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"El problema no son los pobres, sino que se vean"
Mensaje de la 36
Para el ministro de Economía y Finanzas Danilo Astori, el balance a su
regreso de Washington ha sido muy positivo después de reunirse con el Fondo
Monetario Internacional. El Ministro repitió que las reuniones fueron muy
positivas para la política económica del país.
Muy positivo, en primer lugar, fue el resultado de la Asamblea del Banco
Interamericano de Desarrollo BID en Okinawa Japón.
Astori señaló que para agosto las autoridades del BID habrán aprobado las
estrategias del banco con Uruguay.
Las autoridades económicas uruguayas pudieron reunirse con bancos y grupos de
inversores calificados los cuales están interesados en los mercados financieros
internacionales.
En cuanto al Fondo Monetario Internacional, Astori, se refirió a las reuniones
en Washington con el personal del FMI donde dijo que se pudo llegar a
coincidencias en los temas pendientes tales como el resultado fiscal y el acceso
a nuevos préstamos.
En la segunda quincena de mayo podrá estar aprobado el programa que constituirá
la base del programa del FMI para Uruguay.
Mientras que el sábado pasado se celebró el encuentro con el Banco Mundial,
destacando que el próximo junio los directores del banco aprobarán los acuerdos
con Uruguay.
Para lo cual el Banco Mundial se instalará en el país en las próximas semanas.
Al parecer pondrán dinero para el transporte, los recursos naturales y el medio
ambiente.
El gobierno dará la bienvenida a la vice presidenta ejecutiva para América
Latina Pamela Kops quien instalará el banco en el país como para la firma y
aprobación de los acuerdos realizados.
La enfermedad avanza, no hubo ni prevención ni hay atención urgente, ante la
gravedad del mal que Astori está causando a toda la sociedad.
No responsabilizamos al pueblo indiferente, porque ignora y a la vez es engañado
en su buena fe e inducido a respaldar la acción del ministro de Economía Danilo
Astori.
Pero no se quitarán nunca más de encima la responsabilidad los dirigentes
políticos, sus partidos y dirigentes sociales que acompañan con su aceptación,
pasividad cómplice en este momento la política anti popular del titular de
Economía.
Vamos a mantener vivo en la memoria del pueblo uruguayo cual ha sido la actitud
verdadera de colaboración con Astori de todos quiénes respaldan su gestión ante
los organismos internacionales de crédito.
El desconocimiento de la verdad y la falta de información será derrotada por la
verdad y el conocimiento de los hechos.
Este es el tiempo y no otro cuando los dirigentes políticos y sociales de
izquierda debieran estar enfrentando la entrega del país al extranjero.
¿Dónde están los partidos de izquierda, dónde los intelectuales progresistas,
dónde los periodistas de consciencia, dónde los dirigentes sindicales
independientes, dónde los ideólogos marxistas?
¿Dónde están los dirigentes políticos de izquierda?.
¿Dónde han quedado los años de cultura antiimperialista?
Todos los espacios que se abandonan son cedidos a los oportunistas de toda laya.
Resucitan burócratas sindicales desempolvándolos de sus catacumbas, para
fortalecer el bloque oficialista de los trabajadores, por si les faltara fuerzas
a los políticos progresistas.
Un Primero de Mayo que tendrá el acto a las 11 de la mañana, para alejarlo más
del pueblo todavía, para que los trabajadores no sean convocados y lleguen hasta
la Plaza con sus reclamos y protestas.
Los acuerdos firmados por el Ministro de Economía y Finanzas en Washington y
Japón son decisiones personales, fuera de todo control Parlamentario, sin
presencia de nadie más que de su propio equipo económico.
Decisiones que no están ni en el Programa del Frente Amplio ni de la concepción
histórica que lo alumbró y mantuvo vivo en las peores circunstancias.
Decisiones autocráticas de las cuales nadie se hará responsable cuando las
consecuencias terribles que acarreen para la población exijan responsabilidades
concretas.
¿Cómo puede decirle al pueblo uruguayo con la complicidad del conjunto del
progresismo que el resultado fue muy positivo?
¿Es muy positivo un nuevo ajuste fiscal?
