Latinoamérica
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Toledo: Sí o Sí, y Recontrasí
Raúl Wiener
A toda prisa va Toledo donde Uribe a ponerse de acuerdo como rematan el
estancado proceso de negociación del TLC.
Hace tiempo que no hay avances. Y la delegación de Estados Unidos presidida
por la señora Vargo, dice no a todas las propuestas.
Y si alguna vez hubo algún tipo de acuerdo fue por los márgenes y por las
declaraciones.
Porque las delegaciones andinas no han conseguido siquiera el objetivo de
sostener los beneficios de APTDEA que eran todo el motivo del tratado, porque
si se perdían venía la catástrofe.
Pero los gringos no han cedido ni en el arancel cero para el espárrago y los
otros productos de agroexportación que según Alfredo Ferrero eran la línea
roja que no pasarían nuestros negociadores. Y ya están hablando se compensar a
los que les van a quitar la franja de precios y a los otros sectores agrarios
que va a sentir la pegada de la baja de aranceles.
Al principio los niveles APTDEA eran el piso mínimo de negociación (de ahí
partiríamos), luego la señora Vargo se encargó de desencantarlos y de
convencerlos que a lo sumo sería un techo máximo. Ahora ni eso. Pero igual van
a sacrificar al resto de la agricultura orientada principalmente al mercado
interno.
Tampoco hay nada en medicinas y derechos de patentes. Igual se nos viene el
cambio de sistema y los productos de mayor costo y tecnología nos van a costar
casi el doble, y los baratos van a bajar aún más y ven a cerrar los
laboratorios nacionales.
Nada en protección de mercados para la micro y pequeña empresa, y entrega
fácil de las compras gubernamentales a las transnacionales yanquis. Con lo que
van a tirar al tacho cientos de miles de puestos de trabajo.
Nada en excepción cultural.
Nada en derechos nacionales frente a la inversión trasnacional.
Nada de nada.
Toledo y Uribe van a conversar de cómo capitular y absorber el "costo
político" de un tratado altamente perjudicial, pero del que no pueden
desdecirse porque se han comprometido hasta el cuello con la idea de que todos
modos se firmaría, y porque no quieren pagar el otro costo que es decir no al
amo de Washington.
¿De dónde viene el pánico de los dos presidentes?, ¿por qué el apuro de tirar
la toalla?, ¿por qué no suspender la negociación hasta después de las
elecciones en el Perú y Colombia, y las legislativas de Estados Unidos, cuando
las correlaciones están más claras? Las dificultades sufridas por el CAFTA
(Centroamérica y República Dominicana), que pasó con las justas el examen
congresal, la caída de la popularidad de Bush, el debilitamiento de la
economía norteamericana, el Katrina, parecen estar jugando decisivamente para
apurar a los presidentes. Si no es ahora, se nos pasa el carro.
Y nadie sabe para donde irán los cambios políticos del siguiente año.
La oportunidad de Toledo y Uribe, de consagrarse como los "mejores aliados"
del imperio en esta parte del mundo, está en juego en estos momentos.
Eso quería decir PPK ya hace algunas semanas cuando premonitoriamente sugirió
firmar el TLC como fuese, con el contenido que fuese, pero asegurando la
sociedad con los Estados Unidos; lo que repitió en su discurso ante el
Congreso, con la fórmula habrá TLC antes de fin de año, es decir que éste es
uno de los motivos de su premierato.
El 18 de mayo de 2004, Toledo lanzó su inmortal "firmaremos, sí o sí", que
quiere decir firmar si es bueno o si es malo.
El viaje a Colombia debe entenderse como una corrección: se firma recontrasí.
Tomando en manos de nuestros países la responsabilidad de bajar todas las
líneas de resistencia para sacar cualquier TLC, pero no quedarse vestidos de
novia, en la puerta de la iglesia.