Medio Oriente - Asia - Africa
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Las explosiones de Ammán:
Un análisis político posterior
Hisham al-Bustani*
CSCAweb
Traducción del Árabe de Jamal Halawa
"Los resultados inmediatos del atentado: desviar la atención sobre el
auténtico terrorismo de la Ocupación; introducir el concepto de 'terrorismo'
según los parámetros estadounidenses; hacer llegar a la población civil que
también son objetivo del terrorismo de "Al Qaeda"; movilizar a la calle jordana
bajo el eslógan de 'Jordania primero' profundizando en la fragmentación de la
Tierra Árabe; perseguir a los movimientos sociales solidarios con la legítima
resistencia iraquí y palestina".
Se ha apagado el fuego, hemos enterrado a amigos, a seres queridos y a hermanos,
y soltamos lágrimas ardientes por la desaparición de jóvenes, hombres y mujeres,
niños y ancianos, que en ningún día estuvieron en "el campo de los enemigos", ni
siquiera fueron parte de un proyecto imperial-sionista o sus derivados, ni parte
de unos regímenes que conspiraron contra su nación hurgando en la contrariedad
regionalista que contradice al abecedario de nuestra existencia como nación.
Había sido gente normalmuy normal, de la que encuentras en la calle y en la
tienda, a la que transmites tus preocupaciones y te entiende porque es como tu,
como nosotros. Gente normal, como por la y junto a la que luchamos, porque si la
lucha no es por la gente normal, ¿por quien sería entonces? Porque si la lucha
es para asesinar a la gente normal, eso no sería lucha, sino un ladrillo en el
muro de los enemigos de la gente, a los que conocemos bien desde principios del
siglo XX; pasando por la usurpación del sudoeste de Siria (Palestina) y de Iraq,
hasta el humillante jadeo que mantienen para seguir a norteamericanos y
sionistas a través del despojo de lo que queda de dignidad, panarabismo e
intereses del pueblo.
Al repasar la lista de los muertos y sus historias, se hace patente la magnitud
de la herida-sueño árabe que yace en Ammán: la boda del hotel Radisson que ha
reunido a los familiares procedentes de la localidad de Sílet Al-Dhaher
(Palestina), y que llegaron desde cuatro lugares de la patria: Kuwait, Jordania,
Palestina y demás países del exilio, que mezcló su sangre con la sangre karaki
(de Karak, Jordania) que nunca había renunciado a su patria. Los muertos del
hotel Al-Hayat son saudíes, bahreníes y jordanos que pasaban juntos, una bella
noche ammaní; es un director de cine sirio que llevó sobre sus espaldas el
sentimiento panarabista e islámico, junto a su hija, casada con un tripolense
(del Líbano): venían para asistir a una boda de sus amigos en Jordania, pero la
muerte estaba más cerca. Así somos nosotros los pueblos: nuestra vida natural es
una refutación tajante contra la mentira que afirma "el país primero" puesto que
todos en la patria (me refiero a la gran patria y no a los cantones
artificiales), somos familia y amigos que nos conocemos el uno al otro, nos
casamos entre nosotros, aquel podría ser el primo de éste y éste podría ser
cuñado de aquelasí ha sido durante miles de años, y así será miles de años
después. Pero lejos del instrumento de la explosión criminal cuyos indicios
señalan a la organización de Al-Qaeda en la Tierra de los Dos Ríos, deberíamos
analizar el suceso y sus consecuencias para poder averiguar a quién interesa
este crimen; por ello exponemos a continuación el resultado político de las
explosiones criminales de Ammán:
A) Muertos y heridos que no son ocupantes, ni usurpadores, ni colaboradores, ni
represores, ni opresores, ni corruptos y ni comerciantes con el sustento del
pueblo y sus recursos, representando su reunión circunstancial en Ammán, una
paradoja contra la mentira regionalista y secesionista, que tanto los americanos
como los israelíes, se esfuerzan en difundir en la zona: (jordano-palestino,
sirio-libanés, chiíta-sunní, kurdo-turcomano-asirio-caldeo-druso,
musulmán-cristiano-copto, iraquí-árabe (extranjero), etcétera hasta el final de
la estrofa).