¿Es muy positivo no poder aumentar los salarios?
¿Es muy positivo tener que disminuir el presupuesto nacional a menos de la
mitad?
¿Es muy positivo seguir privatizando?
¿Es muy positivo seguir pagando los intereses mientras la deuda sigue
aumentando?
¿Es positivo aumentar el precio de los combustibles mientras ahora el petróleo
sigue bajando?
¿Es muy positivo que se continúe con las ejecuciones a los productores y
deudores en dólares?
¿Es muy positivo dejar en manos de privados el agua potable y el saneamiento de
Maldonado y la Costa de Canelones?
¿Es muy positivo dejar que se instale la empresa de celulosa Botnia sobre el Río
Uruguay?
¿Es muy positivo haber dejado a CTI Móvil apropiarse de buena parte del mercado
de la telefonía?
¿Es muy positiva la amenaza prevista de quitarle poder al Banco Central?
¿Es muy positivo dejar en manos de los bancos y sus AFAP´s el ahorro de los
trabajadores?
¿Donde está lo positivo Astori?
¿Saben lo que responde Astori?
Con el dogma por que él dice estar seguro que si no se firmaran los nuevos
préstamos habría sido mucho peor.
Igual que los médicos dogmáticos del feudalismo que para curar a los enfermos
los desangraban y cuando se morían siempre decían que lo que pasaba es que en el
cuerpo había quedado todavía un poco de sangre sin salir.
Hablemos en serio compañeros. No despreciemos de esta manera a la gente, no
abusemos de la impunidad del poder expliquemos detenidamente lo que vendrá. No
dejemos que la ola gigante los tome desprevenidos ayudemos a recibir el golpe de
frente y de pie.
Dice el diario mexicano La Jornada que el propio Banco Mundial en esta reunión
dio a conocer cosas terribles de la situación de la economía y la vida de los
pueblos de América Latina.
Ellos son los que informan que en el continente hace años que se estancó la
pobreza.
Y esta es la principal consecuencia de sus políticas exigidas a gobiernos como
este de Astori.
La visibilidad del fenómeno es mucho menor en otros países de medianos ingresos
que en las naciones pobres, afirma el vicepresidente del organismo.
Astori no les va a informar compañeros, la verdad de la reunión, donde el mismo
Banco Mundial admitió este domingo que la reducción de la pobreza en América
Latina está estancada hace tres años y de no mediar un cambio significativo en
las políticas gubernamentales la región no va a llegar a cumplir los Objetivos
del Milenio de las Naciones Unidas.
En un informe el organismo financiero reveló que Latinoamérica tenía 49 millones
de pobres en 1990 y que en 2001, sumaban 50 millones. En términos porcentuales
pasó de 11,3 por ciento de la población en 1999 a 9,5 por ciento en 2001 lo cual
es una reducción menor a la necesaria para poder llegar a 2015 con una
disminución que abarque a la mitad la proporción de ciudadanos que viven bajo la
línea de pobreza.
De acuerdo con los objetivos trazados hace cinco años la región debe llegar a
2015 con 5,7 por ciento de una población bajo la línea de pobreza, pero a este
ritmo llegará con 6,9 por ciento de acuerdo con el informe anual del Banco
Mundial.
El primer vicepresidente de Desarrollo Humano del Banco Mundial, Jean Luis
Sarbib, dijo que uno de los problemas de América Latina es que en países de
mediano ingreso la pobreza tiene menor visibilidad que en los países pobres.
"Se mire como se mire. África es la peor región en cuanto a prevalencia de la
pobreza. Pero no olvidemos que 70 por ciento de los pobres del mundo vive en los
países de mediano ingreso" y en estos "la visibilidad es mucho menor que en
países que son pobres", declaró Sarbib.
Las cifras indican que algunos países latinoamericanos están mucho más atrasados
que otros en alcanzar el objetivo.
Por ejemplo la malnutrición infantil afecta a uno por ciento de los niños de
Chile, a 4 por ciento en Jamaica y Venezuela, a 5 por ciento en Argentina, Costa
Rica y República Dominicana.
América Central en cambio esta sumamente atrasada en lograr avances en este
sentido sufre de malnutrición 10 por ciento de los niños en el Salvador y
Nicaragua 14 por ciento, en Ecuador y 23 por ciento en Guatemala.
