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Los desaparecidos de Haití
Por Tom Reeves
ZNet
Al regresar a Haití el mes pasado, me encontré con una ocupación de los EE.UU.
no muy diferente a la de Irak, pero una de la cual muy pocos norteamericanos son
conscientes. Dos meses luego de que los EE.UU. forzaran la salida del presidente
electo y de que una "fuerza multinacional" ocupara el país, Haití se encuentra
en un caos mucho peor, y con un nivel de represión política solo igualable al
período 1991-1994 durante el gobierno militar. El Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas aprobó el 30 de abril el lanzamiento de una misión de
"mantenimiento de la paz" en Haití con el fin de reemplazar a la "fuerza
multinacional" liderada por los EE.UU. La ONU asignó 6.700 tropas y 1.622
policías para esta nueva fuerza. La misma, tomará control de la situación el 1
de julio, pero las tropas de los EE.UU., Francia, Canadá y otros miembros de la
fuerza de ocupación original continuarán tomando parte de la operación, a pesar
de la condena de muchas instancias en Haití (incluso algunas de dentro del
gobierno actual) de lo que llaman "una ocupación extranjera." A pesar del
informe de la ONU de fines de abril el cual consideró la situación en Haití
"extremadamente volátil" y estableció que el crimen y la violencia en general
han crecido desde la partida de Aristide, el Consejo de Seguridad felicitó a los
EE.UU. y sus aliados por la ocupación del 29 de Febrero. De los aproximadamente
3.500 miembros de las fuerzas armadas bajo comando norteamericano, más de 2.000
son marines.
Hay mucha más violencia en Haití de la que es revelada por las vías de
información estadounidenses como CNN, Fox y Associated Press, pero quizás no la
suficiente como para estimular las ansias de escándalo de estos medios. De
hecho, a la luz de la extrema pobreza (la peor en este hemisferio) conviviendo
codo a codo con una ostentosamente rica y mínima elite, y de las acciones
extremas de los golpistas de la ultra derecha y los ocupantes norteamericanos,
es sorprendente que no haya mucha más violencia de la que hay. Cuando los más
pobres de Haití -los habitantes de las villas de Cite Soleil, Dessalines y Bel
Air en las áreas bajas de Puerto Príncipe- vieron como su presidente les fue
arrebatado y su dignidad pisoteada, es sorprendente que no hayan tomado las
armas que, según EE.UU., fueron suministradas por el gobierno de Aristide (quien
negó este hecho), y no hayan asesinado a unos cuantos de los millonarios de piel
clara en los suburbios de las tierras altas de Petionville. Sin embargo no lo
hicieron. El Dr. Paul Farmer, especialista en salud pública aclamado
universalmente por su trabajo contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis en
Haití (y en muchos otros lados), explicó "Yo personalmente, en todos estos años
en Haití, nunca he visto un campesino con un arma. Y casi todos los que habitan
estas zonas son miembros de Famni Lavalas (FL, el partido de Aristide).
Recientemente he tenido que atender muchas heridas de bala, pero todas han sido
infligidas por ex soldados, policías o gente que tiene autos, no por
campesinos." (email de Paul Farmer, 3 de mayo de 2004).
Haití alcanzó los titulares y se mantuvo durante tres semanas. Los medios
estadounidenses cubrieron primero una "rebelión" contra el "dictador," el
Presidente Jean Bertrand Aristide, y finalmente su abrupta remoción en el medio
de la noche del 29 de febrero. Los EE.UU. lo llamaron partida voluntaria que
permitió la "restauración de la democracia." Esta es la versión difundida por
los medios de comunicación corporativos. Aristide, CARICOM (los vecinos
caribeños de Haití) y el grupo parlamentario negro del Congreso insistieron en
que no hubo renuncia, sino que fue forzado a volar a un destino desconocido. Los
EE.UU. lo llevaron a lo que los informes del Departamento de Estado denominan
"la capital más violenta del mundo," Bangui, República Africana Central.
Los críticos han dicho que lo que ha sucedido no fue una rebelión, sino un golpe
orquestado por los EE.UU. Se basan en el testimonio del especialista en creole
contratado por el Departamento de Estado para traducir lo que EE.UU. llamó la
"carta de renuncia." La carta fue escrita en subjuntivo. Comenzaba de este modo,
"si yo fuera a renunciar..." Estas palabras son similares a una carta que
Aristide fue forzado a firmar por los militares haitianos en 1991, la cual distó
claramente de ser una renuncia voluntaria. Esta opinión recibió poca cobertura y
fue descartada como "ridícula" por funcionarios de los EE.UU. y por la mayoría
de los comentaristas de noticias.
