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Latinoamérica

Ecuador: Los vendedores de ilusiones


Editorial *
Quincenario Tintají Número 72
Segunda Quincena de Julio de 2005

No es necesario más tiempo. El gobierno ya dejó clara su inclinación hacia el fiel derecho de la balanza. Las actitudes dignas del Ministro de Finanzas, Rafael Correa, del de Relaciones Exteriores, Antonio Parra Gil, y del de Gobierno, Mauricio Gándara, son apenas una forma más de vender ilusiones a la gente. La supuesta consolidación de una relación con Venezuela es solo supuesta, porque una cosa es la voluntad de Correa y Parra Gil y otra la realidad que se decide en comisiones formadas por las autoridades del Ministerio de Energía y Petroecuador. La compra de bonos por parte de Venezuela, una transacción legítima, similar a la que el país bolivariano hizo con Argentina, tal vez solo sirva para fortalecer un gobierno que, más allá de las palabras bonitas, no tiene un horizonte geoestratégico distinto al estadounidense.
Las declaraciones de defensa de la soberanía de Gándara se chocan con la imposición de una policía privada en Guayaquil, y con el mantenimiento de una coordinación represiva entre la inteligencia policial ecuatoriana, colombiana y estadounidense, que volvió a quedar en evidencia con la captura de supuestos integrantes de las FARC que se trataban heridas de bala en una Clínica de Quito. La actitud de Alfredo Palacio llamando a Alvaro Uribe para comunicarle el hecho, se contradice con la postura del canciller anunciando la "neutralidad" de Ecuador ante el conflicto colombiano.
La redistribución de los fondos del FEIREP es solo una ilusión que se desvanecerá cuando llegue la hora del reparto. El discurso de Correa se contradice con el avance en las negociaciones del TLC con Estados Unidos, con el proceso de privatización de Andinatel y las empresas eléctricas, y la intención de privatizar el IESS.
Las ilusiones de participación en una supuesta "refundación del país" se pierden en la triste propuesta de consulta popular enviada por el Presidente al Congreso, que solo sirve para distraer el curso de las negociaciones del TLC, el intento privatizador en diversas áreas, las denuncias de irregularidades en algunos ámbitos y la influencia socialcristiana en el gobierno.
Los Ministros dignos, se están transformando en vendedores de ilusiones de un gobierno socialcristiano.
Lamentablemente, la izquierda en lugar de reaccionar sigue perdida en sus propios errores. La Izquierda Democrática parece seguir llorando la ausencia de Rodrigo Borja, y con la excepción de algunos diputados y dirigentes provinciales, parece decidida a seguir las propuestas socialcristianas a nivel del Congreso, a nivel de propuesta de ciudad, y a nivel de su actuación dentro del gobierno de Palacio. Algunos proponen para las elecciones del año próximo auspiciar la candidatura presidencial de Rafael Correa en alianza con Pachakutik y otros sectores sociales, lo que no parece una idea tan imposible si éste sabe salirse a tiempo del gobierno y logran concitar otras adhesiones políticas y sociales. Pero la ID tendrá también que desmarcarse de la mala imagen que le pueda dejar Oswaldo Molestina como jefe negociador del TLC. En Pachakutik, desde que sus dirigentes decidieron caminar atrás del PSC y la Izquierda Democrática (y nadie en lo interno se opuso) mantiene el mismo camino
  sin desviarse un centímetro a cambio de una vicepresidencia, que no le correspondía a Jorge Guamán aunque éste supo moverse mejor, y algunas comisiones que no sirven para nada ante la pérdida de rumbo. Todo lo que se le coloca en ese camino lo asumen, como el voto al socialcristiano Claudio Mueckay para Defensor del Pueblo. Según algunas informaciones, Gilberto Talahua se habría reunido con Mueckay para llegar a un acuerdito de que le diera a Pachakutik la Defensoría Indígena, algo que le corresponde a los indígenas por derecho y no deberían mendigarla votando por un socialcristiano. Pero el camino no termina en curva, Jorge Guamán también presentó en el Congreso una Ley de Biodiversidad preparada por técnicos de la CONAIE, a pesar de que esa organización indígena se había mostrado contraria a presentarla en la coyuntura actual porque se abre la posibilidad de que se apruebe con reformas que sienten las bases de entrega de la biodiversidad ecuatoriana. Eso facilitaría a los
  negociadores del TLC tener una excusa legal para aceptar condiciones estadounidenses en ese sentido. Paralelamente, uno de los sectores de Pachakutik presenta una carta en la que reclaman que son atacados por otros sectores internos, pero no reconocen los graves errores que han cometido ni hacen la verdadera autocrítica que muchos esperan sobre el periodo que dirigieron directamente a ese movimiento.
El MPD, por su parte, todavía no logra enderezar su camino luego de la alianza última con Lucio Gutiérrez y no puede dejar de lado su sectarismo, aunque esa es una enfermedad de todos los sectores de izquierda ecuatorianos. En tanto que el Partido Socialista, luego de vivir peleando por su sobrevivencia, apuesta a la candidatura de León Roldós. Lo que limita la posibilidad de que se una con otros sectores de izquierda, porque Roldós tiene otro proyecto. La izquierda social no parece muy diferente a la izquierda política, aunque algunos movimientos estén un tanto lejanos a los acuerdos y desacuerdos de aquella..
Si TODA la izquierda no deja de lado prácticas similares a la derecha en su actuación política, sino deja de hablar de unidad y la practica más allá de los intereses de algunos "dirigentes" o grupos, sino se juega a concretar un gran frente social y político para primero oponerse al TLC, a las privatizaciones y al Plan Colombia, y luego enfrentar las elecciones, seguirá siendo solamente parte de los vendedores de ilusiones. Pero la gente ha empezado a cansarse de los vendedores de ilusiones, sean estos ayudantes ingenuos de un gobierno de derecha, privatizadores del agua o constructores de una izquierda atomizada y autodestructiva.