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Brasil: Stop al Software libre
Angel Cortés
Noticias.dot
El programa político de Lula daba una singular importancia a la lucha en contra
de la desigualdad digital comprometiéndose a favorecer el acceso a las
tecnologías de la información por parte de la población más desfavorecida. La
defensa del software libre se convirtió también en uno de los temas de la
campaña presidencial. Los candidatos, con el apoyo de amplios sectores
intelectuales y universitarios, explicaban la sangría económica que representaba
para el país el pago de las licencias del software propietario y como un impulso
decidido del software libre supondría un considerable ahorro que beneficiaria a
la economía nacional.
Conseguida la presidencia, Lula impulso decididamente la migración de los
sistemas informáticos de la Administración hacía el software libre, la extensión
de telecentros con acceso a Internet a todas las zonas del país y el programa
denominado "PC popular" que tenia como objetivo hacer llegar a la población
equipos informáticos de bajo coste.
Al frente de la política de inclusión digital se encontraba Sérgio Amadeu,
presidente-director del Instituto Nacional de Tecnologia da Informação (ITI),
un organismo dependiente de la Casa Civil de Presidencia y que lidera los
planes de implantación del software libre entre los organismos de la
administración. En su discurso, Amadeu enumera varios de los beneficios que el
uso del software libre proporciona: democratización en el acceso a la
tecnología, compartición de los programas (y por lo tanto ahorros en
desarrollo), autonomía y capacitación tecnológica.
Amadeu es uno de los máximos defensores de las llamadas cuatro reglas del
software libre (usar, estudiar, mejorar y redistribuir) y hasta la reciente
crisis gubernamental ha venido contando con el apoyo desde la Presidencia de la
Nación en sus conflictos con otros organismos gubernamentales.
Primeros problemas
A pesar de este apoyo, Amadeu no consiguió tirar adelante un proyecto de ley que
iba a prohibir la compra de software propietario. En ese proyecto, se
contemplaba la prohibición de compra de aquellas aplicaciones o herramientas en
cualquier dependencia de la Administración que no pusieran a disposición de los
organismos el código fuente. La excepción a este requisito debería ser aprobado
por el Ministro del ramo justificándolo adecuadamente. El bloqueo vino, en esta
ocasión, de la Secretaria de Política Informática del Ministerio de Ciência e
Tecnologia que se opuso tajantemente a esta ley. Marcelo Lopes, el
responsable de este departamento fue acusado por Amadeu de no apoyar el
desarrollo del software libre y de estar mediatizado por el lobby pro-Microsoft.
Tampoco, Amadeu contó con el apoyo a sus planes por parte del responsable del
Ministerio Desenvolvimento, Indústria e Comércio, a quien llego a acusar de
servir a la multinacional estadounidense desde el gobierno.
Las criticas hacía la política gubernamental pro-Linux (más teórica que
práctica) también llegaron desde la industria informática del país. Estos
alegaban que los planes habían sido realizados a espaldas del sector y sin
contar con su opinión. Insistían, además, de la fragilidad que suponían los
cambios propuestos sin antes consolidar y promocionar una industria que hiciera
frente a los retos que se estaban planteando.
Y es que, según algunas fuentes, el apoyo, desde el punto de vista político, al
software libre no se correspondía con la puesta en marcha de una infraestructura
que le diera soporte y que contará con la industria ya existente y la
experiencia adquirida tras años de presencia en el mercado. Unas quejas que eran
contrarestada desde el movimiento pro-software libre de ser falsas y
vehiculizadas en favor de Microsoft, al enfrentarse esta multinacional y sus
socios locales con la posibilidad de perder uno de los mejores mercados de
América Latina.
Hasta hace poco más de tres meses, el "lobby" pro-software libre había, sin
embargo, ganado todas las batallas. Apoyado desde sectores académicos,
intelectuales y con una amplia presencia en Internet, consiguieron desmontar los
argumentos de sus contrarios, presentándolos como influenciados por el lobby
pro-Microsoft. Los encuentros de software libre que se realizaban en el país y
la presencia de personajes como Stallman, entre otros, conseguían un importante
eco mediático capaz de frenar a los sectores más reacios.
