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El Lobby israelí y la izquier da: Preguntas incómodas
Jeffrey BlankfortCorría 1991, Noam Chomsky acababa de terminar una conferencia en Berkeley
sobre el conflicto israelí-palestino y contestaba a las preguntas del público.
Un árabe-estadounidense le pidió que explicara su postura sobre la influencia
del Lobby israelí de Estados Unidos.
Chomsky respondi ó que habitualmente su ascendiente se exageraba y que como
otros grupos de presión, sólo parecía poderoso cuando su posición coincidía con
las "elites" que marcaban la política en Washington. Al inicio de la velada,
había asegurado que Israel recibía apoyo de Estados Unidos como recompensa a los
servicios que les prestaba en su calidad de "vigilante " en Oriente Próximo.
La respuesta de Chomsky provocó una cálida ovación de la audiencia que, sin
duda, se sentía complacida de tener judíos estadounidenses que absolvían a
Israel de cualquier culpabilidad en la opresión de los palestinos que se
encontraban entonces en el cuarto año de su primera Intifada.
Lo que resulta significativo es que las explicaciones de Chomsky sobre al apoyo
político y financiero que EE.UU. ha concedido a Israel durante años sólo las
comparten los que se conoce genéricamente como lobby israelí, y casi nadie más.
Bueno, no exactamente "casi nadie". Entre las excepciones se encuentra la
mayoría abrumadora de las dos cámaras del Congreso, los principales medios de
información y, lo que resulta igualmente significativo, prácticamente toda la
izquierda estadounidense, tanto la ideológica como la idealista, incluidas las
organizaciones que de manera ostensible se encuentran en la vanguardia de la
lucha por los derechos de los palestinos.
El que, en esta cuestión, exista unanimidad de pensamiento entre los partidarios
de Israel y la izquierda puede ayudar a explicar por qué el movimiento de apoyo
a Palestina en Estados Unidos ha fracasado por completo.
La postura de Chomsky sobre el lobby ya había quedado clara mucho antes de
aquella velada en Berkeley. En The Fateful Triangle, publicado en
1983, le concede poca relevancia:
Con frecuencia, esa "especial relación" se atribuye a las presiones políticas
del interior, en particular a la eficacia de la comunidad judía estadounidense
en la vida política y a su influencia en la opinión pública. Si bien hay algo de
cierto en ello...se subestima el alcance del "apoyo a Israel" y... se
sobreestima el papel de los grupos de presión política en la toma de
decisiones".