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Latinoamérica


El presidente Carlos Mesa se parece cada vez más a Goni
Bolivia y 'su minoría radical y golpista'

Alex Contreras Baspineiro

Al mejor estilo de su antecesor, el tirano Gonzalo Sánchez de Lozada, el actual presidente de Bolivia, Carlos Mesa, siente que los miles y miles de bolivianos y bolivianas que se movilizan en la mayor parte del territorio nacional, pero sobretodo en La Paz y el valeroso pueblo de El Alto, representan a una 'minoría radical' y 'golpista'.

'Grupos minoritarios, grupos minoritarios que pueden reunir 1.000, 2.000, 5.000, 10.000, 20.000, 30.000, siguen siendo grupos minoritarios, frente a un país que tiene 9 millones y medio de habitantes y que el 18 de julio del 2.004 asistió al Referéndum sobre los hidrocarburos y expresó su opinión por el sí o por el no a esas preguntas del Referéndum.

Ese es el mandato popular; el cumplimiento de ese mandato popular es la única obligación que tenemos quienes gobernamos.

Y es tiempo de que esos grupos minoritarios sepan que el cumplimiento de un mandato es una obligación constitucional y legal del Presidente de la República', afirmó el Jefe de Estado en un aniversario de los Colorados de Bolivia.

Para el presidente Mesa aparentemente, los miles de aymaras, quechuas, guaraníes, mojeños, chiquitanos, urus y otros sectores sociales que prácticamente tomaron la sede de gobierno, pero además empezaron con el bloqueo de caminos por lo menos en seis de los nueve departamentos, representan sólo a una minoría.

En octubre de 2003, el ex presidente Sánchez de Lozada, antes de ser derrocado del poder, minimizaba la protesta social afirmando que sólo se trataba de 'un grupo de vándalos, extremistas y radicales', pero además que no renunciaría a la Presidencia, 'porque se esposa no quería dejar de ser la Primera Dama de la Nación'.

Ahora, la situación es similar, con la única diferencia de que la violencia y represión policial no ha ocasionado ninguna baja; en el gobierno de Goni fueron asesinados 67 bolivianos y bolivianas y más de 400 resultaron heridos.

Ante el desprecio presidencial que no se digna en solucionar las demandas de los sectores populares, las movilizaciones crecen día a día: La Paz se debate en una convulsión social con diagnóstico reservado.

Al accionar de los denominados radicales, las brigadas parlamentarias de indígenas, campesinos y movimientos populares determinaron también tomar el Parlamento Nacional para que se atiendan las demandas de las mayorías nacionales.

¿Golpistas?

Ayer, debió sesionar el Parlamento Nacional para tratar dos temas cruciales: la Asamblea Constituyente y el Referéndum Autonómico. Por determinación de los congresales de la ex megacoalición de Goni (MNR, MIR, UCS y NFR) la sesión fue boicoteada, echando más gasolina al fuego.

'La segunda consigna de quienes están generando zozobra en nuestras calles, es el cierre del Parlamento Nacional. El cierre del Parlamento Nacional es un golpe de Estado. No existe democracia sin Parlamento, y cualquier persona, institución, grupo o representante del poder que decida la clausura del Congreso y que de hecho haga el cierre del Congreso, está dando un golpe de Estado.

Lo que esos grupos minoritarios proponen es un golpe de Estado y ciertamente no contarán con el Presidente de la República. El Presidente de la República defiende la democracia y defiende al Congreso Nacional, independientemente de las diferencias que pueda tener con el Congreso Nacional que se resuelven por la vía de la democracia y por la vía del uso de las mayorías y las minoría', dijo el Jefe de Estado.

Las demandas centrales de los manifestantes se refieren a la aprobación de la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente y la Nacionalización de los Hidrocarburos; aunque algunos sectores ante la incapacidad y falta de patriotismo de los parlamentarios exigen que se cierre el Congreso Nacional.

Aunque los manifestantes se enfrentan cada vez con más fuerza a los efectivos de la policía nacional, a pocos metros de la plaza Murillo, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, los jefes de bancada de los diferentes partidos con representación parlamentaria ni pueden ponerse de acuerdo en una agenda.

Los parlamentarios que representan al modelo neoliberal tienen poco o ningún interés en resolver los conflictos sociales; los del movimiento popular extreman esfuerzos para encontrar una solución pacífica.

La propuesta para salir de la crisis está referida a que las agendas de octubre de 2003 y enero de 2005 sea unificadas en una sola: es decir, que tanto la Asamblea Constituyente y el Referéndum Autonómico se realicen en una sola fecha, pero además que se apruebe una ley que nacionalice los hidrocarburos.

Ante el repudio cada vez más creciente de la población boliviana al desgobierno de Carlos Mesa, éste no tuvo otra opción que apoyarse en las Fuerzas Armadas, históricamente ligadas a golpes de Estado.

En octubre de 2003, fueron efectivos de estas fuerzas militares quienes dispararon contra la población; hasta ahora existe total impunidad.

Mesa se alió a los militares, pero existe un descontento total en la policía nacional: hoy, hace pocas horas, se produjo un motín policial exigiendo al gobierno que solucione las demandas populares.

¿Renuncia?

En las calles, sobretodo de La Paz, son los efectivos policiales y sus carros antimotines los que se enfrentan a los miles de manifestantes: por un lado, gases y balines; por otro, piedras y dinamita. Los militares se encuentran acuartelados.

Los efectivos policiales tienen extracción popular. Vale decir que la instrucción presidencial es que se enfrenten entre bolivianos.

Con la jornada de hoy, El Alto cumple 10 días de huelga general con bloqueo de caminos, los aymaras del altiplano se trasladaron masivamente hasta la ciudad, existe un piquete de huelga de hambre desde hace 13 días, el sector de educación y salud se encuentran en paro y miles de marchistas que caminaron desde Caracollo permanecen más de una semana en la sede de gobierno.

La convulsión crece en la sede de gobierno, pero también en otros departamentos. En Cochabamba, hoy se produjo una masiva movilización con bloqueo de calles y caminos pero también en Oruro, Potosí, Sucre y Beni.

Aunque la oligarquía oriental señala que todos los que habitan esa región del país exigen las autonomías, hoy el Bloque Social del Beni formado por organizaciones y sectores sociales, como indígenas, campesinos y obreros, rechazaron esa demanda apoyando la constituyente.

La incapacidad demostrada en casi 19 meses de gestión por el presidente Mesa, hace atravesar en la actualidad a Bolivia, los momentos más difíciles desde la recuperación del sistema democrático.

En marzo de 2005, Mesa presentó su renuncia al Parlamento Nacional pero esta instancia la rechazó; hace pocas horas, el Jefe de Estado prometió que permanecerá en su cargo hasta agosto de 2007. ¿Cumplirá?