Latinoamérica
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Guatemala: La muerte ronda en Ixmulew
Kajkoj Ba Tiul
Rebelión
Me preguntaron como vivía, me preguntaron,
Sobreviviendo dije, sobreviviendo
Canción de Victor Heredia
Cuando se firmaba el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, el 29 de diciembre de
1996, todos los guatemaltecos y todas las guatemaltecas, que de alguna u otra
forma, habíamos sufrido los embates del militarismo, promovido por la Escuela de
las Las Américas y la CIA, estábamos conscientes que si bien, se firmaba la paz,
que además de surgir de un proceso forzado, por la comunidad internacional y por
el gobierno de Norte América, algunos no estábamos preparados para ese proceso y
por eso la paz se presentaba como una construcción mucho más sufrida y dolorosa
que la misma guerra.
Sufrida y dolorosa, por un lado, porque había que buscar el camino para la
construcción de una sociedad guatemalteca mucho más justa, democrática y sin
racismo, que significaba dejar las acciones del pasado que conllevaban una carga
de racismo y exclusión y por el otro lado, se comenzaría a construir una nueva
institucionalidad y esto significó, el desmantelamiento de las bases del
movimiento guerrillero de esa época, pero también la transformación de las
fuerzas militares y de policía, sobre todo aquellos que habían participado
ejecutando las políticas de contrainsurgencia en contra de la sociedad civil,
esté ultimo no se logró a cabalidad a pesar de la firma del Acuerdo sobre el
Papel del Ejército en una Sociedad Democrática.
La sociedad civil con todas sus organizaciones, hicieron un trabajo incalculable
para terminar con la etapa de terror, desde la elaboración de informes sobre la
guerra, hasta el levantamiento de cementerios clandestinos, así como la
reparación psicosocial de las víctimas, también implementar la persecución penal
en contra de violadores a los derechos humanos durante el conflicto armado
interno, como el caso: las dos erres, río negro, Xamán y ahora la demanda en
contra de Lucas Garcia, Arredondo, Valiente Tellez, Alvez Ruiz en España.
Por su parte la comunidad internacional, jugó un papel importante para la
construcción de la paz, como: el Comité Internacional de la Cruz Roja –CICR-, la
Misión de Verificación para Guatemala –MINUGUA-, la Agencias, Programas y
Proyectos del Sistema de las Naciones Unidas y ahora la Oficina de la Alta
comisionada para los Derechos Humanos, impartiendo cursos, sobre: derecho
internacional humanitario, el derecho internacional de los derechos humanos,
derecho de los pueblos indígenas, los acuerdos de paz, entre otros temas, a
miembros del ejército, policía y a otras instituciones del Estado.
A pesar de todas las acciones, tanto jurídicas, como psicosociales o bien de
capacitación y formación, después de algunos años de terminar con el conflicto
armado, no han dado su fruto y quizás nunca lo darán (aunque me llamen
pesimista), por lo que se ve y se vive en Guatemala, la situación es mucho más
profunda y tiene muchos años de comenzar a tener raíz.
Es curioso, pero después de la firma de la paz, comienzan otros fenómenos y que
podrían ser uno de los efectos violentas de la no existencia de programas del
Estado para la construcción de una verdadera paz: la delincuencia juvenil, las
bandas de secuestrados, las bandas de robacarros, narcotráfico, que utilizando
las mismas estructuras organizativas de los grupos paramilitares, comienzan a
hace estragos hasta en los últimos rincones del país.
Todos los gobiernos de la posguerra (Arzú, Portillo y ahora Berger), han
atribuido las acciones delincuenciales, únicamente al narcotráfico y ahora con
el proyecto antiterrorista del gobierno de Bush, no tardaran en atribuirle al
terrorismo internacional todos los hechos de violencia que están suscitando en
Guatemala. Pero, la acciones delincuenciales, sobre todo los asesinatos en
contra de mujeres indefensas, hoy conocido como "feminicidio", los atentados en
contra del movimiento social: allanamientos a oficinas, amenazas de muertes y
ahora la toma de poblaciones por un nuevo grupo paramilitar, tienen una sola
causa; y es que "los grupos de poder en Guatemala siguen siendo los mismos:
militares y ricos".
El comunicado de la Unión Nacional de Comunidades por los Derechos Humanos
Integrales (UNACODHI) y del Frente Nacional de Lucha por la Defensa de los
Servicios Publicos y los Recursos Naturales (FNL), denunciando el aparecimiento
de un nuevo "escuadrón de la muerte", en el departamento de Sololá
[2] , asumiendo la consigna de iniciar un proceso de "limpieza
social", supuestamente en contra de los delincuentes juveniles.