Yo he estado en Haití muchas veces desde 1997. Colaboré en la organización de
las Delegaciones de Observadores de Nueva Inglaterra (NEOD) a Haití entre 1991 y
1998, que incluyeron a muchos ciudadanos prominentes de Boston. Durante el
período del golpe anterior fuimos testigos de violaciones terribles de los
derechos humanos a manos del ejército haitiano, entrenado por los EE.UU., y las
fuerzas paramilitares del FRAPH, financiadas por la CIA, como se demostró luego.
También vimos el júbilo casi universal de los pobres urbanos y rurales de Haití
(85% de la población) en el momento de la vuelta de Aristide. También viajé a
Haití en marzo pasado, siendo testigo de la continua popularidad de Aristide
entre los pobres, así como también de los crecientes signos de que un genuino
golpe apoyado por los EE.UU. estaba en marcha.
Este último viaje a Haití tuvo como objetivo presenciar los resultados de ese
golpe. Nuevamente, pude observar las mismas condiciones: masiva violencia contra
el pobre, especialmente contra Lavalas y otros grupos asociados con Aristide, la
misma fuerza FRAPH y ex figuras del ejército haitiano cometiendo las mismas
atrocidades, y finalmente un continuo y avasallante apoyo hacia Aristide entre
los pobres -aunque un poco menos explícito- si bien no entre las clases medias
profesionales, algunos de los cuales lo apoyaron con anterioridad, y ciertamente
no entre la elite que siempre lo ha odiado, a él y a su base popular.
Llegué a este país también sorprendido y entristecido por el profundo abismo que
dividía al movimiento solidario con Haití, del cual NEOD había sido una parte
vital. Entendí por qué algunos eran más críticos de Aristide que otros. Pero no
entendí cómo la desilusión para con él podría traducirse en apoyo a un golpe
inconstitucional orquestado por los EE.UU. Sé que mis colegas que apoyaron a
aquellos que en Haití demandaron la salida de Aristide a cualquier precio
insisten en que ellos no apoyaron la ocupación norteamericana, y ciertamente
tampoco el retorno de los "macoutes" (nombre con el que se conoce a los matones
de Duvalier). Sin embargo, esto fue lo que su postura ayudó a generar. Regresé a
casa convencido de que en parte tenían razón con respecto a los supuestos
fracasos de Aristide (entendibles, quizás, en un líder encerrado en una caja
neoliberal construida por EE.UU.) pero de que estaban totalmente equivocados en
relación a lo que sucedería si era forzado a retirarse.
La "Nueva Realidad" En Haití
Lo que la mayoría de los estadounidenses -incluyendo la mayoría de los
progresistas- no saben son los siguientes datos:
(1) Muchos haitianos (incluyendo gran parte de la mayoría pobre) se unieron a
los países del Caribe y de África, al Grupo Parlamentario Negro del Congreso, a
otras varias personas en el Congreso así como también a líderes religiosos y de
derechos humanos, para denunciar "la rebelión" como un golpe de derechas
financiado y apoyado por los EE.UU., y la salida de Aristide como un golpe de
los EE.UU. contra un presidente elegido democráticamente.
Los EE.UU. y Francia, de acuerdo con funcionarios de CARICOM, han amenazado con
utilizar el veto si CARICOM presiona con comenzar una investigación en la ONU.
Dos reuniones importantes de CARICOM con funcionarios de los EE.UU., incluyendo
una con el Secretario de Seguridad Nacional para discutir medidas anti-terroristas,
han sido canceladas porque EE.UU. insistió en que el nuevo régimen haitiano
debía participar y CARICOM se negó. El Secretario General de CARICOM, Edwin
Carrington, dijo que su decisión de no sentarse a la mesa con representantes del
gobierno haitiano estaba basada en principios. "La seguridad es muy importante
para todos nosotros, pero creo que la primera cosa de importancia es la
naturaleza y respeto hacia nuestra comunidad y no podemos comprometernos en ese
principio," declaró Carrington. (Diálogo con la BBC del Caribe, 29 de abril de
2004).
