Latinoamérica
|
El candidato Tuto Quiroga articula un brazo golpista violando la ley
Wilson García Mérida
Servicio Informativo Datos & Análisis
Los viejos militares pasivos no se sienten representados por esta
organización y la califican como "un instrumento pernicioso para la conservación
de privilegios y prebendas que acumularon aquellos jerarcas que volcaron a las
Fuerzas Armadas en contra de su pueblo durante los últimos gobiernos". García
Linera exhorta a los militares dignos no dejarse engañar.
Generales y coroneles que participaron en acciones militares represivas durante
los últimos cinco años en Bolivia, son los principales artífices de la
organización política denominada "Transparencia, Democracia y Patria" (Tradepa);
y desde esta ilegal asociación los masacradores, todos ellos pasados a la
reserva activa o en vías de jubilación, pretenden seguir ejerciendo control de
los actuales mandos de las FF.AA. con el pretexto de "defender a la institución
tutelar de la Patria en la próxima Asamblea Constituyente".
Tradepa ha iniciado trámites ante la Corte Nacional Electoral a fin de obtener
personería jurídica utilizando libros notariados con firmas de adherentes
(requisito legal para tal fin), obligando a los conscriptos en todos los
cuarteles del país a poner su firma en tales libros, lo cual está prohibido
constitucionalmente.
Por su composición y sus niveles de conducción, Tradepa se constituye en un
brazo golpista de la derecha boliviana que actualmente se viene articulando en
torno a la figura del ex presidente Jorge "Tuto" Quiroga. Precisamente dos de
los principales dirigentes "tradepistas", el general Alvin Anaya y el
contralmirante Freddy Zavala, actualmente jubilados, fueron comandantes del
Ejército y de las Fuerzas Armadas respectivamente durante la "guerra del agua"
producida en Cochabamba en abril del año 2000, en el gobierno presidido por Hugo
Bánzer Suárez y de quien fue sucesor "Tuto" Quiroga como vicepresidente. Bajo
las órdenes de Banzer y Quiroga, Anaya y Zavala planificaron una fallida toma
militar de Cochabamba que buscaba aplacar la "guerra del agua" con un baño de
sangre; y posteriormente, siendo Tuto Presidente, ambos jefes castrenses
incrementaron el envío de tropas a la zona del Chapare con la finalidad de
reprimir a los campesinos cocaleros y extirpar cocales a la fuerza.
Otro prominente personaje ligado a Tradepa es el ex capitán Robinson Iriarte,
ahijado de Anaya, quien fue filmado disparando su arma de fuego contra
manifestantes que tomaron las calles de Cochabamba en abril del 2000, el día en
que cayó muerto por una bala el estudiante Víctor Hugo Daza.
En la mesa directiva de Tradepa también participan protagónicamente aquellos
militares que dieron la orden de abrir fuego durante el motín policial de
febrero del 2003, bajo órdenes del ministro de Goni Sánchez de Lozada, Carlos
Sánchez Berzaín. Se trata del grupo de comandantes dirigidos por el general Juan
Veliz Herrera, quien debe aclarar su responsabilidad durante las matanzas de
Warisata en septiembre del 2003 y en la de El Alto en octubre de ese mismo año,
cuando las masas ensangrentadas derribaron al gobierno del MNR-MIR. Este grupo
es integrado por los coroneles de artillería César López y Mario Quiroga, hoy
prominentes activistas de Tradepa y quienes, en junio de este año, "perfilaron"
junto a Hormando vaca Diez una opción golpista al equilibrista Mesa.
Los hermanos Gemio, igualmente aún ligados a la vida activa de las FF.AA. por
haber participado en los recientes gobiernos, son también representantes de este
"sector pasivo" y continúan ejerciendo influencia directa sobre algunos niveles
con mando de tropa, sobre la base de una estructura política ligada a la Nueva
Fuerza Republicana (NFR) organizada en el 2002 cuando el general Víctor Gemio se
vinculó a este partido junto con el general Jorge Badani, emparentado con Eric
Reyes Villa, hermano del jefe de la NFR.