B) Movilizar a la calle jordana bajo el eslogan del proyecto regionalista
llamado "Jordania Primero", sus pilares, sus derivados y sus diferentes
dimensiones. Y bombear una nueva carga en lo que llaman "Identidad Regional
Jordana", en pie de igualdad con el acrecentamiento de las identidades
regionales en los países de la zona: (acrecentamiento de la identidad regional
libanesa después del asesinato de Al-Hariri, acrecentamiento de la identidad
regional iraquí después de la ocupación de EEUU). Y como la elaboración de la
"identidad regional" para los países que el colonialismo británico/francés,
garabateó sus mapas en el tratado de Sykes/Picot (el año 1916), es un prologo
para suprimir la identidad árabe y su proyecto representado en la liberación, la
unidad y la soberanía del pueblo sobre su dignidad, su tierra, sus recursos y su
futuro, lo que está claro, es que el acrecentamiento de las identidades
regionales, es también, el prologo de la amplificación de las identidades
inferiores (la étnica, confesional, racial) como en el Líbano o Iraq, lo que a
su vez conduciría, a seccionar lo que ya estaba seccionado en su origen.
C) Introducir el término "terrorismo", según el concepto americano, en la vida
política jordana en sus dos versiones: la oficial y la opositora. Se sabe que el
concepto americano sobe el "terrorismo", es un término holgado, nublado e
inconcreto deliberadamente, y en el se mezclan los atentados criminales (como en
las explosiones de Ammán) y los ataques de la legítima resistencia armada; ello
se reflejará en la vida política y pública del país a través del arrinconamiento
de las fuerzas nacionalistas que apoyan a la resistencia iraquí y que rechazan
el proceso político en marcha y sus derivados bajo la ocupación; se les meterá
en la casilla de los que "sustentan al terrorismo" y de los "instigadores" del
mismo, por lo que serán expuestos a una represión, tal vez sin precedentes,
particularmente ahora, cuando se firman acuerdos de seguridad entre el gobierno
jordano y el gobierno iraquí, formado éste último, bajo la sombra de la
ocupación y su soberanía. Es posible también que dicha represión alcance a quien
apoye a la resistencia armada palestina y a las operaciones de martirio contra
la entidad sionista.
D) Descuidarse completamente sobre los auténticos terroristas en la zona y que
son la ocupación americana y sionista (y antes que ellos, la francesa y la
inglesa), así como, de los horrores que cometen tanto en el plano regional como
en el plano internacional (campos de concentración secretos, desplazar a los
presos de un país a otro para que sean torturados, la privación de una
representación de defensa colegiada, la privación del derecho a denunciar y
alegar ante un Tribunal, los juicios militares, los asesinatos, el intento de
subvertir regímenes democráticos [Chávez] y miles de páginas más sobre
violaciones de derechos humanos). Y descuidarse sobre la realidad de que todos
los incendios que están en llamas en la zona árabe desde comienzos del siglo XX
y hasta ahora, son el resultado directo de dichas ocupaciones, es más, porque
los incendios habidos en Iraq, Arabia Saudí, Siria, Egipto y El Líbano desde
hace tres años, no habían hecho ignición hasta que llegó a la zona el promotor
de la "democracia", "la libertad", el difusor de "la paz" y "el bienestar": me
refiero al ejercito de EEUU, a sus servicios de inteligencia y a todos aquellos
que se les unieron
Así vemos, que el resultado político de dichas explosiones criminales, fluye en
la dirección favorable a la consagración de la fragmentación, la consagración de
lo que se venía trabajando desde hace años en cuanto a la identidad
regionalista, porque tener a la gente normal como objetivo, facilita la difusión
de dichos proyectos, identidades y el concepto americano-sionista sobre el
terrorismo. Además de maniatar, presionar y amenazar a los que resisten a la
normalización de relaciones con el proceso político seccionista de la ocupación
norteamericana en Iraq, y a los que rechazan cualquier solución política bajo su
bandera, convirtiéndolos, en un objetivo a perseguir utilizando el pretexto de
que "apoyan al terrorismo" o "lo instigan". Ello, tal vez, repercuta también
sobre los que resisten a la normalización de relaciones con el enemigo sionista.
En fin, afirmamos nuestra condena a las explosiones criminales en Ammán y vemos
que el resultado político, fluye a favor de los enemigos del proyecto de
liberación árabe. No caeremos en la trampa de EEUU y la entidad sionista
adoptando su concepto sobre el terrorismo. Y no perderemos la brújula que nos
señala que ambas ocupaciones, la norteamericana y la sionista, son el
terrorismo, y que resistirse a ellas, es legítimo en todos los sentidos.