Uno puede escuchar hoy en día en los medios norteamericanos que la elección de
Aristide en el 2000 fue "fraudulenta." Hubo cuestionamientos realizados por la
OEA y otras organizaciones sobre las elecciones legislativas de ese año. Las
elecciones presidenciales fueron seguidas por observadores internacionales
(Global Exchange y el Centro Quijote de Maryland de orientación católica) y por
un altamente aclamado grupo de campesinos haitianos, KOZEPEP. El encargado del
seguimiento por parte del gobierno de Haití, quien organizó las elecciones, fue
el CEP, organismo que incluye a varios miembros de la oposición y a ninguno de
Lavalas. Todos estos observadores verificaron que fue una elección libre y justa
con cerca de 3 millones de votantes, un 61% de los registrados, dando a Aristide
más del 90% de los votos por sobre otros seis candidatos menores. A pesar de que
la oposición oficial - la Convergencia - boicoteó estas elecciones, las
encuestas de Gallup encargadas por USAID y censuradas luego por los EE.UU.,
tanto antes como luego de las elecciones, indicaron que los resultados estimados
eran correctos y que la mayoría de los haitianos continuaba apoyando la elección
de Aristide y del partido Lavalas al menos durante el año 2002. En marzo de
2002, 61,6% de los entrevistados dijeron que simpatizaban o eran miembros de FL,
mientras que solo 13% señalaron a la Convergencia o a alguno de los partidos que
la formaban. Cuando se les pidió nombrar al líder haitiano en quien más
confiaban, el líder de Convergencia Gerard Gourgue recibió 3,7% (Tengo en mi
poder una copia de las encuestas CID Gallup desde 2000 hasta marzo de 2002,
encargadas por USAID y filtradas por un empleado de este organismo. Una encuesta
final fue hecha en marzo de 2003 por Gallup y fue igualmente censurada. Los que
han accedido a sus resultados dicen que el FL continúa recibiendo el apoyo de
más de la mitad de los entrevistados y de dos tercios de los que son
identificados como "pobres"). La diferencia entre el gobierno de Lavalas y el
régimen de facto actual es que Aristide aceptó las reglas que establecían que
los partidos de oposición debían ser parte del consejo electoral (CEP) que
organiza las elecciones. A finales de abril, luego de mantener una conferencia
con más de 1.000 miembros, muchos habiendo vivido en la clandestinidad debido a
la severa persecución, el partido FL rechazó elegir a un representante al CEP,
aduciendo la extendida violencia contra sus partidarios. Líderes religiosos de
Ti Legliz (grupos llamados "pequeña iglesia" organizados por promotores de la
teología de la liberación, similares a las "comunidades de base" en Nicaragua)
llevaron a cabo una protesta el 29 de abril en la iglesia de San Juan Bosco en
La Saline, un barrio de Lavalas. Este es el lugar donde ocurrió la masacre de
1988 en la parroquia de Aristide. Ti Legliz demandó el fin de lo que llamaron
persecución extendida, incluyendo los asesinatos y amenazas contra sus miembros.
"En este ambiente no se pueden llevar a cabo elecciones justas," dijo el vocero
de Ti Legliz. (Agence Haitien de Press, 29 de abril de 2004). Sin embargo,
Gerard Latortue, el Primer Ministro de facto, dice que pretende llamar a
elecciones, sin Lavalas, claramente el partido más ampliamente organizado en
Haití. La diferencia es que los EE.UU., la OEA, y evidentemente la ONU,
aceptarán una elección en un clima de terror que excluye a un gran segmento de
la población más pobre del país.
(2) Hoy, las mismas fuerzas paramilitares y ex oficiales del ejército que
aterrorizaron Haití durante golpes anteriores, están repitiendo sus acciones.
Sus víctimas son mayormente los pobres y sus organizaciones populares, que
apoyaron (y aún apoyan) al Presidente Aristide y a FL. Entrevistamos a muchas de
estas víctimas que dijeron reconocer en sus torturadores (y en un caso
violadores) a los mismos hombres que los victimizaron una década atrás. Entre
muchos de los que hoy aterrorizan Haití también hay criminales comunes que
fueron liberados de la Penitenciaría Nacional por los "rebeldes," así como
también condenados por violaciones de los derechos humanos y masacres como Jodel
Chamblain y Jean "Tatoune."
Chamblain organizó su "entrega" en un hotel lujoso de Petionville. Parece
próximo a modificar sus convicciones y ser reinventado como un "luchador de la
libertad." Brian Concannon es un abogado estadounidense y experto en derechos
humanos que asesoró a los fiscales en los juicios por la masacre de Raboto
(donde Chamblain fue condenado in absentia). Concannon dijo sobre la entrega de
Chamblain que "bajo las circunstancias actuales cualquier caso contra [Chamblain]
sería una farsa. Primero, las víctimas están en la clandestinidad porque sus
aliados las han aterrorizado. Segundo, el Ministro de Justicia de facto declaró
públicamente al comienzo de esta semana que Chamblain no tiene nada que
esconder, lo que deja bien en claro que su intención es que este juicio sea una
farsa. Tercero, el juez en el caso Raboto fue atacado por gente de Chamblain el
30 de marzo, por lo que se deduce que no tendremos un juez que seguirá el caso
seriamente. Y finalmente, la casa del fiscal principal de este juicio fue
quemada en febrero. Por lo que es improbable que se tenga a un fiscal obsesivo y
decidido en este caso."
