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Latinoamérica

SAMUEL BLIXEN

"Ser imparcial solo con la verdad"

Por Jorge Estevez

¿Quién es Samuel Blixen?

Yo empecé a trabajar en periodismo a los 15 años en el diario El Plata y ya empecé a militar en la Asociación de la Prensa; al poco tiempo fui miembro del Consejo Directivo de la Asociación. Luego empecé a escribir algo en Marcha y después pasé al diario BPColor. En esa época la Patronal dejó de sacar todos los diarios y nosotros sacamos desde el Sindicato un diario que se llamaba Verdad y tratamos de romper el lockout patronal; no tuvimos suerte, era la presidencia de Gestido. Ahí salía Extra ya, y pasé a trabajar en Extra y justo fue cuando lo compró Fasano (Federico) y entonces empezó toda la "historieta de Fasano". Cuando cerraron Extra, llegué a trabajar en De frente, y después en uno de los cierres de De frente, en el último, yo ya estaba militando en el Movimiento de Liberación Nacional y entonces pasé a militar full-time hasta que caí preso. Salgo en el 85, retomo la actividad periodística y así empiezo a trabajar en Brecha.

Más allá de tu faceta periodística; cómo escritor ¿incursionaste alguna vez en la ficción?
No, nunca. Tengo algunos proyectos pero nunca ...; lo más cercano es mi último libro "Fugas", que está redactado como relato, es decir, me tomé más libertades literarias para escribirlo, pero siempre sobre la base de historia o testimonio.
En éste mismo sentido ¿hay lugar en tu vida cotidiana para otras actividades, fuera del periodismo?
Si, aparte del periodismo, para escribir. Y bueno, toda la tarea de investigación en materia de Derechos Humanos es una especie de militancia; o sea, se confunde un poco la militancia con la búsqueda de información.
En el terreno de la docencia ¿cómo ha sido tu experiencia?
Mirá, yo no fui formado como docente; o sea, soy un profesor, no sé si bueno o malo, simplemente estoy dando clases y lo que hago básicamente es transmitir mi experiencia como periodista y sistematizarla. Todo lo que tiene que ver con las técnicas docentes yo lo desconozco. Digamos que no sé en que medida puedo estar actuando correctamente o incorrectamente; quiero creer, con la experiencia que he tenido acá, que soy en cierta manera eficiente para transmitir mis experiencias y la sistematización, es decir, todo aquello que de alguna manera he generalizado a partir de la experiencia concreta, y que eso ayuda, les da elementos a los alumnos.
¿Considerás algunos criterios éticos al ejercer esa tarea?
Como no he hecho estudios como docente, me manejo con ciertos criterios éticos que se han ido dando a lo largo de los cursos; primero un respeto al alumno, después una consideración importante, o sea, me parece que el que un estudiante aprenda o no se debe en gran medida al profesor, no comparto el criterio de que "bueno, es boludo", o "no presta atención", es decir, me parece que en última instancia hay una falla en el profesor. A veces se puede corregir y a veces no; a veces no tenés tiempo, ni capacidad, ni experiencia como para buscar la vuelta a modo de concitar la atención del estudiante, es decir, sé que hay otros elementos, por ejemplo el que sean las clases muy multitudinarias, el que no exista una buena manera..., es decir, que acá venís y das la clase nomás y siempre es una clase teórica, es muy difícil hacerla práctica, no tenés otros espacios, entonces no hay otras formas de convivencia con el alumno, ni actividades que te permitan conocerlo más. Pero en última instancia la falla siempre es, o del profesor, o de la institución. Entonces, como te decía, los criterios son la conciencia de todo eso y el respeto por el alumno. De mi parte lo que pretendo es darme una idea de que es exactamente lo que quieren y hacia donde enfocar. Pero creo que en las condiciones en las que estamos acá, en las específicas de la Licenciatura, y en general, del