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Ingresan 400 marines con total inmunidad
Stella Calloni
La Jornada
La reciente decisión del Congreso de Paraguay de permitir el ingreso de
tropas de Estados Unidos a ese país, con inmunidad, permiso de libre tránsito y
permanencia para sus soldados con vigencia hasta diciembre de 2006 y prorrogable
automáticamente, es uno de los golpes más fuertes que Washington ha descargado
sobre el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Renunciando a su poder jurisdiccional, ya que las tropas pueden entrar y salir,
trasegar armamentos y medicamentos y actuar en cualquier lugar del territorio
sin nuevas autorizaciones, el gobierno de Paraguay abrirá las puertas a un
primer contingente de 400 marines -según se estima el 1º de julio- que pueden
llegar a sumar hasta miles de soldados, como denuncian diversas organizaciones
humanitarias y sociales de Argentina, donde la preocupación crece a medida que
se van teniendo nuevos datos sobre esta situación.
Paraguay no podrá investigar los delitos que pudieran cometer estos soldados y
no podrá demandar a Washington ante la Corte Penal Internacional (CPI), violando
su propia legislación ya que está adherida a ésta. Además de la situación de
conflicto social que vive este país, donde por estas horas hay cortes de
carreteras y la movilización de los campesinos que reclaman sus derechos, se
incrementa por la falta de respuesta, nadie duda entre los expertos regionales
que estas tropas incursionarán sobre la zona de la Triple Frontera (Paraguay,
Brasil y Argentina), lugar elegido por Washington desde hace tiempo para
instalar un asentamiento militar.
Esto -se señala- está dentro de los planteos geoestratégicos de Washington de
extender las bases en las cuáles los sitios fronterizos son "ideales" para
mantener tropas de Despliegue Rápido y otras dentro del remozado esquema de la
Guerra de Baja Intensidad (GBI) y los proyectos de contrainsurgencia, bajo el
disfraz de la guerra antiterrorista.
Organizaciones argentinas preparan un documento en el que señalan que el país
vecino, donde transcurrió una de las historias más ricas y dramáticas de la
región, ha sido "deshonrado" por la medida votada por el Congreso el pasado 26
de mayo -tal como adelantó La Jornada en forma exclusiva en su momento-
permitiendo la entrada de las tropas estadunidenses.
La reciente visita del vicepresidente de Paraguay, Luis Castiglioni, para
entrevistarse con su colega estadunidense, Dick Cheney; el secretario de
Defensa, Donald Rumsfeld, y el subsecretario de Estado para Asuntos
Hemisféricos, Roger Noriega, entre otros funcionarios, dejó en claro el papel
que se asignará a Paraguay en los entramados geoestratégicos de los planes de
Estados Unidos para la región.
En las reuniones se trataron temas de seguridad hemisférica, defensa, lucha
contra el ismo -en el concepto de
Washington- y otros delitos, además de anunciarse el envío a Paraguay de
expertos del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa del Pentágono.
Nuevamente ese país, que bajo la larga dictadura de Alfredo Stroessner
(1954-1989) jugó el papel de virtual base de la Central de Inteligencia (CIA) y
otros organismos, estará sujeto a una situación similar con la movilización
extranjera en su territorio, donde además los expertos antes mencionados
dictarán un "Seminario de Planificación del Sistema de Seguridad Integral
Nacional", en septiembre próximo.
Por estos días la canciller de Paraguay, Leila Rachid, confirmó que los soldados
de Estados Unidos que ingresen "para realizar ejercicios militares" no estarán
sujetos a la CPI. La funcionaria salió a responder a la prensa ante la inquietud
de la población que se enteró tardíamente de lo resuelto, a espaldas de la
sociedad local, por el Congreso. Este privilegio se les otorgó, a pesar de que
el gobierno firmó el Estatuto de Roma y también se contradice con la política de
los socios del Mercosur. De acuerdo con las notas, ingresarán 13 misiones
militares de Estados Unidos, y sus integrantes tendrán estatus de funcionarios
diplomáticos administrativos.
Algunos senadores oficialistas paraguayos fueron consultados sobre la
posibilidad de instalación de una base militar, teniendo en cuenta que a fines
del año pasado entraron tropas también para diversas tareas no especificadas y
estuvieron en distintos lugares del país en zonas fronterizas. Voceros de la
Comisión de Defensa del Senado paraguayo, sólo se limitaron a responder que
Estados Unidos es un aliado de Paraguay, y "entre aliados tenemos que
defendernos".
Como se conoce la CIA y otros servicios de inteligencia afines, han tratado de
crear la "sicosis" ista en la zona de la
Triple Frontera, lo cuál ha sido desmentido una y otra vez, especialmente por
Brasil y Argentina, pero no ha podido detener la persecución contra las familias
de comerciantes árabes instalados en la región desde hace largos años. En ese
lugar, además, se encuentra la mayor reserva de agua dulce del mundo, el
Acuífero Guaraní, que "puede garantizar el vital elemento a la actual población
del mundo por 180 años a un promedio de 100 litros de agua por persona, o sea,
que lo conocido hasta la actualidad (datos incompletos) sería un tanque de la
dimensión de la capital, de 200 kilómetros de alto", señalan organizaciones
paraguayas.
Por esta razón estiman que las tropas -más de un centenar de soldados-
estuvieron el año pasado en Concepción, a unos 400 kilómetros al norte de la
capital paraguaya, además de que mujeres de movimientos rurales han visto
soldados estadunidenses en el Chaco paraguayo y también en Encarnación,
fronteriza con Argentina, según dijeron recientemente a La Jornada.
También se recuerda que existe ya un aeropuerto construido por Estados Unidos en
Mariscal Estigarribia, población cercana a la frontera con Bolivia, donde pueden
aterrizar aviones B-52 y Galaxys, capaces de transportar grandes cantidades de
tropas y armamentos. Las organizaciones paraguayas consideran "criminal" la
presencia de tropas estadunidenses y recordaron lo sufrido por ese país durante
la dictadura de Stroessner, apoyado y financiado por Estados Unidos, desde donde
también surgió la Operación Cóndor, con una de las bases más firmes en Paraguay.