Un ex oficial haitiano, Remissanthe Raix, se denomina a sí mismo el actual jefe
del ejército, comandando más de 1.600 soldados negándose firmemente a
desarmarlos. "Nosotros SOMOS el ejército, y estamos de vuelta," dijo Raix.
Joseph Jean-Baptiste, otro ex oficial del ejército se ha negado a desarmar a sus
tropas dándole la bienvenida a los ocupadores chilenos, siempre que sus 30
soldados no desafíen a los 400 de él en la región de Hinche. Poco después de que
llegaran los chilenos a pasar unos días en Hinche (el 20 de abril) volviendo a
la base de Puerto Príncipe cada noche, dos estaciones de policía y las oficinas
centrales de FL fueron incendiadas en esa ciudad.
(3) Se está desarrollando una violenta represión que se aproxima a los niveles
del último golpe -3.000 a 5.000 muertos durante 3 años. Varias delegaciones de
líderes solidarios y abogados de derechos humanos de los EE.UU. han documentado
y denunciado esta continua represión, entre ellos la Delegación Observadora de
Emergencia el Quijote de la cual formé parte, el Programa Ecuménico de América
Central y el Caribe (EPICA), la Delegación de Abogados Nacionales, la Delegación
de la Asociación de Abogados Negros, y la primer delegación de Amnistía
Internacional desde que sucedió el golpe. Estos son los primeros intentos serios
de investigar y documentar las violaciones de derechos humanos en Haití desde el
29 de febrero. (Ver "Let Haiti Live. Human Rights Report," 1 de mayo de 2004
www.haitireborn.org). Estas organizaciones realizaron una dura crítica al
gobierno de facto por su fracaso en investigar estos casos y su aparente
complicidad con los perpetradores.
Como miembro de una de las delegaciones entrevisté a familias de las víctimas y
testigos de los ataques violentos sobre Lavalas. Basándome en conversaciones con
estos testigos, incluyendo aquellos que fueron víctimas del primer golpe ahora
re-victimizados por este último, como también en entrevistas conducidas por la
delegación de personal de la morgue (NLG), creo que ha habido al menos unos
1.000 asesinatos políticos en el mes de marzo, posiblemente más, y entre 40 y 60
muertes causadas por disparos de los marines estadounidenses. Incluso los
soldados franceses, quienes todavía no han disparado ningún tiro (quizás uno,
según un testimonio) llaman a los estadounidenses "gatillo feliz." Los marines
de los EEUU entrevistados por mí, algunos recién llegados de Irak, defendieron
la violencia preventiva argumentando que "todo haitiano que nos encontramos
puede ser un enemigo." Un marine me contó un incidente en el cual él y otros de
su patrulla casi matan a un haitiano que pensaron tenía un arma.
"Afortunadamente para él se dio vuelta y lo tiramos al suelo, era solamente un
niño con un palo, y casi lo matamos."
(4) Un régimen "interino" ha sido instalado, liderado por un haitiano en el
exilio (similar al Gobierno Provisional en Irak), elegido por un "consejo de
mayores" (nueva similitud con Irak), incluyendo ningún miembro del mayor partido
de Haití, Lavalas. El Primer Ministro, Gerard Latortue vivió en el exilio
durante 14 años, más recientemente en una mansión en Boca Ratón, Florida, en
donde todavía viven algunos de sus ministros. Esta es la razón por la cual
muchos haitianos hablan del "régimen de Boca." Latortue fue miembro de un
gobierno golpista en 1988. El gobierno instalado por EE.UU. incluye oficiales de
extrema derecha del régimen de Raúl Cedras y de los infames Duvaliers. El
Ministro del Interior es Herard Abraham, un ex general haitiano que pretende
reestablecer las fuerzas armadas del país. El gabinete está compuesto por
tecnócratas exiliados que trabajaron para el Banco Mundial, el FMI, USAID y la
ONU. Son campeones del ajuste estructural y otras políticas neoliberales.
Implementarán lo que nuestra delegación NEOD escuchó caracterizar como "el Plan
estadounidense de la Muerte" hace ya una década atrás. Resulta irónico que
muchos izquierdistas criticaran a Aristide por no cumplir con su programa
socialista y por haber aceptado elementos neoliberales como parte de un pacto
para permitir su regreso junto a los soldados norteamericanos en 1994. Ahora sí
viene el neoliberalismo puro.
La Zona De Aprendizaje De Los EE.UU.