Lo mismo ocurre con la prevalencia del VIH Sida que afecta a menos de uno por
ciento de la población en la mayoría de los países de la región, pero supera ese
límite en Jamaica, Honduras, República Dominicana y Guatemala y llega a 1,60 en
Haití.
Por otro lado, la Campaña Mundial para la Educación apoyada por el Banco Mundial
denunció que unos 100 millones de infantes de los cuales 59 millones son niñas
aún no cuentan con escuelas pese a que la educación para todos es uno de los
principales objetivos del Milenio para las Naciones Unidas.
Desde la pasada reunión del Grupo de los siete países más industrializados en
febrero han muerto ya dos millones de niños simplemente por falta de atención
médica debido a su pobreza extrema. Una organización no gubernamental ha
instalado frente al Banco Mundial en Washington, posiblemente Astori no la ha
visto un enorme reloj que cada tres segundos agrega una muerte más a esos dos
millones.
Pero el problema mayor de la pobreza en América Latina sigue siendo la
visibilidad de la pobreza aseguró el vicepresidente del Banco Mundial para el
desarrollo.
"El Malí por ejemplo no puedes olvidar que se está en un país pobre. Pero usted
va a Brasil o la Argentina no es un hecho tan obvio. Sin embargo en esos países
es preciso medir también la desigualdad".
Para el Banco dentro de las naciones latinoamericanas hay grandes diferencias
internas condicionadas por el ingreso y el genero.
Sobre la región pende el efecto del pobre crecimiento de los años 90 cuando
América Latina creció a un 1,5 por ciento.
El Banco reconoce que en este año los países latinoamericanos lograron un
crecimiento récord de los últimos 25 años un 5,7 por ciento.
¿Usted se dio cuenta de este crecimiento tan favorable?
La población que vive con menos de dos dólares al día podría pasar de 128
millones de personas en el 2001 a 122 millones en el 2015. Por lo menos aquí el
Banco tendrá un millón de uruguayos más que pasaran a vivir con mil trescientos
pesos por mes que es más o menos dos dólares diarios.
Los que viven con menos de un dólar diario se reducirán de 50 millones a 43
millones en el mismo periodo.
Siempre y cuando el Producto Bruto Interno crezca al menos un 2,4 por ciento.
El 17 de abril, a excepción de México, los delegados de América Latina
participantes en la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial aumentaron este domingo la presión por la democratización de estos
organismos.
Durante la reunión que terminó sin ningún acuerdo sobre el alivio de la deuda a
los países pobres tanto el ministro de Economía Argentino, Roberto Lavagna, como
el de Hacienda de Brasil, Antonio Palocci, exigieron a nombre de la mayoría de
países de Latinoamérica una discusión abierta para otorgar mayor representación
e influencia de los países pobres en los organismos multilaterales.
El ministro Palocci a nombre de nueve países de América Latina declaró que "se
necesita una discusión amplia sobre mecanismos para fortalecer la representación
y la influencia de los países en desarrollo y en transición" en las
instituciones financieras internacionales.
Por su parte Lavagna -que representó a seis naciones- urgió al FMI y al Banco
Mundial a aumentar la representación de los países en vías de desarrollo y en
transición a posiciones de gerencia; y propuso elevar el peso del voto en los
órganos de decisión.
Desde hace años los países en desarrollo están dedicados a presionar por una
reforma en esos organismos ya que sus estructuras fueron diseñadas en 1944
cuando las naciones pobres tenían una proporción del producto interno bruto
mucho menor que la actual.
La estructura que rige es que cada país aporta cuotas que reflejan su proporción
de Producto Bruto Interno mundial a fines de la década de 1940 y el peso de su
voto en el directorio de las multilaterales corresponde al tamaño de su cuota.
Palocci sostuvo ante el Comité de Desarrollo que una manera fundamental para
fortalecer la representación de los países en desarrollo y en transición es
aumentando su voto acumulativo.
