Medio Oriente - Asia - Africa
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Irán, Irán, eje del mal
Miguel Ángel Llana
Rebelión
Irán se ha reafirmado en continuar manteniendo su identidad desoyendo las
presiones y amenazas estadounidenses -principalmente- y realizando unas
elecciones sencillamente aceptables pero que para sí quisieran muchos de los
países que tanto se burlan e intentan desprestigiar. Antes de iniciarse el
proceso electoral, las elecciones ya estaban siendo demonizadas y los candidatos
deslegitimados. Sucedió que nadie pensaba –los "expertos" de siempre- en Mahmud
Ahmadineyad fuera el claro ganador, iniciado en la política apenas hace un par
de años, como Alcalde de Teherán, de cuya Universidad era Profesor.
Vaya por delante que Irán no es un país fácil. Más de media docena de etnias
suman la mitad de los 70 millones de habitantes –como en tantos otros países- su
cultura, religión y tantas otras cosas están en crisis, evolución o como se
quiera llamar, pero ni más ni menos que en el resto del mundo, donde la única y
mayor diferencia es poco más de medio siglo. No parece que podamos dar tantas
lecciones de democracia, cuando solo basta recordar nuestro reciente siglo XX
con sus dos Guerras Mundiales, donde se asesinaron unas cuantas decenas de
millones de personas. De momento en Oriente Medio y alrededores, los crímenes,
van por millones, pero propiciados primero, por el colonialismo, y ahora por el
neocolonialismo estadounidense y su engendro israelí, principales
desestabilizadores de la zona.
Apenas circulan los detalles de las elecciones, del país y demás cuestiones;
económicas, culturales, políticas y sociales. Solo sabemos, nos dicen, que es un
ultra conservador, reaccionario, involucionista. Más que unas elecciones parece
que se haya celebrado un concurso de adjetivos y de descalificaciones, pero que
en ningún caso nos aportan nada, más que lo mal que les ha sentado, a juzgar por
las descalificaciones hechas.
El Departamento de Estado estadounidense, el británico por medio de su
Secretario de exteriores y, el alemán por su Ministro también de exteriores, les
ha faltado tiempo para desmadrarse con comentarios, diciendo que no marchan al
compás del resto de la zona en materia de libertad, refiriéndose a Afganistán y
a Iraq, como ejemplo de elecciones limpias, lo que hay que oír. Ante la
imposibilidad de una acción armada, ahora, no les queda más camino que la
presión y desestabilización mediante todos los medios posibles.
La cuestión es que Irán tiene las segundas reservas probadas mundiales de
petróleo, el 11,4 por ciento, y las segundas reservas de gas, el 15,2 por
ciento, lo que convierte al país, nada menos, en el mayor proveedor potencial de
petróleo-gas.
Hubiera sido normal que los países citados, hubiesen intentado mantener unas
relaciones cordiales, amistosas, aunque solo fuera por interés energético, pues
no, allá por 1.980 Estados Unidos, apoya y financia a Iraq -a Saddam Husein- en
una interminable guerra de ocho años y desde entonces no ha hecho más que
incordiar en todo, y todo lo posible, actuando con todas las malas artes
posibles en lo que parece es lo único que la saga de los Bush y similares sabe
hacer, como es esta política criminal de guerras y más guerras, preventivas o
no, que mantiene al Mundo contra las cuerdas y con millones de muertos, para al
final, además, acabar perdiendo.
Así las cosas, y con un vecino como China, que no tiene casi ni gota ni de
petróleo ni de gas (el 2,1 y el 1,0 por ciento de las reservas, respectivamente)
Irán lleva suscritos cientos de convenios de cooperación con China y lo mismo
podría y podrá hacer con cualquier otro país que le plazca y le convenga.
Irán es un país emergente, con grandes recursos de todo tipo y también, como no,
con problemas, con sus problemas. De momento no parece que toda esta
intoxicación les haya distraído de sus objetivos. Estados Unidos es el gran
peligro y problema para Irán y no al revés.