Conduciendo de vuelta hacia Puerto Príncipe desde Jacmel el viernes pasado saqué
fotos de una vaca en un basural al lado de un cartel en inglés publicitando una
de las tantas escuelas dirigidas a la pequeña pero importante clase media
haitiana. El cartel proclamaba "Una zona de aprendizaje norteamericana." Haití
es una zona de aprendizaje de los EE.UU. en más de un sentido. El hombre
encargado de Haití en el Departamento de Estado es Roger Noriega, ex asistente
de Jesse Helms quien ha escrito discursos contra Aristide desde antes de su
primera elección en 1991. Luego de que el Secretario de Estado Colin Powell
hablara en el Consejo de las Américas en Washington en abril de 2003, Noriega
relacionó las políticas de EE.UU. hacia Haití con las dirigidas hacia Venezuela
y Cuba. Felicitó a la OEA por haber superado su "falta de relevancia en los
últimos años" mediante la adopción de la Carta Democrática Inter-Americana. El
artículo 20, dijo Noriega, "describe una serie de acciones que deben ser
tomadas...en el caso de que un estado miembro no cumpla con los elementos
esenciales de una vida democrática..." Noriega vio al artículo 20 como una
fórmula para la intervención. Agregó "el Presidente Chávez y el Presidente
Aristide han contribuido voluntariamente a un ambiente polarizado y pleno de
confrontaciones...Es mi esperanza ferviente que la gente buena de Cuba esté
estudiando la Carta Democrática..." Si no lo han hecho antes del 29 de febrero,
deberán hacerlo ahora. Uno de los primeros actos de los marines luego de
desembarcar en Haití este año podría haber sido el establecimiento de un
perímetro alrededor del Mole San Nicolás, la península enfrente de Guantánamo,
tomando control sobre el angosto estrecho entre Haití y Cuba. Venezuela y Cuba:
¡Tengan cuidado!
El régimen de George W. Bush ha aprendido a hacer "golpes correctos," o como
algunos han denominado "golpes light." El apoyo de la CIA al FRAPH y el
entrenamiento de la junta militar haitiana han sido bien documentados bajo el
primer George Bush (ver Alan Nairn, The Nation, 24 de abril de 1994). Pero bajo
Clinton los EE.UU. estaban divididos en relación al golpe aprobado por su
predecesor. Cuando Clinton heredó su política, sus aliados liberales se
mostraron asqueados frente a estos arrogantes tiranos que aterrorizaban a los
pobres y obtenían ganancias del comercio de drogas y los éxitos de la elite.
EE.UU. no manejó ese golpe muy bien. Los resultados se salieron de control.
Hoy en día los EE.UU. han aprendido varias lecciones. Ahora manejan al detalle
cada faceta de la "nueva realidad" en Haití, incluyendo las barridas masivas de
los barrios de Lavalas, y la entrega al estilo Hollywood del fascista Jodel
Chamblain. Este último fue aclamado por sus seguidores mientras se entregaba con
lágrimas en los ojos, cambiando su campera camuflada por un traje gris en la
presencia de las fuerzas armadas de los EE.UU. y del ministro de justicia
interino. El Primer Ministro Latortue lo llamó a él y a otros miembros del FRAPH
"luchadores por la libertad" mientras visitaba Gonaives, lugar donde estos
rebeldes cometieron las primeras atrocidades. Ahora a Chamblain se le ha
prometido un nuevo juicio, a pesar de las condenas internacionales por asesinato
y masacre. El gobierno interino también manifestó la posibilidad de que
Chamblain y los otros sean perdonados ¡debido a sus "contribuciones" a la
reciente democracia! Bush y sus aliados son altamente talentosos en el lenguaje
de Orwell "guerra es paz, justicia es impunidad para los hombres de nuestro
bando."
Haití debería ser una zona de aprendizaje para todos los norteamericanos que
entiendan y se opongan a la política imperial de intervención de los EE.UU. en
todo el mundo. Si los EE.UU. pueden salirse con la suya con un apoyo abierto y
encubierto a una "rebelión" liderada por ex militares y paramilitares, muchos de
los cuales han sido condenados por asesinatos y otras violaciones a los derechos
humanos durante el último golpe, este país puede estar mentalizado para llevar a
cabo operaciones similares en Venezuela y quizás incluso en Cuba.
