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Bolivia: mineros ponen dinamita al conflicto
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Tercer día de multitudinarias manifestaciones en La Paz por la nacionalización
del gas y el petróleo. El pueblo se une contra Mesa, el Congreso y las
petroleras. Se intensifican los bloqueos y las huelgas. Los vecinos y
trabajadores de El Alto declaran la huelga general desde el lunes. Medio millar
de mineros ya se hacen sentir en La Paz
Econoticiasbolivia (Huanuni y La Paz, mayo 18, 2005).- Los mineros bolivianos,
la vanguardia proletaria revolucionaria del Altiplano, están decididos a ponerle
dinamita al conflicto social para acabar al neoliberalismo y a las
transnacionales. El XXIX Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores
Mineros de Bolivia (FSTMB), celebrado este lunes en los combativos socavones de
Huanuni, ha instruido a los hombres del subsuelo a marchar sobre La Paz para
recuperar el gas y el petróleo y la soberanía nacional. Este miércoles, en la
convulsionada ciudad de La Paz, en el tercer día de multitudinarias
manifestaciones populares contra el régimen neoliberal, el estallido de
dinamitas anunciaba que casi medio millar de topos-humanos ya habían cumplido la
instrucción del Congreso minero.
Para las próximas horas se aguarda el arribo de nuevos contingentes que, en los
hechos, podrían rápidamente convertirse en la dirección física del movimiento
obrero y popular que rechaza la ley pro petrolera aprobada horas atrás por el
Parlamento burgués y que tiene en la mira al presidente Carlos Mesa.
"Todos los sectores están levantando como única consigna la nacionalización del
gas, dejando de lado las demandas sectoriales", aseguró el secretario ejecutivo
de la FSTMB, Miguel Zubieta.
TODOS A LA PAZ
"Como un sector luchador, los mineros sindicalizados no podemos estar llevando
adelante nuestro Congreso, mientras otros sectores están en la lucha,
defendiendo los hidrocarburos", había dicho al anochecer de este lunes el
secretario permanente de la FSTMB, Nelson Guevara, a poco de suspenderse las
deliberaciones que habían congregado a casi una treintena de sindicatos y a una
multitud de enfervorizados hombres y mujeres ataviados con guardatojos, dinamita
en mano y coca y revolución en los labios.
El XXIX Congreso Ordinario de la Federación fue declarado en cuarto intermedio,
para que todos los dirigentes de los sindicatos, que aglutinan a casi 10 mil
trabajadores, retornen a sus distritos y organicen la movilización hacia La Paz.
"Por estrategia no haremos conocer cómo vamos hacer las medidas de presión para
evitar que las fuerzas policiales o militares traten de evitar la movilización,
pero está decidido que se inician las movilizaciones hacia La Paz", confió
Guevara al corresponsal minero de Econoticias.
Zubieta aseguró que la marcha hacia La Paz había sido definida en acatamiento a
las resoluciones del último ampliado de la COB del viernes 13 de mayo. El
dirigente manifestó que el Comité Ejecutivo de la Federación instruyó que los
mineros sindicalizados salgan a las carreteras y marchen hacia La Paz a defender
los recursos naturales no renovables, fundamentalmente el gas y el petróleo.
Otros grupos de mineros cooperativistas, que trabajan por cuenta propia, ya
bloquean la principal carretera de Bolivia, demandando la nacionalización sin
indemnización.
MAYOR RADICALIZACIÓN
Desde este lunes, miles de trabajadores y vecinos de los barrios más pobres de
La Paz y El Alto iniciaron un asedio sobre el debilitado gobierno de Carlos
Mesa, que ha comenzado incluso a perder el apoyo entre la clase media por su
accionar timorato y su extrema obsecuencia con las transnacionales, y sobre el
desacreditado Parlamento dominado por las fuerzas neoliberales.
Este miércoles, al igual que los últimos tres días, La Paz fue paralizada
durante la mañana y la tarde por marchas de miles de trabajadores y vecinos, que
han rechazado las propuestas que el martes en la noche hiciera el presidente
Mesa, que prometió reactivar el aparato productivo y mejorar la economía de la
población. El líder de la COB, Jaime Solares, aseguró que "Mesa estaba queriendo
sobornar a los sectores sociales para que olviden la lucha contra las
transnacionales petroleras".
"Mesa es un chantajista (...) No nos va a engañar", agregó el líder de la
Confederación de Campesinos, el "Mallku" Felipe Quispe, que instruyó
movilizaciones y bloqueos en el área rural, especialmente en el Altiplano.
Para el lunes, la Federación de Juntas Vecinales de El Alto y la Central Obrera
Regional instruyeron el inicio de una huelga general indefinida y el cerco total
sobre La Paz, con lo que conflicto ingresaría en una fase de mayor radicalidad.
En este escenario, la presencia del proletariado minero en la sede de gobierno
será decisiva para doblegar al Congreso y al Presidente Carlos Mesa, unificando
las protestas que han comenzado a converger en torno a la nacionalización de los
hidrocarburos, que están en manos de las transnacionales como Repsol, British
Gas, Petrobras, Total, Enron, Shell y otros que amasan millonarias ganancias a
costa de la miseria del país más pobre de Sudamérica.
En lo inmediato, la decisión del XXIX Congreso fortaleció la radicalizada
posición del minero Jaime Solares, líder de la Central Obrera Boliviana (COB) y
pareció resquebrajar la línea de moderación del diputado cocalero y jefe del
Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales. Solares, al igual que los
trabajadores y vecinos de los barrios más pobres de La Paz y El Alto y las
organizaciones campesinas, demandan la nacionalización de los hidrocarburos sin
indemnización y la expulsión de las transnacionales del gas y del agua, en
cambio Morales y sus seguidores no quieren llegar a tanto y exigen que las
petroleras que quieran seguir operando en Bolivia paguen el 50% de sus ingresos.
En octubre del 2003, la presencia en La Paz de casi un millar de mineros de
Huanuni, armados de dinamita y coraje, fue decisiva para derrocar al ex
presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, hoy refugiado en Estados Unidos. En mayo
del 2005, algo parecido aguardan los dirigentes de la COB, de El Alto y los
mineros que quieren cerrar el Congreso burgués, echar de Palacio a Mesa, el
gerente de las petroleras, y lograr la nacionalización del gas y el petróleo, en
una nueva jornada de lucha, tan dura y peligrosa, como la que libran todos los
días en los socavones de angustia de Bolivia.