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Latinoamérica

Cívicos y empresarios cruceños no quieren reconocer las bondades de la migración Colla

Por Liborio Salazar
Ascnoticias

Y no lo hacen porque no representa el factor con el que se identifican que es el Capital sino que esta migración representa el Trabajo y la reivindicación social que buscan mantener maniatada, por ello fomentan los prejuicios xenofóbicos y quieren limitar susderechos.

Que Santa Cruz se haya convertido en polo económico de importancia, no fue fácil y entre los factores que jugaron rol importante en ese proceso está la fuerza de trabajo migrante llegada del occidente, sin embargo hoy se quiere minimizar tal influencia. También indudablemente influyó la llegada del capital extranjero, pero a este factor se lo privilegia haciéndolo dominante en desmedro de las migraciones.
Hay que recordar algo muy importante de la historia cruceña, que con el auge de la goma, promediando la primera mitad del siglo XX, la población cruceña quedó diezmada cuando los enganchadores se llevaron a la mayoría de los varones hacia la siringa, a los gomales y en Santa Cruz quedó una mayoría de mujeres y niños que esperaron, en su caso inútilmente, a sus hombres, a sus padres, a sus hijos.
Fue por ese motivo que más tarde los ingenios azucareros, entre otros emprendimientos agropecuarios e industriales, tuvieron que apelar al occidente para enganchar esta vez "indios" y traerlos a la zafra, ofreciéndoles un paraíso, que las más de las veces ha sido un infierno. Algunos no sobrevivieron o retornaron a altiplano, pero muchos de los que llegaron se quedaron sin posibilidad de volver y  se asentaron e hicieron familia y ahora muchos de ellos se encuentran ocupando un lugar importante en la economía.
En los últimos tiempos el fenómeno migratorio se ha tornado raramente, no cesan de llegar oleadas de migrantes del interior de Bolivia y también de las propias provincias cruceñas, porque Santa Cruz ha adquirido fama de centro económico importante. Esas gentes vienen a impulsar el progreso pero se encuentran con la crisis y se frustran y se generan más desigualdades, formando cinturones  de pobreza ubicados en los márgenes de la ciudad, en los barrios periféricos. Aún así aportan al movimiento económico, no en vano prosperan los negocios  de venta de lotes en tierras urbanizadas a lo que se dedican empresarios un tanto inescrupulosos, sin control del Estado ni de la Alcaldía. Pero también ha habido otra migración, la de extranjeros, que llegaron en momentos favorables y se ubicaron bien, una parte de ellos tan bien que se han convertido en dueña de Santa Cruz.
La migración trae un importante aporte económico de mano de obra, de trabajo, pero el neoliberalismo desprecia este factor y privilegia el capital originando diversas formas de persecución o represión disimulada del exceso de trabajo. Sobre los factores de la producción siempre ha surgido la polémica entre el Trabajo y el Capital, ¿cuál es el que tiene preponderancia, cuál es el determinante? Definir esto puede depender del lado de la producción en que uno  está ubicado, si estás como patrón siempre considerarás más importante el capital, en tanto que si te pones del lado del obrero, el trabajo se valorará más. Es una disputa de intereses que hace cabalmente polémico el asunto, pero que al margen de los intereses subjetivos es una cuestión objetiva que  para los materialistas es cuestión saldada, la máquina no funciona sino es con fuerza material, fuerza de trabajo, única creadora de riqueza, que permite al  patrón tener la plusvalía en sus manos y darse su ganancia.
En la época feudal el trabajo era considerado denigrante, los nobles como clase parásita vivían a costa del trabajo de los campesinos, de los siervos. La aparición de la burguesía dio al traste con esa visión y como clase que impulsaba la producción, dio al trabajo su verdadera importancia. Los liberales cabalmente en sus análisis sobre la riqueza de las naciones así lo comprendieron.
La burguesía sin embargo, al comenzar a sentir las crisis periódicas del capitalismo, bien pronto se encargó de volcarse en contra del trabajo y sus productos, pues los patrones no vacilaron en sacrificarlos para no ser destruidos por la quiebra, abandonando de manera desagradecida a  quienes generaron su fortuna. Así cada cierto tiempo se vienen repitiendo el  cierre de las fábricas, la desocupación, la destrucción de los productos y hasta  la guerra, llevando a la sociedad a momentos críticos, todo para preservar la propiedad privada. A la vez la burguesía tuvo que denigrar el trabajo y ensalzar al capital, eso es el neoliberalismo de hoy cuando el  capitalismo se concentra en las actividades especulativas y comienza a retroceder en  los avances sociales logrados.