El éxito había traspasado las propias fronteras de Brasil inspirando la llamada
"Declaración de Barcelona en defensa del Software libre"
La realidad era sin embargo, muy distinta. A pesar del plan aprobado hace dos
años, solamente 95 organismos federales habían migrado al software libre y en el
proyecto de PC Popular, finalmente y a pesar de la oposición de Amadeu,
Microsoft gano su derecho a incorporar su versión limitada de Windows XP.
Los resultados no podían ser mejores para la multinacional estadounidense. Las
ventas de PCs bajo Linux han sido minúsculas y han sido los equipos que
incorporan Windows XP Starter Edition los más solicitados por los consumidores.
Crisis Gubernamental
El escándalo desatado por las acusaciones de financiación ilegal de la campaña
presidencial y a los partidos que daban soporte al gobierno, obligaron a Lula a
realizar cambios en su gabinete.
En esta remodelación, los sectores más favorables al software libre perdían
posiciones mientras las ganaban aquellos que se venían oponiendo a esa política
radical.
El nuevo responsable de la cartera de Comunicaciones, Hélio Costa, era
denunciado ante la opinión pública como un férreo enemigo al software libre
mientras se filtraban sus excelentes relaciones con las multinacionales del
sector tecnológico y de los medios de comunicación.
Las críticas a Costa se basaban en su decisión de revisar la política que hasta
ese momento había realizado el gobierno y por haber reemplazado a uno de los
grandes defensores del software libre, el responsable del Departamento de
Serviços de Inclusão Digital de Minicom.
Costa también había manifestado su intención de agrupar bajo su ministerio los
distintos departamentos y centros que desarrollan los proyectos de inclusión
digital en el país, entre ellos el ITI bajo la dependencia jerárquica de la Casa
Civil de Presidencia.
Unas declaraciones suyas en las que ponía en cuestión la "economía" del software
libre reavivaron la campaña en su contra. El ministro fue acusado de lanzar
mensajes FUD (fear, uncertainty and doubt) sobre las ventajas del software libre
a fin de convencer a la sociedad del paso innecesario que significa su adopción.
Los problemas para el software libre llegaron, también, desde otro Ministerio.
El Ministerio de Planificación decidió reducir de 200 a 50 millones de reales el
presupuesto destinado para migrar al software libre la administración. También
redujo el dinero destinado a "Casa Brasil", el proyecto más emblemático del
Instituto presidido por Amadeu.
Estos recortes llevaron a Amadeu a dimitir de su cargo y plantearse volver a la
enseñanza a la vez que acusa a Microsoft de presionar al gobierno para que
cambie su política de apoyo al software libre. En recientes declaraciones,
incluso llego a decir que las multinacionales del software propietario cuentan
con un lobby dentro del propio gobierno dispuesto a paralizar la acción del
software libre y su implantación en la sociedad civil brasileña.
Desde algunos sectores se habla ya, aunque por el momento en voz baja, de una
caza de brujas hacía los defensores de Amadeu y del propio movimiento de
software libre en los organismos dependientes de la administración.
Repercusión internacional
La preocupación de los defensores del software libre se extiende también a las
repercusiones internacionales que podrían suponer un cambio de actitud por parte
del Gobierno brasileño. Temen que Costa pueda desmontar los avances que se han
conseguido en el área internacional donde Brasil juega un papel protagonista en
la defensa de una gestión más democrática de la información y del conocimiento.
Directivos ligados al poderoso ITI se han prodigado por todo el mundo buscando
acuerdos con organismos locales y regionales que les permita presentar una
propuesta conjunta en el Congreso Mundial de la Sociedad de la Información. En
España, distintos gobiernos autónomos, entre ellos el de Cataluña, participan
activamente en estas iniciativas que podrían quedarse sin el apoyo final del
país que las impulso.
Sin embargo, en este terreno la preocupación es infundada ya que no faltan
candidatos para retomar el liderazgo iniciado en Brasil y algún organismo
situado en el Estado Español estaría ya negociando con algunas de las mentes más
prominentes del movimiento del software libre brasileño para hacerlas suyas y
presentarlas en la próxima conferencia a celebrar en Bilbao y posteriormente en
Túnez.