país, creo que los que hay que hacer es un esfuerzo y tratar de solucionar los inconvenientes que derivan de las carencias formativas de los alumnos. Y lo otro que trato es no ser; porque lo rechazo instintivamente; no ser autoritario y ganarme en cierta medida el respeto de los alumnos; afortunadamente he tenido una relación bastante buena con los que han cursado mi asignatura y lo más que llego es a preguntarme si algunos alumnos, que no participan, o son muy callados, o que están en una actitud defensiva, en que medida es producto de que no he logrado ganar su confianza; pero bueno, en términos generales hay una participación.
Decías recién que no tenías formación académica en términos docentes; ahora, sos periodista.
Si, pero eso no es académico, es una formación, ni siquiera profesional, es de oficio; en parte está siendo en la medida en que hay egresados en periodismo, pero en la medida en que eso no es una condición necesaria, el tener título para ejercer el periodismo, todavía no es una profesión. Es un oficio que lo podés aprender en un instituto como éste o ser autodidacta.
Claro, acá (en Ciencias de la Comunicación) algunos queremos ejercer el periodismo y sin embargo egresamos como licenciados.
Claro, sos Licenciado, pero no necesariamente te van a pedir el título para ejercer el periodismo. No hay un colegio o un sindicato que diga" bueno, los periodistas tienen que ser licenciados". En ese sentido yo creo que faltan elementos para que esto sea una profesión.
¿Sos un periodista objetivo; crees en la objetividad periodística?
Si, ese es un tema muy complejo. En las clases yo digo que no hay periodistas objetivos, o sea, los periodistas somos individuos que tenemos una historia, una formación, una experiencia, una educación; y todo eso es un cúmulo de juicios y prejuicios, y apreciaciones de la realidad y del pasado. Entonces cuando uno analiza ciertas cosas, las analiza con esa carga de subjetividad. Esquemáticamente, sin duda que si yo provengo de una clase media-baja voy a tener una percepción de determinados problemas sociales; ahora, si vengo de una clase extremadamente alta voy a tener otra percepción, por mi educación, y voy a ver a los personajes y voy a mirar las realidades de una forma distinta; y eso es producto del lugar de donde provenís, o sea, uno tiene una posición de clase en definitiva. El lugar donde tu naces, tu familia, tus amigos, la educación que te dan en la infancia, va moldeándote inevitablemente. Yo no digo ni que sea bueno ni que sea malo, digo que es diferente. Ahora, siguiendo con el ejemplo, un periodista que viene de un medio social y otro que viene de otro medio distinto, en la medida en que tengan una cierta cultura, que para mí es básico en el periodismo, tu podés mirar la realidad desde tu perspectiva como individuo, pero haciendo un esfuerzo por ser equidistante, ecuánime, y en algún aspecto objetivo, pero si tu me preguntas sobre la objetividad esa de ciertas escuelas de periodismo...
De imparcialidad hablan ¿no?
Seguro, pero nunca sos imparcial, o sea, ¿con qué tenés que ser imparcial?, con la verdad; si vos estás viendo una cosa y crees que es de determinada manera, y cuando lo investigas o la analizas te das cuenta que es de otra, bueno, tu tienés que ser, ahí si objetivo, no subjetivo, no rechazarlo porque no te gusta, aceptarlo. Es decir, hay un compromiso con la verdad, hay un compromiso con la equidistancia; hay normas periodísticas que te condicionan la forma de escribir y de presentar las cosas, pero eso no tiene nada que ver con esa objetividad que plantean de que el periodista está fuera de la realidad y la mira desde arriba, porque es falso.
Con relación a éste cambio histórico que logra la izquierda en el Uruguay ¿pensás que pueda influir, positiva o negativamente, en las condiciones del ejercicio periodístico; por ejemplo en términos de democratización de la información?

