevamente, bloquearon las arterias principales de Israel. La tarde anterior,
uno de los jefes de los alborotadores, Shabtai Shiran que se auto presentó como
" Jefe del Estado Mayor del Norte" de los camorristas aparecía en televisión.
Fue entrevistado largamente en directo como un respetado invitado, repartiendo
órdenes para paralizar el país, como si fuera un portavoz gubernamental. No fue
arrestado a la puerta del estudio por terrorismo, incitación y conspiración; por
haber cometido un delito. Por el contrario, fue invitado a aparecer la tarde
siguiente para alardear de nuevo de su "victoria".
En la mañana del día de los bloqueos de carreteras, la policía hizo un
descubrimiento en la Carretera No. 1 (la arteria principal Tel-Aviv-Jerusalén ):
charcos de aceite y púas de metal diseñadas para pinchar neumáticos. En esta
vía, el límite de velocidad es de 110 km/h, y muchos chóferes la exceden. Por un
milagro, fue evitado un desastre. Pero el país entero cedió ante el terrorismo:
la mayoría de los chóferes pospusieron sus desplazamientos, el tráfico en las
carreteras era escaso, como en Shabbat(2).
Durante el día, los colonos bloquearon carreteras en muchos lugares. La policía
quito los dispersó con sus manos desnudas. Sólo en un lugar era empleado un
cañón agua de agua, pero con un chorro tan débil que era incapaz de alcanzar a
un solo alborotador. Todavía, parecía ello bueno en la televisión.
Ni con uno solo de estos alborotos hizo la policía uso de los medios que se
emplean rutinariamente contra los manifestantes no violentos de izquierdas:
porras, gases lacrimógenos, balas cubiertas de caucho y, últimamente, balas de
sal. Puedo testificar por de mi propia experiencia en manifestaciones que nadie
permanece donde está cuando se le disparan granadas de gases lacrimógenos.
Solo a modo de recordatorio: hace cinco años, grupos de ciudadanos árabes
intentaron bloquear algunas carreteras en el norte de Israel, en una reacción
espontánea a la matanza de palestinos en la Explanada de las Mezquitas. En orden
a "proteger la libertad de tráfico en las carreteras", la policía abrió fuego
con munición real y 13 ciudadanos fueron muertos. Pero ellos, por supuesto, eran
árabes.
Habría sido bastante fácil acabar con todos los alborotos esta semana. En los
pocos casos donde las autoridades decidieron dispersar a los alborotadores,
fueron cumplidos sin problema.
Por ejemplo, el día después del intento de linchamiento del muchacho palestino
(el cual se está recuperando ahora), la policía dispersó a los gamberros de los
alrededores de un hotel. Los alborotadores habían jurado luchar hasta la muerte.
Se les alejó en 30 minutos sin que una sola persona fuera herida. Sus
grandilocuentes líderes con voz hueca habían desaparecido antes de que todo
empezara.
¿Por qué no se reprimió a los alborotos en todas partes? No hay escapatoria a la
sencilla conclusión: Ariel Sharon no lo quiso. Al contrario: está en su interés
que las pantallas de televisión de Israel y de todo el mundo muestren escenas de
los terribles alborotos. Así es cómo él siembra en las cabezas de los
espectadores la pregunta natural que un taxista de Tel-Aviv me hizo, y qué fue
repetida por todos los periodistas que me entrevistaron durante la semana: "Si
la evacuación de unos pocos pequeños asentamientos causa semejante gran alboroto
¿cómo puede uno siquiera soñar en retirar los grandes asentamientos de
Cisjordania?"
La misma pregunta está proponiéndose en relación con el precio económico de la
"desconexión." El Ministro de Finanzas está hablando ahora sobre "ocho a diez
mil millones de Shekels." Eso significa cinco millones (5.000.000) de Shekels -
o aproximadamente 1.1 millones de dólares - por familia. Casi cada día, el
soborno arrancado por los evacuados sube. Una parcela de tierra. Una nueva
villa. Hasta entonces, una "villa móvil" que seguirá siendo de su propiedad.
Compensación por el medio de vida perdido. Participación en los costos de la
mudanza. Más tierras para los agricultores, dos o tres veces más grande que la
parcela de la que están saliendo.
En cualquier contabilidad, si los colonos tan solo recuperaran lo que ellos, de
hecho, han invertido, incluso aumentándolo diez veces, sólo sumaría una pequeña
porción de estas cantidades.
Todos esto está prometiéndose a los evacuados que están a punto de establecerse
en Israel, a una distancia de unos 300 kilómetros de sus actuales hogares. Esta
semana, se les prometió un consejo regional separado. Éste no sólo sería el
único consejo regional dispuesto por líneas ideológicas, sino que también
asegura sinecuras para las docenas de colonos que pasarán a ser empleados del
mismo. En Cisjordania muchos centenares de colonos incluyen a casi todos sus
líderes y viven a nuestras expensas, de los trabajos ficticios en los consejos
regionales.
