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Latinoamérica

"La vieja de la lagarta"

Mensaje de la 36

El Gobierno uruguayo ha sido sorprendido por la grave situación en que ha recibido el país y ha tomado a los gobernantes progresistas de sorpresa y totalmente desprevenidos.
Desde un comienzo, cuando el ex presidente Jorge Batlle, asumiera su mandato muchos políticos de la oposición progresista se convencieron de que el viejo político burgués haría un buen gobierno porque estaba en la Estación Carnelli y entonces trataría de reivindicarse de tantas macanas cometidas en su vida política.
Los mismos dirigentes que durante la crisis financiera del 2002 contribuyeran a evitar el "rompimiento de la cadena de pago", y que bajo el liderazgo del actual ministro Danilo Astori, contribuyeran a dar "tranquilidad y confianza en la plaza financiera".
Durante uno de los mayores robos de los banqueros de la historia del Uruguay, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, destacó siempre que "en caso de haber estado él en lugar del ex ministro Bensión, seguramente hubiera actuado de idéntica manera".
Astori siempre destacó las diferencias con la crisis Argentina se negó a llamarle "corralito" a la "reprogramación" de los depósitos de los ahorristas y fue un gran defensor de mantener el "secreto bancario".
Varios dirigentes políticos retiraron sus ahorros de los bancos aún una vez que ya habían sido "acorralados", la actitud ilegal y desleal por parte de quienes -en el mismo momento- le solicitaban a la población "confianza y paciencia en las medidas del Gobierno".
Hasta hoy continúa despojado de sus derechos de trabajador y sancionado, el funcionario bancario de quien se sospecha, pero nunca se probó por parte de la justicia, que fuera el responsable de haber brindado los datos de los políticos y altos funcionarios que retiraron sus depósitos en plena crisis.
Posteriormente la "agencia de buenas noticias" del presidente Jorge Batlle pasó milagrosamente de la noche a la mañana de la crisis al bienestar social.
No teníamos aftosa, no había más corralito, los bancos estaban funcionando nuevamente, el empleo crecía como leche hervida, el campo mejoraba y había un repunte increíble en la plaza comercial, en especial el turismo, invadía nuestras playas y la emigración hacia el exterior se reducía con cada vez menos entregas de pasaportes.
Le venderíamos carne a México, el avestruz nos estaba salvando, y comenzaba la cría del caracol, las artesanías "hechas acá" para "exportar para allá".
También se sumaron al coro oficial los dirigentes de la oposición. Que había que reconocer que la situación estaba mejorando que el campo estaba levantando, que la producción y las exportaciones aumentaban y la gente se convenció, y reconocía que veía algún "pesito" más en la calle.
La última vez que sentimos hablar maravillas del Gobierno anterior fue hasta el día de la asunción de la nueva presidencia.
"Un lujo de transición".
"Ni un sí ni un no", "porque cuentas claras conservan la amistad", cada Ministerio y ente público entrego "los pelpas" y los números al día, en estrecha colaboración y demostración de buena voluntad.
Ayer fue la primera vez que hubo un cambio abismal del discurso oficial que habíamos oído hasta ahora.
Y los anuncios fueron hechos por el Ministro de Turismo Héctor Lescano, del Encuentro Progresista.
El nuevo Gobierno progresista ahora no sale de su asombro al encontrarse con una realidad que no era la que los anteriores gobernantes les habían pintado.
El gobierno progresista es víctima de la "herencia maldita" es la frase más repetida últimamente.
Y los anuncios de dar a conocer el despilfarro económico, las malversaciones y la corrupción interna una vez que hayan concluido las auditorías en cada uno de los ministerios y entes del Estado, ahora están a la orden del día.
Y tal como se acostumbra en el idioma económico, tales amenazas de dar a conocer la corrupción de los anteriores gobernantes, tienen como "contrapartida" otra amenaza más preocupante todavía para la población.
La noticia de Lescano es que ahora, las medidas de Gobierno prometidas durante la campaña electoral, deberán esperar un tiempo mayor que el esperado.
Y que próximamente el propio presidente doctor Tabaré Vázquez será quien se encargue de explicar la difícil situación en que se halla el Estado uruguayo.
Hubiera sido un error del pueblo uruguayo cambiar un buen gobierno, solo por cumplir con el juego democrático de la alternancia en el poder.
La crisis no se ve en los números, en las estadísticas ni en los análisis de las oficinas.
El hambre, la miseria, el desempleo, la falta de medicamentos, de vivienda, de educación es lo que movió al pueblo uruguayo a sacar a los partidos de la burguesía que gobernaron durante doscientos años el país.
¿Y qué esperaban encontrar?
¿El cajón lleno?
¿La heladera repleta?
¿La cama tendida?
¿La luz y al agua al día?
¿La casa pintada, el techo impermeabilizado y leña en la estufa?
No...no, la cosa viene por otro lado, debemos hablar derecho y no seguir por el triste camino de las justificaciones.
Al igual que en nuestra economía interna, las finanzas del Estado dependen de decisiones políticas, de las Leyes y decretos, de las resoluciones que se tomen en beneficio de unos y en prejuicio de otros.
Lo mismo que hizo la burguesía uruguaya durante doscientos años y que ahora la gente decidió que había que cambiar.
Para ofrecerle al pueblo oportunidades de trabajo y salarios en lugar de censos de pobreza y ayuda social como remiendos temporales que por si solos, no superarán la frontera del asistencialismo tradicional.
El Gobierno del progresismo verá retrasarse el cumplimiento del elemental Programa de Gobierno porque se retoma el mismo e idéntico camino de la política económica de Bensión y el Gobierno anterior.
Es solo una ilusión propia y ajena suponer que "con no robar alcanza".
