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Latinoamérica

La OEA con música de quena

Bush pide un tsunami neoliberal: "La ola de la Libertad alcanzará un día las costas de Cuba"

Antonio Maira
Insurgente

(Tercera jornada). La OEA que daba risa a Carlos Puebla se le está sublevando a los EEUU. Poco a poco, primero; ahora con más tumulto porque los que se sublevan son los pueblos. Ayer, con música de quena boliviana, algunos miembros de la Organización le replicaron a Bush y a su Secretaria de Estado. El emperador no se sintió seguro en su propio país, ni siquiera en los "dominios" de su hermano Jeb y de la mafia cubana de Miami. Lo cierto es que el discurso de Bush no se puede divulgar a los cuatro vientos, sobre todo en América Latina. Su falsedad y su cinismo sólo pueden ser soportados a puerta cerrada por los cómplices en la explotación del continente, y las oligarquías se baten en disimulo o en desbandada. ¿Quién puede escuchar esto sin estremecerse de indignación?: "Una América unida por el comercio es menos propensa a estar dividida por el resentimiento y las falsas ideologías".
Venezuela le dijo a Bush allí en Fort Lauderdale que "no compete a la OEA vigilar gobiernos, eso le compete a los pueblos", pero mucho más claro: "clarito y raspao", se lo había dicho el propio Chávez desde Caracas: "Si aquí hubiera que monitorear algún gobierno de la OEA sería el gobierno de Estados Unidos, un gobierno que apoya terroristas, que invade pueblos, que pretende instalar una dictadura global".

Brasil, en boca de su canciller Celso Amorim, también le dijo a Condoleezza que no respalda la propuesta estadounidense de darle a la OEA facultades de "intervención" en el hemisferio: "los conceptos clave tienen que ser de cooperación y diálogo, más que mecanismos intervencionistas".

Diálogo de sordos y música de quena.

Bush entresacó dos frases de San Martín y de José Martí, dos luchadores por la independencia, aislándolas de ese contexto y manchándolas con sus conceptos imperiales. "La Libertad no es negociable", citó del cubano, desconociendo que Martí murió a caballo y pistola en mano luchando por la independencia de su patria. De Bolivar no dijo nada. El nombre debe sonarle a revolución, a democracias con gente y a revuelta de pueblos.

La América de Bush, la de la "igualdad" en el comercio y la desigualdad sólo en "las falsas ideologías y el resentimiento", no tiene ninguna conexión con la realidad latinoamericana, resulta tan falsa como cruel, tan cínica como ofensiva. Esa América, según el presidente estadounidense es: "La que ofrece una visión de esperanza y se basa en Gobiernos representativos, integración en los mercados y fe en el poder transformador de la Libertad en las vidas individuales".

"Fe, esperanza y Libertad".

Ni una palabra sobre la "Carta social" que ha propuesto Venezuela: "La democracia y la pobreza son sencillamente incompatibles", dijo el canciller venezolano, Alí Rodríguez. "La calidad de vida" en la región "es simplemente inexistente y en consecuencia la calidad de la democracia es simplemente precaria".

Condoleezza Rice había hablado ya de la necesidad de intervenir para "fortalecer la democracia allí dónde sea débil" y había puesto el ejemplo de Bolivia, Ecuador y Haití.

Extendiéndose por América, en Ecuador y en Bolivia, cabildos abiertos.

En la OEA, diálogo de sordos, pero ya no importa mucho...

En Bolivia cabildos abiertos y música de quena.