El mundo, Bolivia y en Santa Cruz atraviesan una nueva situación de crisis que se descarga sobre la sociedad apareciendo las grandes masas de  desempleados, de familias que se destruyen en la miseria y la ruina. Los efectos de este  proceso social lo vemos a cada paso en el incremento de la niñez abandonada, en  la delincuencia, en la protesta social. El migrante, en busca de nuevos horizontes, es otra víctima, que con su llegada a Santa Cruz acrecienta el problema social, incrementando la presión de la competencia en el mercado de trabajo. Es fácil encontrar en él al culpable de todo, de la uciedad, de la miseria, de la delincuencia, dando origen a estereotipos que devalúan sus potencialidades y lo hacen víctima de la discriminación. Pero no debe ser así, porque esa gente en realidad es fuerza de trabajo, es riqueza potencial que podría destinarse a fines útiles pero que la incapacidad y angurria  burguesa en medio de la crisis no lo permite.
La nueva calamidad que agrava la situación del país es que muchos de los desocupados desesperados se van al exterior. Para Bolivia, país que ya tiene baja densidad poblacional, la fuga de bolivianos es un desastre que  augura peores días pues nuestra posibilidad de progreso se cierra más y más. Esa gente inmediatamente en el exterior comienza a trabajar, aunque en condiciones muy desventajosas cosa que no les importa demasiado con tal de tener algún  recurso, y se dan modos para sobrevivir y al mismo tiempo enviar remesas a Bolivia, mostrando cuán capaces son de generar riqueza; pero esa riqueza ahora es principalmente para otros países y devolviendo al país una mínima parte.
En varios países latinoamericanos este fenómeno se ha convertido en un factor importante para sus economías y en Bolivia comienza a serlo. Muchos  creen equivocadamente que la salida de compatriotas no es una calamidad, sino  algo bueno, no un problema sino una válvula de escape porque alivia la demanda de trabajo. Eso es relativo, los que se quedan tal vez mejoren, tal vez hallen trabajo, pero para los intereses del país, que históricamente está atrasado en la construcción de su mercado interno, la migración al exterior debilita más las posibilidades de superación del atraso.
Las migraciones han sido factor importante en el desarrollo de muchos países. Por ejemplo EE.UU., cuya recepción de migrantes ha sido la base de su crecimiento y prosperidad. Esa gente que salió de Europa para encontrar en América su realización, le dio a ese país su vigor y fuerza.
La migración influyó para delinear las actuales diferencias asimétricas de los países latinoamericanos producidos a lo largo de más de 170 años. Por ejemplo entre Bolivia y Perú, países que al tiempo de nacer a la vida independiente tenían más o menos la misma cantidad de habitantes, 2 millones, pero la diferencia ha ido aumentado gracias en parte a la llegada de migrantes y hoy Perú tiene 24 millones de habitantes, tres veces más que Bolivia, y es un país más rico con un poderoso mercado interno que necesariamente potencia a su clase dominante y la hace más capaz. En tanto que Bolivia, históricamente aislada, no ha podido recibir importante flujo migratorio lo que ha impedido desarrollar su población, a la vez que el indígena no pudo aportar más por el grado de opresión y embrutecimiento provocado por los blancoides.
Lamentablemente la visión que desprecia al indígena sigue vigente y lo vemos en Santa Cruz donde la clase dominante blancoide, por sus miedos, construye murallas mentales para cerrar el paso a los indígenas, pero así, sin darse cuenta, sólo construye la perpetuación del atraso, no entiende lo imperioso de dar cabida a los "otros". Este proceso de desarrollo a la inversa indica que históricamente la clase dominante se halla desfasada.
Esta forma de pensar, esta cerrazón mental imprime en el medio sus huellas, alimentando al monstruo discriminador. Por ejemplo oímos al analista conservador Juan Carlos Fernández Bowles (1), que se autocalifica como "gallego de formación sajona" decir que el Comité Cívico estaba bien así nomás, como organización corporativa y cerrada, esto para que los "collas" no tengan acceso, porque abrirlo, implantar el voto universal sería "como preguntar a loskelperns(2) si quieren ser argentinos" . Esto significa que considera a los migrantes como extraños, ocupantes indeseables, enemigos y que abrir el Comité a ellos, que en realidad son fuerza de trabajo, pondría, como diría Germán Antelo, "en peligro nuestro estilo de vida". Se los puede soportar, se puede asistir a sus fiestas, permitir sus bailes, pero no elegir al Comité ni hacer paros. Es curioso ver sin embargo que el Comité está dominado por descendientes de migrantes llegados del exterior. La gente de mentalidad patriarcal y estancada en el siglo pasado, que pretende restringir el derecho a la gente por ser indígena, porque cree que son un peligro, está de nuevo cerrando el paso a la transformación necesaria para el progreso.

Citas:  (1)Articulista que cayó en desgracia después que dejó ADN
 (2)Kelperns son los malvinenses leales a la corona inglesa1