Brasil propuso modificar la fórmula para que se le de más importancia al PIB,
medido en términos de paridad en poder de compra, que difiere del método que
mide el PIB en los países en dólares. Es decir un dólar tiene más poder de
compra en un país de América Latina que en un industrializado y Brasil pretende
que esa diferencia sea tomada en cuenta.
Otro tema planteado por Palocci fue la necesidad de aumentar la mayoría
requerida para que el directorio del FMI pueda tomar una decisión llevándola de
una mayoría simple a 70 por ciento.
Actualmente los países ricos tienen el 61,1 por ciento de los votos en el
directorio del FMI de los cuales solo Estados Unidos tiene 17,4 por ciento
mientras las naciones en desarrollo tienen 30,9 y las que están en transición
tienen 7,5 por ciento.
De esta manera el directorio puede aprobar una decisión sólo con el votos de los
países ricos aunque todo el Tercer Mundo se oponga. La propuesta de algunos
países de Sudamérica de aumentar la mayoría necesaria a 70 por ciento podría dar
más seguridad de que la voz de los países en desarrollo sería tenida en cuenta,
señaló el ministro brasileño.
Los tres delegados latinoamericanos el brasileño, el argentino y el mexicano
estuvieron unidos para reclamar a los países ricos la apertura de sus mercados
agrícolas a fin de reducir la pobreza y cumplir con los objetivos de desarrollo
del milenio al culminar este domingo las reuniones del FMI y el banco Mundial.
Afirmaron que sin la liberación agrícola será imposible cumplir con los
objetivos para el 2015, fijados por 180 líderes mundiales en la ONU cinco años
atrás.
El Comité de desarrollo destacó en su comunicado final los beneficios que
tendría la reducción de barreras entre países pobres y fortalecimiento del
comercio sur-sur.
El ministro Lavagna advirtió que los "productos agrícolas están mucho más
protegidos que los manufacturados" y que los países de medianos ingresos
enfrentan las barreras agrícolas más altas de las naciones de la organización de
Cooperación y Desarrollo Económico con una tarifa de 49 por ciento equivalente a
la restricción total.
Palocci debe insistir sobre la urgencia de los cambios en los organismos
financieros de crédito o sea en las empresas bancarias internacionales de
crédito.
La experiencia del Gobierno de Luis Ignacio Lula da Silva ya puede
considerársele un gran fracaso, a pesar de haber seguido paso a paso con el
cumplimiento de las recetas del FMI, el Banco Mundial y el BID.
Hoy mismo ha sido publicado en el Diario El Economista un artículo extenso
titulado "Se rezaga la agenda social de Lula".
Y agrega en un colgado inmediato que la "Educación básica, salud, y otros
servicios demandan inversiones sustanciales, pero las restricciones fiscales
frenan el nivel de la inversión requerida".
¿Qué pasa ahora con Lula y su gobierno que ya no hablan bien de él ni los
propios europeos?
¿Qué pasará dentro de tres años si seguimos por el mismo camino que Lula?
Dice el Economista que "con niveles de desempleo y pobreza todavía altos y con
un comercio que resiente el impacto de una apretada política monetaria Lula será
cada vez más vulnerable a la crítica si las condiciones económicas se
deterioran".
La publicación muestra una fotografía de un estudiante, miembro de la Unión
Nacional de Estudiantes, que salta sobre un sarcófago humeante que representa la
política económica del presidente Lula, durante una manifestación realizada en
marzo del año pasado por unos 1.500 jóvenes en Sao Paulo, en demanda de más
inversión pública para universidades y escuelas.
Los acreedores extranjeros y los inversionistas financieros han elogiado al
gobierno brasileño, encabezado por el presidente Luis Ignacio Lula da Silva, por
haber preservado la estabilidad económica y alcanzado una tasa de crecimiento
económico saludable (5.2%) el año pasado.
El país ha mejorado la dinámica de su deuda pública y el fortalecimiento de su
balanza externa ha incluso alentado, a las autoridades para buscar la renovación
del préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional después de siete años
de acuerdos de financiamiento.
Sin embargo, los éxitos del gobierno de Lula en materia social han sido menos
impresionantes, particularmente si se consideran las altas expectativas que creó
de mejorar los servicios y las condiciones de vida de los pobres de la nación.
