Era cuestión de tiempo nada más. Pero ya están en marcha, en los caminos y en
las calles, los bolivianos de los sectores sociales de este país. La nueva ley
de hidrocarburos, que no ha sido promulgada, y la propiedad de los recursos
naturales energéticos son nuevamente el eje de las movilizaciones.
Hoy han iniciado en dos puntos clave de Bolivia: por la carretera que parte
horizontalmente el territorio (y une las principales ciudades) se dirigen a La
Paz miles de campesinos, cocaleros y otros sectores bajo el liderazgo del
diputado cocalero Evo Morales... y El Alto, otra vez constituido en una sola
"persona", que ha bajado a mediodía a combatir con las fuerzas represivas del
Estado boliviano... y ahí viene una huelga de maestros de escuelas públicas,
vienen los mineros y también los campesinos aymaras (presentes hoy en la marcha
alteña).
Y aunque todo ha quedado en suspenso, mientras la marcha de Evo Morales crece y
se encamina hasta la ciudad sede de gobierno, mientras los alteños deciden sus
siguientes acciones, conviene hacer un mapa sencillo y breve del escenario y de
los actores que en él se mueven.
En primer término, por fuerza y tamaño, están las huestes de Morales, apoyadas
por gran parte del Pacto de Unidad forjado durante la crisis política de hace un
par de meses. Este grupo, que piensa caminar toda una semana, está exigiendo que
las transnacionales del petróleo paguen al menos 50 por ciento de impuestos por
seguir en el negocio de extraer la riqueza boliviana. Su posición, sin embargo,
está todavía a varios días de hacerse sentir en las calles paceñas...
Ahora, en pleno epicentro del conflicto están los vecinos, los comerciantes y
otros varios sectores de El Alto en pie de guerra. Hoy, en una marcha de poco
más de cien mil personas, bajaron a La Paz para tratar de hacer cumplir sus tres
demandas básicas:
1. Nacionalización de los hidrocarburos. 2. Renuncia de Carlos Mesa a la
presidencia. 3. Cierre de Congreso Nacional.
En el camino al Congreso, su primer objetivo, se enfrentaron con la policía, que
lanzó decenas de granadas de gas lacrimógeno contra ellos. Vean algunas fotos:
http://bolivia.indymedia.org/es/2005/05/17038.shtml
Los alteños no pudieron cerrar la sede del Poder Legislativo, pero realizaron
una gran asamblea y anunciaron que comienzan a preparar un paro cívico
indefinido, que cerraría todos los accesos a La Paz desde El Alto, y por tanto
el suministro de alimentos, el aeropuerto internacional y el transporte
terrestre al interior del país.
De acuerdo a un cable de esta tarde de la Agencia de Prensa Alteña: "Los
dirigentes de la COR y la Fejuve anunciaron que hasta que se ejecute el paro
cívico sindical indefinido se ejecutará el bloqueo del Aeropuerto Internacional
de El Alto y la toma física de la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) de la Zona de Senkata".
También, mientras los alteños trataban de llegar al famoso edificio del
Congreso, en pleno centro del poder boliviano, dos diputados de la Nueva Fuerza
Republicana, partido de la derecha, ha iniciado una huelga de hambre ¡pidiendo
la renuncia de Mesa y la total nacionalización de la hidrocarburos!
Finalmente, en el otro extremo de esta tensa cuerda, se encuentra un Presidente
Mesa, débil y que hace unos días fuera abucheado por la gente en las calles de
La Paz, se niega a promulgar la nueva ley de hidrocarburos (que por cierto no le
gusta a los movimientos sociales, pero tampoco a las petroleras, que la ven como
un atentado al negocio)... y su plazo legal para vetarla o hacerla vigente se
termina en unas horas. Si hasta mañana no hay nada de su parte, el Presidente
del Congreso (el senador Hormando Vaca Diez) estará facultado por la
Constitución para promulgarla.