El movimiento social guatemalteco, desde hace algunos meses y sobre todo con
este nuevo gobierno, ha venido denunciando el aparecimiento de nuevos brotes de
violencia en el país, y que está creando una situación de violencia
"extrajudicial" y provocando muertes y zozobra entre la población, sobre todo en
áreas, en donde los campesinos: mayas y ladinos, se están oponiendo al proyecto
neoliberal y a las concesiones mineras. Amenazas de despido de dirigentes
sindicales, constantes amenazas en contra de diputados que apoyan las demandas
sociales y el acoso a los medios de comunicación sobre todo los medios
alternativos.
Las manifestaciones en contra del proyecto neoliberal en Guatemala, también
fueron demostradas en las consultas populares realizadas en Río Hondo
[3] y en Sipacapa
[4] , además de las grandes movilizaciones al inicio de este año, en
contra de las concesiones mineras en todo el país, como parte del Plan Puebla
Panamá, impulsado por el gobierno de México, con el apoyo del gobierno
norteamericano y con orientaciones del Banco Interamericano de Desarrollo –BID-
y del Banco Mundial –BM-.
Entonces, la acciones violentas en Sololá y en todo el país, no es más que un
mensaje para quienes se opongan al proyecto neoliberal del gobierno guatemalteco
y es un ejemplo claro, que en Guatemala, los grupos de poder que motivaron las
causas que dieron origen a los treinta y seis años de conflicto armado interno,
siguen intactos. El ejército sigue siendo eso, un aparato de control interno,
que tiene potestades para crear grupos paramilitares que mantengan la zozobra
entre la población y los grupos que ostentan del poder económico, no se han
comprometido plenamente con el proceso de paz.
Las pésimas tierras, otorgadas a los excombatientes de la exguerrilla, a los
desplazados y repatriados, era solo, un acto de mea-culpa, es decir, solo es un
acto de salvar conciencia y que ha servido para mediatizar y obstaculizar lo que
hace muchos años ha sido una exigencia del movimiento social, una "verdadera
reforma agraria".
Lo que si puede ser cierto, es que Guatemala, está pasando de una "Guatemala a
una Guate Peor", como lo dice el cantante Piero. Una Guate Peor, porque el
proceso de paz no ha sido efectivo, la existencia de comunidad internacional,
tampoco, los proyectos de formación y capacitación sobre "derechos humanos y
derechos de los pueblos indígenas", tampoco. Cayeron en el abismo los informes
de MINUGUA y de otras comisiones, ojalá que no terminé así, el esfuerzo de una
Oficina de la Alta Comisionada en Guatemala.
Guatemala, ya no necesita medias tintas, necesita proyectos reales y esto solo
puede ser impulsado por el movimiento social. Un proyecto que retome, la reforma
a la constitución, como un medio para cumplir con los acuerdos de paz. Esta
reforma no solo debe servir para terminar con la discriminación y el racismo,
sino que debe acabar con la pobreza, el hambre, la desnutrición, falta de
educación y otras necesidades que aquejan a la mayor parte de la población. Esta
reforma debe potencia, la autonomía y la autoderminación de los pueblos
indígenas. En una palabra, una reforma que debe restituir los territorios y las
tierras indígenas.
Guatemala, caminará por el camino de la paz, cuando se acabe el militarismo,
cuando los grupos de poder, piensen que han sido los causantes de los grandes
males en el país. Cuando el movimiento social, se una vez más "uno" y que retome
el proyecto político con que se impulsaron los acuerdos de paz.
Ya no se quiere más muertes en Guatemala, pero hacemos propio el slogan de
UNACODI, ¡Jamás nos damos por vencidos, lucharemos siempre por la vida!.
[1] Era el antiguo
nombre de Guatemala.
[2] Sololá, está
ubicado al occidente del país, durante el conflicto armado interno, fue azotado
por las políticas contraiunsurgente, prueba de ello es la masacre de más de una
decena de mayas tz’utujiles, a principio de los años noventa, cuando denunciaban
los atropellos de la zona militar de Santiago Atitlán, desde ese momento, estas
comunidades han estado siempre en contra de la militarización, de esa cuenta,
han desmantelado la zona militar de Santiago Atitlán y de la Cabecera
departamental de Sololá. En estos últimos meses, han abanderado la lucha en
contra del neoliberalismo, sobre todo en contra de las concesiones mineras.
[3] Ubicado al oriente
del país. Con una población mayoritariamente ladina-pobre.
[4] Ubicado al
occidente del país Con una población mayoritariamente maya sipacapense.