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Latinoamérica

Urge acción contra el sicariato: Van 26 activistas sindicales y populares asesinados en Guayana, sin mucho alboroto

William Junior de la UBT-UNT (construcción) asesinado en plena asamblea por mafias sindicales adecas. Piden al presidente Chávez que intervenga enérgicamente en este asunto

Por: G. Gómez
Aporrea.org / ANMCLA

No sólo los campesinos están cayendo víctimas del sicariato. Esta plaga también está cobrando vidas en el movimiento sindical.

El mes pasado fue asesinado William Junior, dirigente sindical de los trabajadores de la construcción, perteneciente a la Unión Bolivariana de Trabajadores (UBT), afiliada a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y vinculado a la Corriente Sindical Clasista Democrática, Bolivariana y Revolucionaria que encabeza Orlando Chirino, uno de los coordinadores nacionales de la UNT.

El hecho ocurrió –y esto es lo más alarmante- en plena asamblea obrera, cuando varias decenas de trabajadores se encontraban reunidos y William Junior se dirigía a los asistentes, en el Troncal 10 del Municipio Roscio del EstadoBolívar. Llegaron unos 40 matones que se bajaron de varios carros y rápidamente se le fueron encima al dirigente esgrimiendo sus armas. Luego de golpearlo repetidamente, le descargaron siete tiros, causándole la muerte, e hirieron también a un trabajador, sin que los demás pudiesen hacer nada para evitarlo. Realmente actuaron como una banda paramilitar apabullante.

Así lo denunciaron ante el reportero de Aporrea.org, un grupo de dirigentes sindicales del sector de la construcción de Guayana, los cuales asistieron a una reunión de la Corriente Sindical en Valencia este fin de semana.

El hecho ha sido, indudablemente, poco conocido, ignorado y quizás ocultado por los medios de comunicación a escala nacional, a pesar de su extrema gravedad y brutalidad. Movilizar decenas de hombres armados y actuar sin remilgos a plena luz del día, delante de una multitud de personas no es cualquier cosa, no es algo que deba pasar desapercibido para el movimiento sindical, para todo el movimiento popular, para el Gobierno Nacional y para los cuerpos de seguridad del Estado. Estamos frente a una amenaza sumamente peligrosa sin saber qué otros alcances pueda tener. Los dirigentes sindicales que transmitieron la denuncia aseguran que desde el año 2000 hasta el presente van 26 muertos a manos de los sicarios, pagados por mafias y roscas económicas del Estado Bolívar.

En el caso de W. J. las acusaciones apuntan contra mafias sindicales opositoras al gobierno del presidente Chávez, pertenecientes a SUTIC-Bolívar, SINATRACOM, SOMPEC y otras organizaciones de la burocracia sindical ligada a la derecha golpista, cuya procedencia se relaciona con las viejas bandas armadas de AD, que desde hace años actuaban sobre el movimiento obrero. Ildemaro Valles y Angel Fajardo son señalados por los denunciantes como líderes de estos grupos armados. Ellos han sido denunciados en la Fiscalía, pero se encuentran en libertad. Hay cuatro detenidos por el crimen que reportamos, a los cuales se les abrirá juicio próximamente (nos dieron los nombres de Moyetones, Marvao y "el cumanés"). Como asesino directo de William Junior es mencionado por los testigos Jhon Jairo, quien se habría dado a la fuga y es solicitado por los cuerpos policiales. La mayor parte de los asesinatos son atribuidos por los denunciantes de la UBT al señor Ildemaro, pero dicen que no se le ha enjuiciado porque está amparado por funcionarios de seguridad y tiene protectores en los tribunales.

Los detenidos por el crimen de Junior fueron capturados cuando se encontraban refugiados en el fundo del alcalde opositor Coromoto Lugo, del Municipio Sifontes de El Callao. El y el alcalde de Guasipati, Manuel Zamurito González, son acusados de servir de protectores a delincuentes de este tipo.

La UBT-UNT pide a las autoridades del Estado Bolívar y a los tribunales que aplique severamente la ley a los implicados, que se investiguen exhaustivamente todos los casos de vicariato, que se desarme a la banda de agresores y que se brinde seguridad a los trabajadores y a las comunidades frente a estos bandoleros. Este pedimento lo elevan directamente al presidente Chávez.

Hacen un llamado a la constitución de una gran alianza obrera, campesina y popular, de las organizaciones sociales, para hacerle frente a la avanzada criminal que está acabando con valiosos dirigentes y activistas sindicales, agrarios, indígenas y populares, y que es parte de la reacción contrarrevolucionaria de los grupos económicos poderosos, las mafias y roscas delictivas y sectores de la burocracia estatal que son complacientes o negligentes e insensibles ante esta gravísima situación. "Unámonos todos en movilización y campaña nacional contra el sicariato" es su mensaje al finalizar la entrevista.