La evidencia es clara: las armas de EE.UU. (dirigidas supuestamente al ejército
dominicano) fueron introducidas de contrabando en Haití por ex militares y
paramilitares, muchos de los cuales fueron entrenados y financiados por largo
tiempo por la CIA y otros agentes de EE.UU. La plata de EE.UU., tanto del
gobierno como privada, ha fluido hacia los cofres de las ONG asociadas con la
oposición: la Convergencia de extrema derecha y el neoliberal "Grupo de los 184"
dirigido por la elite de negocios haitiana (incluyendo dueños de fábricas que
explotan a sus trabajadores) y ampliamente publicitado por el ultra conservador
"Proyecto Democracia en Haití" con base en Washington DC. Entre algunos de los
contribuyentes financieros y organizadores de la oposición estaban IRI y NDI,
las ONG internacionales atadas a los partidos Republicano y Demócrata
respectivamente. En Jacmel nos entrevistamos con estudiantes, mujeres y
organizadores sindicales que habían formado grupos específicamente anti-Aristide
para demandar la salida del presidente a comienzos de este año. Con orgullo
exhibían su conexión con USAID, el programa de Mejora Democrática del
Departamento de Estado y el NDI. "Nos entrenan y nos enseñan como organizarnos,
y nosotros organizamos los grupos que ustedes ven aquí para demandar que el
gobierno corrupto de Aristide sea derribado."
Complicidad De Progresistas En El Golpe
Republicanos y demócratas estaban involucrados en la salida forzada de Aristide
del poder. Esta vez el golpe fue hecho "correctamente" en términos de la
política norteamericana, con el apoyo incluso de elementos progresistas. Grupos
anti- globalización, de campesinos y de mujeres "izquierdistas" deberán
responsabilizarse por su aparente complicidad con los eventos que llevaron al
caos actual. La mayoría de estos grupos son financiados completamente por los
EE.UU. y otras ONG internacionales que se denominan a sí mismas progresistas.
Entre los grupos con lazos cercanos con los EE.UU. está el MPP (un gran grupo
campesino basado en el Central Plateau, cuyo líder Chavannes Jean Baptiste y dos
de sus hermanos pasaron el primer golpe en el exilio en Boston), PAPDA (una
coalición anti- neoliberal) y varios grupos de mujeres (SOFA, CONAP, ENFOFANM)
apoyados por muchas ONG norteamericanas progresistas incluyendo Grassroots
Internacional y Consejo Nacional por los Derechos haitianos (NCHR) con un grupo
matriz denominado NCHR-US, con base en Nueva York, financiado por USAID y otras
grandes fundaciones norteamericanas. Todos estos grupos se involucraron con la
oposición política (controlada por intereses de la elite de negocios) y todas
sus críticas contra las atrocidades de los supuestos "rebeldes" fueron
acalladas. Me reuní con todos estos grupos muchas veces entre 1991 y 2004, y
solamente MPP se negó a recibirme el año pasado y durante éste mi último viaje.
MPP es un caso muy especial. Chavannes Jean Baptiste es una figura similar a
Aristide, entrenado por el mismo Aristide, es carismático y muy cercano a su
gran base de apoyo. Pero también está convencido que su liderazgo es esencial
para el futuro de Haití. Chavannes era una persona muy cercana a Aristide,
sirviendo como su vocero cuando retornó luego del golpe. Poco después, cuando la
mayoría de los grupos dentro de Lavalas eligió a Preval para suceder a Aristide,
Chavannes anunció su ruptura con Aristide. En aquel momento hubo terribles
confrontaciones entre Chavannes y activistas de Lavalas en Mirebalais, Hinche,
Maissade y otros lugares en el Central Plateau. En la elección de 2000 Chavannes
se alió abiertamente a sus antiguos y peores enemigos y se unió a la
Convergencia. Más tarde Chavannes se unió al Grupo de los 184 -mucho más sagaz
con los medios de comunicación pero claramente neoliberal- liderado por dueños
de negocios basados en la explotación y otros hombres de la elite. El MPP ha
recientemente firmado su "contrato social," el cual parece ser lo opuesto de la
agenda populista promovida por el grupo con anterioridad.
Más de un campesino de Mirabalais en el Central Plateau, así como también los
líderes sindicales y curas, me informaron sobre evidencias de que la mayoría de
las armas y hombres que vinieron de República Dominicana para comenzar la
rebelión en Gonaives y Cap Haitíen a principios de febrero, lo hicieron a través
de Chavannes. "No había manera de hacer esto sin su apoyo activo." Se dice que
Chavannes está considerando un puesto en el gobierno de facto como ministro de
asuntos campesinos. Yo estaba con Chavannes y su madre cuando lloraron al ver
las ruinas y el vandalismo en sus oficinas de Papay al regresar luego del primer
golpe en 1994. Ese daño fue hecho por los mismos militares y paramilitares que
ahora ocupan la mayor parte del país. Otro campesino disidente me dijo que
recientemente Chavannes ha abrazado y organizado una fiesta a Chamblain, el
asesino condenado y miembro del FRAPH quien "liberó" Hinche, la base del MPP.
Estas alianzas pueden ser meramente extrañas parejas para tiempos de guerra,
pero a nivel personal son difíciles de entender.