No, creo que la libertad y la democratización de la información la vamos a tener que lograr desde abajo, los ciudadanos y los periodistas. Puede haber un gobierno más abierto a los reclamos de democratización de la información y otros menos. Yo supongo que éste es un poco más abierto que otros, pero los últimos acontecimientos están probando que no tienen una política de medios de comunicación, no la han elaborado; porque cuando ellos dicen "políticas de medios", quieren decir "la forma de aprovechar los medios"; no tienen una ideología sobre la información, éste gobierno no es transparente, no lo es; es decir, tu ves que firman el acuerdo de la deuda externa y no lo dicen a la población; va Tabaré y arregla con Aguas de la Costa y no informa; si hay alguna razón para no cumplir con la reforma constitucional del agua, debería informarlo; entonces vos te das cuenta que los intereses políticos o del gobierno; porque de repente tiene razones muy fuertes para hacer lo contrario a lo que ordenó la ciudadanía; tiene que explicarlas y debatirlas, y no hay una actitud abierta. Ahora acaba de pasar que es secretario de la presidencia le dijo a determinadas personas que determinados periodistas son peligrosos y que no le deben dar la información. A mi no me importa que los periodistas sean de derecha, pero un gobierno no puede decirle a una fuente informativa, como pueden ser los familiares de los desaparecidos por ejemplo, que determinados periodistas son peligrosos, eso es presión y censura. O sea que si estamos hablando de una mayor democratización de la información y una mayor libertad en el ejercicio de la información, por ahora no se ve. Tabaré dice"acá hay total libertad de prensa", pero resulta que los hechos demuestran lo contrario. No quiero decir que no haya libertad de prensa, quiero decir que no ha cambiado esencialmente, sobre todo en cuanto a la democratización de la información.
Siguiendo con éste asunto; vos escribiste un artículo en Brecha el 27 de junio, que se titula "Verdad con libertad condicionada"; en donde dice "Uno de los problemas del gobierno es que tiene que lidiar con la supervivencia de la cultura del secreto"; ¿no es acaso del propio gobierno de quién depende éste silencio, por ejemplo a través de Gonzalo Fernández o de la Ministra Berruti?
Claro, lo que pasa es que es una escuela del silencio, es una escuela; entonces éste gobierno puede aspirar; yo sé que el gobierno no es una persona, vos tenés personas más abiertas y más cerradas; pero cuando digo que tiene que lidiar con la cultura del silencio; yo lo comprendo, vos te podés hacer una montaña de argumentos para decir "conviene el secreto, la reserva", como cuando dicen "no, en materia financiera hay que tener reservas porque si no pasan cosas", puede ser, pero el concepto es ocultar, después vemos, y eso no camina; entonces yo creo que éste gobierno comparte esa misma cultura del secreto, que se afirma cuando uno llega al gobierno, porque cuando sos oposición estás reclamando permanentemente "cuenten, digan, ¿por qué no explican?", pero sos gobierno y el secreto te sirve, entonces te armas de montañas de argumentos para decir "yo estoy en lo correcto", pero el secreto sigue. Yo creo en la gente, o sea, cuando los tipos dicen "no, porque no o van a entender", no, la gente entiende, la gente no es idiota, porque si no sería idiota votar a Tabaré Vázquez en un 53%, eso es evidente ¿no?.
En éste contexto político del que hablás, ¿cómo hace un periodista para investigar, por ejemplo Samuel Blixen en el marco de los cementerios clandestinos, que es el tema que has trabajado últimamente, un asunto donde las fuentes estas restringidas?
A bueno, si te contesto eso, te contesto todo el curso, estoy haciendo un curso para explicar "cómo" en un semestre. (risas) Es muy difícil de explicar. O sea, hay técnicas y a veces, si, se necesita perseverancia; en última instancia la perseverancia del periodista, y con experiencia quiero decir que ha trabajado mucho tiempo, uno tiene sus fuentes de información, eso se le facilita. Un tipo que recién empieza ¿a dónde va?, es decir, uno con los años va teniendo gente en los distintos lugares a los cuales puede recurrir o conoce a alguien que te puede dar una fuente "allá", y ese te va a decir "no, mirá que es un tipo serio".
Eso no quiere decir, por ejemplo el caso de la información "secreta" que sale del Batallón 13 a través de los 300 militares que allí trabajan, y sus familias, y el barrio, etc.; de la que hablás.
No, porque por ejemplo yo no tengo fuentes militares, por mi propia historia.
Claro, voy a que es una información "secreta" pero que sin embargo la maneja mucha gente, y a la que se podría acceder de una u otra manera.
Seguro, yo puedo conseguir información, pero no a través de fuentes militares.
¿Ves en los medios de comunicación, una agenda de temas convenientemente inclinada ante el nuevo gobierno?
No, yo creo que cada medio tiene su agenda. Los medios de derecha creo que estuvieron hasta ahora, conmocionados por el triunfo arrollador del Frente Amplio, pero ya están orientando esto; yo creo que esto de Leborne y la forma en que se está tratando ilustra que hay una fácil combinación de la oposición política con los medios de derecha para armar lío. Van a armar muchos líos.
Para terminar; ¿podés contarme algunos proyectos que tengas, sea personal o profesionalmente?
Si, tengo varios proyectos. Tengo que hacer el libro de "Fugas II", porque me quedaron unas fugas que tienen que ver con Punta Carretas; tengo ya armado un testimonio para hacer un libro sobre la biografía de Belela Herrera, que es una historia magnífica sobre Derechos Humanos, ella fue una funcionaria internacional muy hábil. Tengo otro proyecto sobre un diccionario de la dictadura; y ahí, más en nebulosa, pero algún día lo haré, tengo ganas de escribir una obra de teatro. Pero siempre los proyectos son sobre periodismo; cada ves tengo más ganas de escribir y menos de hacer periodismo, ya estoy un poco cansado. Y además tengo ganas de ser padre de nuevo, aunque estoy muy viejo, pero tengo ganas.

Perfil El periodista y escritor Samuel Blixen nació en Montevideo en 1944. Es redactor del semanario Brecha desde el retorno de la democracia, especializándose en periodismo de investigación sobre cuestiones vinculados a la corrupción y a los Derechos Humanos. Es docente de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de la República, dictando el curso "Fundamentos, Objetivos, Criterios y Técnicas de la Investigación en Comunicación". Ha publicado varios libros en el orden de la investigación periodística, entre otros, "El enjuague uruguayo" (1990); "Seregni. La mañana siguiente" (1997); "Operación Cóndor" (1998); "Sendic" (2000); y "Fugas" (2004) donde relata algunas fugas de presos políticos, en un minucioso trabajo de investigación, abarcando no solo las famosas fugas, sino fugas desconocidas y hasta algunas tentativas que no pudieron ser.