Latinoam�rica
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Los Sacerdotes en la mira del Minif�hrer
Persecuci�n de los acerdotes que llevan el mensaje evangelizador a los pobres. Camilo Torres Restrepo, Domingo La�n, Manuel P�rez. El padre Oliverio Medina y la detenci�n del cura Lorenzo Cantalapiedra de La Uribe (Meta). Campa�a de solidaridad
"Un grito de Dios".
Jos� Mar�a Carbonell
ANNCOL
Viendo esas noticias no dejo de sentir una especie
de asombro.
Asombro que me produce que en un pa�s que sus dirigentes dicen tiene una
"democracia profunda", se impida el libre ejercicio del sacerdocio. A menos que
la c�pula que se ha empotrado en el poder en Colombia, considere que s�lo ellos
son merecedores de escuchar el mensaje del Evangelio, que es ni m�s ni menos -me
ense�� el cura Camilo- un mensaje de amor, de fraternidad, de solidaridad.
Quiz� por esa
raz�n es que la c�pula persigui� "con todos los hierros" al cura Camilo Torres
Restrepo, lo dej� solo -solo sin el apoyo de la c�pula eclesial, quiero decir;
porque siempre estuvo apoyado por los verdaderos hijos de Dios, el pueblo- en su
enfrentamiento con la oligarqu�a tradicional y tradicionalmente asesina, y quiz�
esa haya sido una de las causas que precipit� su decisi�n de enguerrillerarse,
de irse pa'l monte, en donde muri� tempranamente, muy para nuestro pesar.
Quiz� por la
raz�n de que los sectores olig�rquicos se consideran -tambi�n- los due�os de la
palabra de Dios, es que persiguieron -tambi�n apoyados por la c�pula eclesial- a
los sacerdotes de la Teolog�a de la Liberaci�n, al grupo Golconda, y a cuantos
curas han adelantado su sacerdocio al lado de los pobres y menesterosos.
Recordemos los curas en Cartagena.
Persecuci�n
que le fue cerrando espacios a varios de esos sacerdotes y los oblig� -tambi�n a
ellos- a tomar la determinaci�n de enguerrillerarse, de irse pa'l monte. Les
hablo de Domingo La�n, de Manuel P�rez y de otros sacerdotes que las fuerzas
oscuras olig�rquicas obligaron a tomar las armas en la mano para defenderse y
defender sus vidas.
En a�os
recientes, de plena org�a sangrienta del narcoparamilitarismo agenciado desde
las altas esferas del estado colombiano, y tambi�n desde la c�pula de la iglesia
-recuerdan "el minuto de Pablo, perd�n, de Dios"?- han ca�do asesinados decenas
de sacerdotes porque les son inc�modos a los jefes politiqueros y sus hermanos
carnales, los narcoparamilitares; son tan hermanos carnales que hoy en Colombia
no es posible deslindar a la clase politiquera del emergente subproducto
capitalista, los narco-paramilitares, que son atendidos y cuidados como reyes
por las fuerzas militares, y reciben honores en el parlamento y dem�s
instituciones estatales.
El padre
Oliverio Medina
Hoy, el minif�hrer, que adem�s es mafioso y paramilitar, pretende seguir la
sangrienta senda de sus antecesores en la persecuci�n de los sacerdotes. Han
perseguido al cura Oliverio Medina porque tom� la decisi�n de irse pa'l monte, a
llevar la palabra de Dios, el Evangelio, a los guerrilleros y a los campesinos.
Quiz� a �l lo persiguen porque la oligarqu�a y la c�pula de la iglesia cat�lica
consideran que la palabra de Dios s�lo debe ser disfrutada por los ricos y
poderosos de Colombia.
Alcanc� a
disfrutar una homil�a del padre Oliverio Medina en una de las infinitas veredas
de Colombia y presenci� el fervor con que los campesinos recib�an su mensaje
evangelizador, sus palabras de amor por los semejantes, y sobre todo su mensaje
de que el reino de Dios, el verdadero, el de la paz con justicia social, estaba
m�s cerca de lo que los incr�dulos cre�an.
Pero tambi�n
observ� el fervor religioso con que los guerrilleros de las FARC asist�an a su
misa, el respeto a su mensaje, y algunos, los m�s convencidos cat�licos, hasta
recibieron el cuerpo de Cristo en las ostias que el padre Oliverio les
administr� a todo el que creyera que su coraz�n estaba limpio, puro.
Tambi�n
presenci� -y disfrut�- una obra de teatro que el Cura Oliverio hab�a trabajado
con los ni�os campesinos y el asombro puro de sus padres de ver a sus hijitos en
tales actividades y descubriendo en ellos capacidades que nunca pensaron las
ten�an.