Lula, antiguo líder obrero de izquierda, ascendió al poder en enero de 2002
basado, en gran parte, en una plataforma de igualdad social y reducción de la
pobreza. Su elección fue el primer presidente surgido de las clases populares
bajas hizo crecer las esperanzas de los pobres y los desempleados.
Y aunque el gobierno tuvo que dar prioridad a la estabilización de la deuda
pública, también se comprometió a atender su trascendental agenda social. Los
esfuerzos, empero, se han visto obstaculizados.
Educación básica, salud y otros servicios públicos demandan inversiones
sustanciales, pero las restricciones fiscales frenan el nivel de la inversión
requerida. De hecho, existe la percepción de que desde que Lula llegó a la
Presidencia, los servicios de salud se han deteriorado en muchas áreas.
Asimismo, su programa insignia "Hambre Cero" ha sido calificado de
extremadamente simplista y criticado como una forma de clientelismo, así como
por no atender las severas desigualdades de ingreso y otros temas que afectan a
los marginados.
El Programa de Desarrollo de Naciones Unidas ha identificado unas 13 "bolsas de
pobreza", esto es, unas 600 localidades con un total de 26 millones de
habitantes, donde el Indice de Desarrollo Humano de la ONU es comparable al de
algunos países africanos como Uganda. Reportes recientes del Instituto Brasileño
de Geografía y Estadística (IBGE) y del Ministerio de Salud revelan que Brasil
atraviesa por una "transición nutricional", donde la pobreza se manifiesta no
tanto en la insuficiente ingesta de calorías, sino en la baja calidad y las
deficiencias nutricionales de los alimentos consumidos.
Entre la población de bajos ingresos es ahora la obesidad, más que el hambre, lo
que incrementa la tasa de mortalidad, cambio que aún no ha sido incorporado en
la estrategia gubernamental.
Entre tanto, una reforma universitaria que instaura condiciones de "acción
afirmativa" discriminación positiva para los alumnos negros se percibe como
errónea.
Quienes se oponen a la medida argumentan que la integración racial en los campus
universitarios ya refleja a la sociedad brasileña como un todo. Además de las
crecientes preocupaciones sobre su impacto en la calidad de la educación
superior, la reforma universitaria se considera una distracción inoportuna
frente a la necesidad de mejorar las condiciones de la educación primaria.
Hay también preocupaciones crecientes de que la carga fiscal y las tasas de
interés son demasiado elevadas para facilitar la creación sustancial de empleos,
y de que el crimen no se combate con la fuerza suficiente.
El resentimiento por los altos impuestos parece destinado a crecer,
particularmente en ausencia de un mejoramiento visible de servicios públicos
como el transporte. Algunos creen que esos factores podrían sentar las bases
para el surgimiento de una fuerza electoral de centro derecha en el espectro
político, por primera vez desde el fin de la dictadura militar, en los primeros
años de la década de los ochentas.
El desempleo continúa siendo un serio problema a pesar del saludable crecimiento
de 5.2% logrado el año pasado, la tasa más alta en un década. Pero la expansión
del PIB durante dos años ha generado solamente una cuarta parte de los 10
millones de nuevos empleos que Lula prometió en su campaña electoral. En febrero
la tasa de desempleo se situó en 10.6%, comparado con 10.5% cuando Lula asumió
la presidencia, según muestran las cifras del gobierno.
Quizá más seria resulta la percepción de que el gobierno de Lula, si bien no le
falta voluntad para atender los problemas sociales, carece de una estrategia
coherente y de un equipo capacitado para hacerse cargo de ellos. Los puestos más
importantes del gabinete económico brasileño están en manos de tecnócratas, pero
la conducción y aplicación de la política social están en manos de los miembros
del gobernante Partido de los Trabajadores, muchos de los cuales carecen de
experiencia relevante o son nombramientos políticos.
Por ejemplo, en diciembre de 2004, Ana Fonseca, secretaria ejecutiva del
Ministerio de Desarrollo Social y reconocida experta en la ejecución de
programas de bienestar social, fue despedida por el ministro de Desarrollo
Social, miembro del PT, Patrus Ananias, debido a diferencias de opinión acerca
de las propuestas de Fonseca para allanar los problemas en la ejecución del
programa "Hambre cero". Cuando fue necesario el análisis del padrón de
beneficiarios reveló fraude local y clientelismo.
