Latinoam�rica
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Las multinacionales del C�ndor
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Volkswagen, Phillips, Firestone, Chrysler y otras empresas ayudaron en la
represi�n a las dictaduras de Latinoam�rica, especialmente en Argentina y
Brasil.
As� lo se�ala una investigaci�n del diario O Globo, que publica documentos
in�ditos del Departamento de Orden Pol�tico y Social brasile�o. Los documentos
muestran que las empresas formaron con los organismos de seguridad de Brasil un
"grupo de trabajo" para detectar a aquellos empleados que ten�an militancia
gremial, quienes eran despedidos y en muchos casos torturados y asesinados.
El golpe de Estado contra Joao Goulart ocurri� en 1964. En noviembre del '66, al
inicio de un per�odo muy duro de represi�n que se extender�a por tres a�os,
representantes de General Motors, Volkswagen, Chrysler, Firestone, Phillips y
Constanta se reunieron con el jefe del Departamento de Orden Pol�tico de San
Pablo y un delegado del ej�rcito. Seg�n el acta de la reuni�n, cuenta O Globo,
discutieron sobre los "problemas" en las f�bricas y crearon un centro de
coordinaci�n.
La documentaci�n, recopilada y revelada por el periodista Jos� Casado, se�ala
que las empresas entregaban a los servicios de inteligencia listas de los
trabajadores considerados sospechosos, y que mantuvieron a lo largo del tiempo
una cooperaci�n "fuerte" pero "discreta". "Est�bamos defendiendo nuestras
empresas de los terroristas, de la subversi�n", declar� Synesio de Oliveira,
representante del grupo Constanta (empresa incorporada a la Phillips en 1998).
Sobre la base de documentos obtenidos en Washington, San Pablo y Buenos Aires,
la investigaci�n revela que Volkswagen "mont� un departamento interno" con
agentes de la DOPS y militares para espiar a los trabajadores, mientras que
Chrysler, Scania y Firestone "crearon aparatos de espionaje" en las f�bricas.
Por ejemplo, un documento fechado en julio de 1978 por la filial brasile�a de la
firma sueca Saab-Scania plantea a la polic�a el caso de dos trabajadores cuyos
despidos "se deben al hecho de haber participado del movimiento huelguista".
Las empresas fueron consultadas por O Globo, pero todas negaron los hechos o
aseguraron que desconoc�an lo que indicaba la documentaci�n. Volkswagen sostuvo
que mantuvo una l�nea "apol�tica" y una relaci�n "avanzada" con sus empleados,
mientras Firestone y Chrysler dijeron "desconocer" el tema.
En la Argentina hubo un esquema similar. La embajada de Estados Unidos inform� a
Washington entre abril de 1976 y junio de 1978 sobre episodios que mostraban "la
gran cooperaci�n entre gerentes y organismos de seguridad". Uno de los casos m�s
conocidos es el de Mercedes Benz. En 1975 Carlos Ruckauf, ministro de Trabajo,
orden� el despido de 115 obreros por razones pol�ticas. En 1976, ya bajo la
dictadura, todos los dirigentes gremiales de la planta de Gonz�lez Cat�n fueron
secuestrados. De los 16 delegados, 14 siguen desaparecidos. Sus familiares y los
sobrevivientes consiguieron la creaci�n, la semana pasada, de una comisi�n
investigadora.
Mercedes Benz tuvo un extra�o comportamiento con las familias de sus empleados
desaparecidos, a quienes les continu� abonando el sueldo. Algunos hasta cobraron
indemnizaciones por motivos no especificados. En cambio, los operarios que
dejaron de ir a trabajar porque corr�an el riesgo de ser secuestrados fueron
despedidos.