Ese es
Oliverio Medina, el cura guerrillero, que realizaba labor pastoral y
evangelizadora desde hace 10 a�os en Brasil y quien est� detenido por
reclamaci�n de las fuerzas militares de un gobierno que, despu�s del de Estados
Unidos, es el gobierno m�s asesino del continente americano.
El padre
Cantalapiedra
Hoy tambi�n me estremece como creyente que el asesino gobierno del minif�hrer,
�lvaro Uribe V�lez, haya detenido al padre Ricardo Lorenzo Cantalapiedra,
sacerdote en La Uribe (Meta). Un hombre que ha dedicado su vida a ayudar a los
pobres de Colombia, que se meti� al monte -�Recuerdan que en la Uribe funcionaba
"Casa Verde"? �Saben por qu�? Por que es una zona bien apartada, apartad�sima- a
llevar su mensaje evangelizador a los campesinos de esa zona, y claro est�, no
faltaba m�s, tambi�n a la guerrilla que se mov�a -y se mueve- por esos sectores;
zona que han vivido siempre olvidados de la mano de los gobiernos que s�lo
piensan en matar, matar, matar, y cuando hace presencia all� es para
bombardearlos (�Recuerdan el ataque a "Casa Verde" de Cesar�n Gaviria?).
Un Grito de
Dios La
comunidad internacional se ha manifestado contra el intento del minif�hrer -narco
y paramilitar adem�s- de institucionalizar el narcoparamilitarismo en Colombia
con su mal llamada "Ley de Justicia y Verdad", que es ni m�s ni menos que la
impunidad total no s�lo a los delitos de Lesa Humanidad cometidos por los
"asesinos de la motosierra", si no tambi�n la impunidad total a los delitos de
narcotr�fico de los socios de Uribe V�lez, am�n de la legalizaci�n de sus
astron�micas narcofortunas.
La
solidaridad internacional y nacional con estos dos sacerdotes y contra el
proyecto de impunidad y legalizaci�n del narcoparamilitarismo se ha manifrestado
como "Un Grito de Dios" en contra de las intenciones mal�volas del engendro que
los colombianos conocemos como el Minif�hrer. A ese grito de Dios nos sumamos en
ANNCOL y pedimos a todas las personalidades del mundo su adhesi�n a este grito.
Solicitamos a Leonardo Boff, a James Petras y Noam Chomsky, a Rigoberta Mench� y
Adolfo P�rez Esquivel, y a cientos de intelectuales del mundo que gritemos todos
juntos para que se escuche "El Grito de Dios".
En esta tarea
de solidaridad nos parece supremamente importante transcribir textualmente un
comunicado suscrito por la familia del Padre Ricardo Lorenzo Cantalapiedra.
"Tras varias
semanas de angustia por la privaci�n de libertad de nuestro hermano y t�o
Ricardo Lorenzo Cantalapiedra nos vemos en la obligaci�n moral de manifestar
que: 1.
Estamos indignados por la detenci�n de un hombre cuya labor ha sido y es la de
ayudar a los m�s pobres. Nuestra casa est� llena de fotograf�as donde se le ve
al lado de los pobres y realizando tareas pastorales. Tambi�n construyendo
iglesias, hogares para hu�rfanos, puentes, ladrilleras.
2. Con la
Conferencia Episcopal de Colombia, y en particular al Obispo de la di�cesis de
Granada Monse�or Jos� Figueroa, rechazamos la injusta detenci�n de la que ha
sido objeto el Padre Ricardo Lorenzo Cantalapiedra acus�ndole de auxiliador de
la guerrilla. Condenamos la arbitrariedad con la que se est� realizando todo el
proceso judicial.
3. Reclamamos
que el juicio sumar�simo al que est� siendo sometido nuestro familiar sea
seguido con detenimiento por observadores imparciales por la obligatoriedad que
tiene cualquier Estado de presumir la inocencia de sus ciudadanos.
4. Rechazamos
cualquier acusaci�n al Padre Cantalapiedra de ser miembro de las FARC. Sr.
Fiscal Mario Iguar�n, Ricardo Lorenzo Cantalapiedra es un hombre cuyo proyecto
de vida se centra en el Evangelio. Desde el a�o 77 se ha dedicado en cuerpo y
alma a ayudar ha sus paisanos en el departamento de Meta. La valoraci�n de su
persona debe basarse en esta trayectoria de vida.
5. Lamentamos
que las numerosas voces que se han levantado en su defensa no hayan servido para
el replanteamiento del caso. POR LO QUE �SOLICITAMOS SU INMEDIATA PUESTA EN
LIBERTAD! FAMILIA DEL PADRE RICARDO LORENZO CANTALAPIEDRA"