Aquí, también, el ciudadano inocente se preguntará: ¿Si la retirada de las
familias de 1700 colonos nos costará ocho mil millones de Shekels, cuánto
costará trasladar a las 40.000 familias de los asentamientos de Cisjordania?
Las actuaciones de esta semana son sólo un ensayo general para el gran
Espectáculo del Horror que se planea para dentro de siete semanas, cuando la
evacuación debe tener lugar.
Ya se ha anunciado que grandes efectivos tomarán parte en la acción. Tres mil
personas de los medios de comunicación de todo el mundo proporcionarán el eco
internacional. El evento se presentará como una operación gigantesca, Ariel
Sharon aparecerá como uno de los grandes héroes de la historia, Hércules y
Sansón fundidos en uno. Después de semejante inmenso esfuerzo ¿ quien le exigirá
que asuma la tarea imposible de desmantelar los asentamientos de Cisjordania?
El propio Sharon no esconde sus intenciones. Realmente por el contrario, las
anuncia con su voz más alta. En dos discursos políticos esta semana, él las
definió en palabras idénticas, pero los superficiales medios de comunicación
estaban tan fascinados por su denuncia de los gamberros que no prestaron
atención a la frase clave.
Sharon dijo que la retirada de Gaza es necesaria para que nosotros podamos
concentrarnos en el esfuerzo principal, para asegurar la dominación israelí "en
Galilea y en el Negev, El Gran Jerusalén, los bloques de asentamientos y las
zonas de seguridad."
Uno tiene que poner las ocho palabras hebreas en el mapa para conseguir un
cuadro claro.
"Galilea y el Negev" sólo eran incluidos como decoración. Han sido parte de
Israel desde la fundación del estado, y una campaña para su "judaización" se ha
estado llevando durante décadas. Aproximadamente la mitad de los ciudadanos de
Galilea es árabe, y la situación en el Negev es similar.
El término "Gran Jerusalén" acostumbra a no sólo incluir todos los barrios
árabes en el este de la ciudad, sino también el asentamiento de Ma'aleh-Adumim y
los territorios que quedan entre él y la propia Jerusalén, llamados E-1.
Los "bloques de asentamientos" no sólo incluyen el agrandado Gush Etzion, Ariel,
Modi'in Superior, Betar y los bloques de Ma'aleh-Adumim, sino también cualquier
área que pueda definirse así en el futuro, como Kiryat Arba y el área de Hebrón
Sur.
Pero las palabras más importantes son "las zonas de seguridad." En el léxico de
Sharon, éstas incluyen no sólo el todo del Valle del Jordán y la "Espalda de la
Montaña" (las laderas orientales de la cordillera palestina central), sino
también los ejes Este-Oeste y Norte-Sur en los que él ha estado incentivando los
asentamientos a lo largo de los años.
Esta frase confirma nuevamente lo que Sharon ha dicho bastante a menudo en el
pasado: que él piensa anexarse el 58% de Cisjordania, por lo que el estado
palestino, con el que él puede o no estar de acuerdo, cubrirá aproximadamente el
10% del área de la Palestina que existió antes de 1948.
El actual Espectáculo del Horror de Arik está diseñado para promover esta visión
que él concibe como el trabajo de su vida. Los colonos que lo maldicen y
amenazan su vida, están jugando tan sólo el papel que él les ha repartido. Como
desde del principio de su carrera, está convencido que Dios (o el destino) lo ha
escogido para esta tarea histórica.
La tarea del campo israelí de la paz es abortar esta visión, usando la dinámica
de la crisis para abrir el camino a la solución del conflicto. Los asentamientos
son el obstáculo principal al logro de un compromiso entre las dos naciones. Sin
Sharon habérselo propuesto, su Espectáculo del Horror está causando que el
público israelí se vuelva contra los colonos, produciendo el aislamiento de toda
la comunidad de estos. Nosotros tenemos que asegurarnos que esta ola no se
disipe después de la realización de la retirada de Gaza, sino al contrario, que
crezca en tamaño y fuerza hasta que barra toda la infraestructura de la
ocupación en Cisjordania y en Jerusalén.
Si esto pasa, el gran Espectáculo del Horror tendrá resultados positivos al
final, y ninguno de aquellos esperados por Sharon.
Notas del traductor:
(1) Arik: Alias popularizado de Ariel Sharon.
(2) En la festividad judía del sábado el tráfico, al igual que otras
actividades, es mínimo.