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Latinoamérica

Cívicos cruceños recurren a nueva estrategia para cambiar su mala imagen

  Marcelino Villarreal
Agencia Santa Cruz Noticias
 
La golpiza propinada por militantes de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) a campesinos que marchaban hacia la Plaza 24 de septiembre, el pasado 1 de Junio, tras el grito de “muerte a los collas de mierda”, derivó en victoria pugilística para los unionistas pero despertó fuertes criticas en el seno de la población cruceña, medios radiales e impresos anotaron expresiones de repudio, algunos en términos muy duros, por la manera de proceder y pensar de esta organización que se autodenomina “defensora de los intereses de Santa Cruz”, siendo en realidad una organización con definida estructura militar dependiente de la órdenes del Comité Cívico Pro Santa Cruz para defender los intereses de la oligarquía empresarial.

Muchos hechos demuestran el carácter racista, que aflora de manera espontánea de dirigentes del Comité Cívico Pro Santa Cruz y su “brazo ejecutor” la Unión Juvenil Cruceñista. En octubre de 2003, cuando Sánchez de Lozada huía a los EE.UU., una marcha de campesinos intentó ingresar a la Plaza 24 de septiembre, junto a maestros, universitarios y trabajadores; pero fue brutalmente reprimida por miembros de Nación Camba, por cívicos locales y provinciales, y la UJC, armados con palos y reforzados por militantes del MNR, trabajadores de la Prefectura y delincuentes reclutados en inmediaciones del Parque Arenal (zona roja de la capital cruceña). En la ocasión los medios captaron a los unionistas gritando ”el que no salte es colla”; “raza maldita, raza maldita”, “independencia, independencia” y otras expresiones similares.

Otro caso que les ganó fama de racistas fue cuando la exmiss Bolivia, Gabriela Oviedo, hizo declaraciones consideradas racistas en el país durante el concurso de Miss Universo 2003 y tuvo el apoyo ciego y fanático de la “institucionalidad cruceña”; y de la agrupación Nación Camba que se sabe asesoró en “cultura general” a la miss. Por racistas fanáticos, no pudieron o no tuvieron la capacidad de hacer una autocrítica sobre el apoyo que daban a la miss frente a la critica de gran parte de la opinión publica, y esto tuvo como consecuencia que se definiera nítidamente su fama discriminadora.

Por otro lado la dirigencia cívica cruceña tiene muchas corrientes en su interior, y las hay fanáticamente racistas y separatistas, grupos que exigen “independencia”, que usan como bandera cada vez que golpean campesinos. Es decir prohijan el separatismo tan criticado a nivel nacional. Ahí esta el Movimiento Nueva República que plantea abiertamente la separación de Santa Cruz y no la autonomía. Se sospecha que pugna por alcanzar predominancia al interior del Comité Cívico pero actualmente está aislada porque para una buena proporción de los cívicos, que son empresarios, ganaderos, soyeros, etc., está en sus planes ser dirección nacional pues en el mercado del Occidente está su negocio. Pero hasta su corriente aparentemente más discreta, de Autonomía, genera sospechas de secesionismo en el todo el país, incluso en Santa Cruz.

Pero los cívicos cruceños dan señales claras de que están comprendiendo que estas posiciones les han forjado estigmas de discriminadores e incapaces de entender la realidad nacional, lo que les obstaculiza convertirse en líderes del país y que aglutinen las esperanzas de las diferentes oligarquías regionales, tanto de Oriente como de Occidente, frente a la arremetida de los movimientos populares. Es por eso que de manera cuidadosa centralizan las declaraciones de sus principales figuras para cernir aquellas que sean inconvenientes a sus ansias de poder nacional.

El cabildo del 28 de enero, es el evento que marca la profundización metódica de este plan. En aquella ocasión, el resto del país esperaba la declaración de independencia de Santa Cruz con los consabidos insultos a los collas, pero sorprendió que el entonces presidente del Comité Cívico, Rubén Costas, emita un discurso demócrata e integracionista, alabando el aporte a Santa Cruz de los collas, los chapacos.

Este afán de cambiar su imagen se amplió con la designación de Germán Antelo como nuevo presidente cuando el directorio del ente cívico se renovó en meses pasados. Antelo, proveniente de una línea más dura, elaboró junto con Rubén Costas el mito de “La Paz centralista” y de “el centralismo paceño enemigo de Santa Cruz”. Pero inmediatamente se dedicó a buscar contactos personales por departamentos como Chuquisaca y Potosí, adonde viajaron en delación varios de sus miembros, aunque sin mayor éxito. Pero ahora, con los bloqueos que afectan enormemente a sectores de clase media y comerciantes en la ciudad de La Paz, busca mostrarse solidario con estos sectores a los que identifica como “La Paz asediada de sediciosos” para granjearse su simpatía porque sabe que la clase media paceña también es racista.

El martes 7, un joven unionista renunció a su militancia en la Unión Juvenil Cruceñista delante de las cámaras de un medio y en vivo, rompiendo su carnet indignado porque fue golpeado por seguidores de Jorge Hollweg, presidente de dicha organización. El dirigente cambió radicalmente de tono y dijo que el incidente se debió a que el miembro renunciante empezó a gritar “Independencia”, y “a insultar a la gente del interior”. Qué nos esta diciendo esto sino que para mostrar su nueva imagen, se están convirtiendo en más centralistas y dictatoriales al interior del comité.

Así como Hitler falsificó posiciones demócratas y pacifistas para lograr la simpatía de Inglaterra, Francia, EE.UU., los “cívicos” tratan de crear una imagen de demócratas y tolerantes, pero no les sale porque su racismo espontaneo, natural, hasta cándido, les traiciona, comparable a un mal hábito que no se puede cambiar pero si ocultar para las cámaras y los discursos cuando no se encuentran bajo presión.