Cuando critico PAPDA, SOFA, CONAP y ENFOFANM, no quiero decir que estos grupos
apoyaran deliberadamente el golpe. Solamente quiero decir que no representan a
la gente pobre de Haití. Esta afirmación está basada en su historial y en la
creciente falta de conexión con su base. Creo que mantienen ideologías
progresistas coherentes acerca de la globalización, el neoliberalismo y el rol
de la mujer. Uno quizás tenga que cuestionar su colaboración con OPL, el pequeño
partido político de Gerard Pierre Charles, quien eventualmente se unió a la
Convergencia, pero quien actualmente implementó muchas de las políticas
neoliberales cuando el OPL estaba en el gobierno de Preval. Cualquiera fuera su
ideología, sostengo que el que focalizaran todos sus esfuerzos en sacar a
Aristide del poder por cualquier medio posible les hizo el juego a los
neoliberales y los militares de extrema derecha, y que esto era predecible.
Creo que su furia y, sí, su odio hacia Aristide distorsionó su visión. Era
entendible. Aristide y su gobierno hicieron demasiados compromisos con las
políticas de ajuste estructural de los EE.UU. El gobierno de Aristide estaba
lleno de corrupción y responsable de violaciones de derechos humanos, pero,
insisto, no tan comprometido como otros gobiernos de Haití, a excepción de
Preval, y mucho menos que el actual régimen de facto. Como mucho, se pueden
atribuir 20 o 30 asesinatos políticos a Lavalas en estos 3 años. En una sola
noche de marzo de este año se han cometido más atrocidades contra Lavalas. No
encuentro creíble la acusación de SOFA de que el gobierno de Aristide luego del
año 2000 era "peor que Cedras o Duvalier." Me reuní con estas mujeres en la
clandestinidad durante golpes previos y las encontré aterrorizadas. Las vi el
año pasado, durante el gobierno de Aristide, funcionando abiertamente desde su
oficina en el centro de Puerto Príncipe. Estos pequeños think tanks liberales y
grupos feministas no eran golpistas, pero sus posiciones ayudaron a los
golpistas y a los objetivos imperialistas de los EE.UU.
En 2003, Anne Sosin, una investigadora de Dartmouth trabajó con SOFA durante
unos 4 meses. En una carta enviada a SOFA y a grupos que trabajaban con esta
institución (incluyendo Grassroots Internacional), escribió, "el movimiento de
base que hizo florecer a organizaciones como SOFA se estancó y no ha
evolucionado hasta convertirse en un verdadero sector ciudadano democrático y
representativo. SOFA ... fracasó en gestionar la tensión que existe entre la
administración organizativa y la representación popular. Como muchas otras
organizaciones de la sociedad civil en Haití" (PAPDA es un ejemplo más claro
todavía, agrego yo). "SOFA es liderada por mujeres educadas y de habla francesa
de la clase media haitiana y se ha aliado políticamente con el movimiento
político de elite." Sosin insiste que la mayoría de los miembros originales de
SOFA se fueron para unirse a otras organizaciones de base popular. Describe en
detalle la manera en que SOFA se ha vuelto activa en el movimiento de oposición
dominado por la elite y "ha usado su posición para llegar a la comunidad
internacional...Su posición (sobre Aristide) no se derivó de un voto entre su
membresía menguante, sino que refleja los sentimientos de un pequeño grupo de
líderes pagados."
Quizás lo peor de todo, es que volví a escuchar, junto con otros de la
delegación, como lo había hecho hace un año atrás, una letanía de malos tratos y
abusos que el NCHR dice haber documentado en contra de funcionarios del gobierno
de Aristide y Lavalas. Protestan con razón la no resolución del asesinato del
periodista Jean Dominique y de una docena de otros ataques de alto perfil contra
activistas de la oposición y contra otros tres periodistas. Sin embargo, durante
los dos años previos a este último golpe, ellos se negaron vehementemente a
investigar los ahora verificados supuestos asesinatos, amenazas y bombardeos
contra el gobierno y Lavalas por parte de las ex fuerzas armadas y del FRAPH. Se
rieron del supuesto intento de golpe al Palacio Nacional en diciembre de 2001,
aunque ahora Jodel Chamblain alardee que ese fue un intento de golpe desde el
principio.
A pesar de que eran el único grupo de derechos humanos en el país que contaba
con recursos financieros adecuados y observadores entrenados, el NDHR se volvió
totalmente parcial: anti-Lavalas, anti-Aristide. Esto es simplemente inapropiado
para un grupo que se hace llamar organización por "los derechos haitianos."