Este es el "sector pasivo" al que representa Tradepa.
Influencia perniciosa
Un grupo de militares jubilados y plenamente desligados de la vida orgánica de
los cuarteles entre los que figura el coronel Faustino Rico Toro, intentaron
ingresar a Tradepa buscando encontrar una organización política seria y
reflexiva; pero se hallaron ante un remedo de organización castrense donde la
verticalidad y la subordinación cuartelaria se imbrican de manera grotesca a
partir de un discurso cavernario que se resume en la frase: "hay que parar a los
rojos".
Los viejos militares pasivos no se sienten representados por Tradepa y
consideran que esta organización es nada más "un instrumento pernicioso para
conservar los privilegios y prebendas que acumularon aquellos jerarcas que
volcaron a las Fuerzas Armadas en contra de su pueblo durante los últimos
gobiernos", según declaró a Datos & Análisis un ex militar que pide anonimato.
De hecho, para este grupo está claro que Tradepa es un brazo golpista que las
opciones electorales de la derecha, encabezadas por Tuto Quiroga, ante la
perspectiva de un eventual ascenso de la izquierda en los comicios de diciembre.
El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, denunció
públicamente los nexos entre Tradepa y Quiroga.
Las consecuencias negativas de la influencia ejercida por Tradepa sobre los
actuales mandos militares ya se hicieron patentes a través de declaraciones
abiertamente prepotentes y autoritarias expresadas la semana pasada por el
general Marcelo Antezana, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, quien
justificó la existencia de esta organización con un discurso "institucionalista"
similar al que profería el general Luis García Meza días previos al golpe del 17
de julio de 1980 que impidió el juicio a Banzer impulsado por el líder
socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz. Antezana declaró también que las Fuerzas
Armadas están "descontentas" con la reciente decisión del Tribunal Supremo,
dentro el juicio iniciado contra el ex presidente Sánchez de Lozada, para
levantar el secreto militar sobre los operativos que culminaron con las masacres
de octubre del 2003.
Sin embargo, no todos los miembros de las Fuerzas Armadas cayeron como chorlitos
en la estrategia de Tredepa. Militares dignos como el general beniano Jorge
Antelo Roca, que hasta hace poco ejercía la Comandancia de la Séptima División
Aerotransportada del Ejército de Cochabamba, se negaron a abrirle a Tradepa las
puertas de los cuarteles y rechazaron la obligatoriedad impuesta a los
conscriptos para firmar libros notariados destinados a la Corte Electoral.
García Linera exhorta
Para el académico Álvaro García Linera, nominado candidato vicepresidencial del
MAS, es legítimo el derecho de los militares en retiro a organizarse
políticamente; pero "es ilegal que se utilicen los mandos activos para penetrar
en los cuarteles, usar sus instalaciones o presionar a la tropa para apoyarlos".
García Linera invoca a los sectores progresistas de los militares en retiro "a
tener voz propia para abordar de manera sana y digna un debate sobre la manera
de recuperar la soberanía económica del país a través de la nacionalización de
los hidrocarburos, a la que ellos contribuyeron tanto, sobre la situación de las
Fuerzas Armadas y sobre las maneras de mejorar su nuevo rol en democracia".
Afirma que los militares activos y pasivos "no deben tener ninguna preocupación
ante un eventual gobierno popular indígena, pues él es el único que viabilizará
la Asamblea Constituyente, el que retomará la memoria nacionalizadota iniciada
por Toro y Busch, además de ser el más interesado en preservar la unidad del
país, garantizar el carácter unitario de las Fuerzas Armadas y utilizar toda sus
capacidades materiales e intelectuales para asignarle un rol protagónico en la
reconstrucción de un Estado productivo capaz de llegar a todas las regiones del
país".
Finalmente, el candidato indigenista exhorta a los miembros de la entidad
castrense preservar la dignidad de su institución impidiendo que organizaciones
impostoras como Tradepa utilicen la imagen de las Fuerzas Armadas con fines
antinacionales y antidemocráticos.
llactacracia@yahoo.com