¿Y qué sigue?
El problema de la pobreza y la falta de oportunidades para los jóvenes ha sido
el foco de algunas iniciativas del nuevo gobierno. El primero de febrero se
crearon un nuevo Consejo Nacional de la Juventud y una Secretaría de la
Juventud, esta última encabezada por Beto Cury, obrero metalúrgico de Minas
Gerais.
La designación de Cury eleva a 60 el número de antiguos líderes sindicales o
activistas sociales que ocupan posiciones claves en el gobierno.
El nuevo Programa Nacional, para la Inclusión de la Juventud, que intenta
proporcionar capacitación profesional y un pequeño estipendio mensual a casi 200
mil jóvenes entre 18 y 24 años, recibirá un subsidio de 115 dólares anuales.
Este programa continúa iniciativas previas como "Mi primer trabajo", que aspira
a capacitar a los jóvenes para liberarlos del ciclo del desempleo permanente.
Los críticos del gobierno han argumentado que estas medidas sólo han sido
desplantes políticos y no programas verdaderamente efectivos, puesto que el
nivel de los recursos involucrados es insignificante comparado con la escala de
los problemas. Se estima que en Brasil 34 millones de jóvenes sufren marginación
social.
El gobierno continúa a la búsqueda de medidas de bajo costo para detener la
marginación. Una de las estrategias es utilizar el trabajo voluntario. El 19 de
enero, durante su viaje a Tabatinga, en la frontera con Colombia, Lula anunció
el reinicio del Proyecto Rondón, programa que se llevó a cabo durante el
gobierno militar, el cual enviaba estudiantes universitarios, durante sus
vacaciones, a áreas alejadas para trabajar de voluntarios en proyectos de
desarrollo social.
También es cierto que a pesar de los pobres resultados de sus políticas de
bienestar social, gracias al apoyo con que cuenta de los grandes medios de
comunicación, Lula sigue siendo muy popular, con un índice de aprobación de 60%,
y no parece que tenga mayores problemas para ganar la reelección en 2006.
Pero los ancestrales retos de desarrollo relacionados con la desigualdad en el
ingreso, marginación social y deficientes servicios públicos no desaparecerán.
El gobierno, en consecuencia, tendrá que mejorar el diseño y la eficacia de sus
políticas sociales, de manera que le permitan llevar adelante su agenda social
sin comprometer la disciplina fiscal. También necesita cimentar el apoyo para
realizar reformas estructurales más profundas.
De otra manera, la capacidad del gobierno para cumplir sus promesas a los pobres
continuará en entredicho y podría haber mayor erosión en la confianza en el
gobierno entre sus principales electores. La posición del PT entre sus bases
tradicionales ha comenzado a menguar, al no cumplirse las expectativas de rápido
mejoramiento de las condiciones sociales y porque el apego del gobierno a la
estricta disciplina fiscal se ha dado a expensas del gasto social, lo que
algunos han visto como una traición.
La confianza tanto del público, como de los hombres de negocios se elevó durante
el año pasado por el mejoramiento económico, pero hay señales de que el repunte
se debilita.
El periódico El Economista prevé un crecimiento moderado de 3.7% en 2005 y de
3.3% en 2006. Así, con niveles de desempleo y pobreza todavía altos, y con un
comercio que resiente el impacto de una apretada política monetaria, Lula será
cada vez más vulnerable a la crítica si las condiciones económicas se
deterioran. Con el tiempo su apoyo público, así como su prestigio entre los
sectores de negocios e inversionistas extranjeros, podría deteriorarse
seriamente.
La realidad brasileña rompe los ojos y la verdad propia cae por su peso.
Nunca es tarde para reaccionar y comenzar a unirse aquellos quienes piensen
igual. Para defender los objetivos del pueblo y emprender el camino diferente
hacia los cambios estructurales económicos y sociales profundos.
Nunca como hoy cobra tanta vigencia la frase del prócer José Artigas de: "NADA
DEBEMOS ESPERAR SINO DE NOSOTROS MISMOS".