Durante el último mes antes del golpe abandonaron su pretendida imparcialidad
uniéndose a las demandas de salida de Aristide, sin referencia a los medios
utilizados para lograrlo. Luego del 29 de febrero continuaron citando abusos de
los "chimeres" a quienes simplemente denominan "matones de Aristide," sin
documentar sus conexiones. Aunque le dijeron a nuestro grupo que "habían
escuchado" algo acerca de la violencia contra miembros no armados de Lavalas,
incluyendo la posible complicidad de los marines en el incidente en Bel Air, el
NCHR dijo que "carecían de acceso" a las villas pro Lavalas. Por supuesto que
carecían de acceso: carecían de toda credibilidad como observadores de derechos
humanos.
NCHR continúa declarando que siempre ha investigado violaciones a los derechos
humanos de manera igualitaria. Sin embargo, el 26 de abril el NCHR se unió a
PAPDA, CONAP y otros grupos "progresistas" anti-Aristide en una manifestación
ante el Palacio Nacional. Ignorando totalmente la ola masiva de represión contra
Lavalas que ha sido documentada por delegaciones internacionales en Haití a
finales de marzo y principios de abril, NCHR y otros grupos solo demandaron el
arresto inmediato del último primer ministro de Aristide, Yvon Neptuno y otros
oficiales de su gobierno. Los manifestantes dijeron "no es normal que los
acusados estén caminando por las calles." Sin embargo, NCHR y otros grupos
omitieron mención alguna de los crímenes cometidos por los criminales que
escaparon de la penitenciaria o las bien documentadas atrocidades llevadas a
cabo por los miembros del ex ejército de Haití, el FRAPH y otros grupos entre
los "rebeldes." A esto llaman ser imparciales a la hora de investigar los
derechos humanos.
Chidi Anselm Odinkalu, en un artículo publicado por el Concejo de Ética y
Asuntos Internacionales del Instituto Carnegie, señala el problema del discurso
sobre "derechos humanos", y yo me permito agregar que su análisis es válido para
los discursos "anti- globalización" y "anti-neoliberal" también. Su artículo se
llama "Por qué los africanos no usan el lenguaje de los derechos humanos," pero
podría haber estado hablando acerca de Haití o cualquier otra nación empobrecida
y oprimida. "El movimiento actual de derechos humanos en África...parece
diseñado para excluir la participación de la gente cuyo bienestar se supone que
se está promoviendo. La mayoría de las organizaciones de derechos humanos han
sido modeladas siguiendo a las organizaciones del norte ubicadas en zonas
urbanas, dirigidas por un pequeño grupo, administradas sin una base de
miembros...y dependientes solamente de fondos extranjeros. La más exitosa de
estas organizaciones solo consigue alcanzar el status equivalente de un think
tank de políticas públicas, un instituto de investigación o una editora de
libros especializados. Con gran visibilidad en los medios y un estilo de vida
coherente, los líderes de estas iniciativas disfrutan del confort y el
privilegio, y progresivamente se distancian de una vida de lucha...Lejos de ser
candidatos a la medalla de honor, el activismo por los derechos humanos se ha
convertido crecientemente en un certificado de privilegio. Parte de la culpa de
este triste estado de cosas reside en las organizaciones internacionales de
derechos humanos del norte...las organizaciones locales existen para complacer a
las agencias internacionales que las financian o apoyan."
La lección principal a ser aprendida por los que financian estos proyectos y las
ONG, y por todos los activistas solidarios, es que la solidaridad debe ser ante
todo para con el pueblo de Haití, afirmando su voluntad mediante el voto, como
los haitianos lo hicieron con Aristide en el 2000 (la OEA y otras ONG
internacionales certificaron este hecho en aquel momento). Más allá de esto, el
financiamiento internacional y los grupos solidarios (y aquí la crítica es
igualmente válida para aquellos que apoyaron totalmente a Lavalas sin
cuestionamientos) no deben ponerse orejeras cuando visitan Haití. Deben escuchar
críticamente a todos los lados. Deben buscar pruebas concretas de la
organización de base de las organizaciones que financian, pruebas de que las
filas sienten de la misma manera que "los líderes."
Falta aún ver quien ganará más en su ejercicio de aprendizaje en Haití, si el
imperio de los EE.UU. o el movimiento de solidaridad internacional. Esperemos
que la respuesta señale a este último, dado que las próximas zonas de
aprendizaje llegarán más rápido de lo que creemos, especialmente si el régimen
de Bush sobrevive a la debacle de Irak y las elecciones de noviembre.
El material para este artículo fue compilado a partir de observaciones y
entrevistas realizadas junto a la Misión Observadora de Emergencia en Haití, un
grupo de 24 personas diversas provenientes de EE.UU. y Canadá, coordinadas por
el Centro Quijote con base en Maryland. Se llevó a cabo entre el 23 de marzo y
el 2 de abril de 2004. Las ideas expresadas en este artículo son solamente
responsabilidad del autor.