Los nuevos compromisos que contrae el Gobierno uruguayo a través del Ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, y que firmará en Washington, no difieren en nada de los firmados por Bensión hasta los tiempos de Assini.
Firmados en secreto, lejos del pueblo, en Washington, sin discusión previa, sin participación de los parlamentarios ni del resto de los ministros.
Esta es la verdadera confianza en un hombre que durante la última etapa siempre estuvo en contra de las decisiones del pueblo.
¿Por qué no vamos a decirlo y repetirlo si es la verdad?
Estuvo a favor del balotaje y perdimos las elecciones anteriores.
Se pronunció a favor de la minireforma y perdimos los peajes, los aeropuertos, el puerto y las carreteras.
Astori estuvo a favor de la política financiera de Bensión y de Atchugarry.
Astori estuvo en contra de los plebiscitos por el agua potable y el saneamiento.
Estuvo en contra del plebiscito por ANCAP.
En contra de levantar el secreto bancario.
Ha defendido al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial, y al BID a capa y espada, aduciendo que son organismo que han cambiado a favor de los pueblos del Tercer Mundo.
Astori sin embargo, adelantaba en plena campaña electoral su seguridad de que las cosas se revertirían con el tiempo. Cuando los medios de prensa le señalaban estas contradicciones entre él y la mayoría del progresismo, Astori afirmaba que cuando se llegara al Gobierno sucedería lo contrario exactamente y la mayoría estará con su posición que sería la oficialista.
Y Astori tenía razón, ahora la mayoría se pliega a las políticas del Ministro de Economía y Finanzas y así lo han señalado los más connotados dirigentes progresistas que se han declarado fieles al Ministro de Economía y oficialistas cien por ciento.
La enviada especial del diario argentino Clarín, Silvia Naishtat, entrevistó al Ministro de Economía uruguayo en Japón, en la primera ocasión que Astori participa en una asamblea del BID y sin embargo, se convirtió en uno de los más solicitados.
Astori contrariamente a las malas noticias que Lescano adelantó ayer a los uruguayos, informaba ayer en Okinawa "que está a punto de cerrar trato con el FMI que incluye plata fresca y refinanciación y con un crecimiento de 12% el año pasado que se proyecta este año a un 6% hace que el nuevo Gobierno arranque con el pie derecho", dice la cronista de Clarín.
Y realmente Astori arrancó con el pie derecho y la mano derecha.
Pero lo que es bueno para Astori y el FMI, es malo para los trabajadores, los productores y los pobres de nuestro país. Por eso lo que Astori declara como un buen comienzo en Japón, es un mal inicio para los uruguayos.
La política económica de Astori es como la "lagarta" en los plantíos de papa del sur.
Cada año cuando los plantíos de papa en las costas del sur del país echaban flor, llegaba la "lagarta" y hacía destrozos en la producción causando graves pérdidas a los campesinos.
Existía en el lugar una señora de edad que todo el mundo le llamaba "la vieja de la lagarta". La buena señora había descubierto que el "gusanito" a los tres día se convertía en mariposa y volaba hasta el campo vecino donde depositaba sus huevos y el proceso comenzaba nuevamente.
Cuando los agricultores comenzaban a ver las hojas comidas por la "lagarta" llamaban a la "curandera" la viejita santiguaba el plantío por unos pocos pesos y al otro día la lagarta desaparecía.
Lo que era malo para los agricultores, era bueno para la señora que terminó comprando varios campos de la zona.
Esta es la primera vez que públicamente Astori toma distancia de la Argentina, dice la periodista. En realidad lo hizo siempre, cuando declaraba durante la crisis del 2002 que la realidad uruguaya no tenía nada que ver con la crisis Argentina.
Y mucho más reciente cuando se reunieron en Montevideo, los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva, y de Venezuela, Hugo Cháves Frías en ocasión de la asunción del presidente Tabaré Vázquez.
Mientras que los presidentes del Mercosur ensayaban una estrategia común para enfrentar a los organismos internacionales de crédito, Astori se mostró contrario y se pronunció a favor de las negociaciones bilaterales.
Astori declaró a Clarín que el acuerdo con el FMI generará al Uruguay estabilidad y posibilidades de acceso al mercado de capitales.
Agregó que no está pensando en privatizar las empresas del Estado sino en prepararlas para la competencia.
Si las prepara para la competencia es porque les quitará el monopolio y eso no es otra cosa que privatizar.
Al año no hay empresa del Estado que aguante la carcajada compitiendo con los monstruos de las empresas monopólicas internacionales.
Después le preguntaron si en la privatización de ANCAP estaba pensando en asociarla con PDVSA y Astori aclaró: "y también con Petrobras".
Sobre la consulta popular del agua, respondió que entendía que es un planteo de futuro y no perjudica a la actuales concesiones.
Lo que es bueno para el Ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, es bueno para las multinacionales y los organismos internacionales de crédito.
Pero en cambio es malo para los trabajadores del Gas, de OSE, y en caso de que asocie ANCAP con Petrobrás, que ya no es una empresa cien por ciento estatal también lo será para los obreros del ente de los combustibles.
Lo que es bueno para Astori es bueno para los Bancos y los prestamistas, pero para nada es bueno para los productores, los cooperativistas de FUCVAM y deudores pequeños y medianos.
Lo que es bueno para Astori puede ser bueno para algún que otro progresista, pero no es bueno para ningún frenteamplista.
Los aumentos de tarifas y del precio de los combustibles es bueno para Astori y los que se cobran los intereses de la deuda externa, pero es malo para los bolsillos flacos de los uruguayos.
"Como la lagarta de la papa, lo que es bueno para unos es malo para otros".