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Latinoam�rica


 

Acerca del desafuero de L�pez Obrador
C�mplices y liberticidas

La Jornada

El PRI puso punto final a sus cavilaciones. Firmada la alianza con Acci�n Nacional y el gobierno federal, fijado el precio del apoyo, el tricolor dio su aval al desafuero de Andr�s Manuel L�pez Obrador. Seg�n los c�lculos de los bandos c�mplices, el fallo deber� servir para eliminar de la contienda por la Presidencia, con pretextos legaloides, al candidato que encabeza las encuestas.
Ces� ya el juego del PAN para atar a su suerte pol�tica al PRI, y el intento de �ste de cargar al panismo la responsabilidad de esta aberrante resoluci�n.
Surge as� la posibilidad de que se cierre el camino de las urnas a quien no sea del agrado del gobierno y sus aliados, y se abre la puerta a la radicalizaci�n del descontento social provocado por este golpe de Estado parlamentario.
Ante M�xico y el mundo est� clara la alianza PRI-PAN contra el esp�ritu de la Constituci�n y de las leyes. Es inocultable la maniobra liberticida e irresponsable que conduce al pa�s a una �poca similar a la de Porfirio D�az, y queda claro que quienes fueron incapaces de esclarecer el asesinato de Luis Donaldo Colosio, de encarcelar a Cabal Peniche, El Divino y tantos otros delincuentes de cuello blanco, que se al�an con charros petroleros que deber�an estar en la c�rcel, responsables del Pemexgate, se erigen ahora en paladines de la justicia para condenar a su adversario pol�tico, por el temor de que les cancele el disfrute de los negocios p�blicos.
El PAN, que combat�a al tricolor en nombre de la moralidad y la democracia, se une hoy al PRI y recurre a los peores m�todos pri�stas contra Andr�s Manuel L�pez Obrador. Ahora, con el pretexto de la legalidad, utilizan las instituciones y la ley para golpear a la democracia. Con la resoluci�n en favor del juicio de procedencia, el PRI se convierte en c�mplice del PAN.
En caso de que logren eliminar de la contienda electoral al jefe de Gobierno, erosionar�n profundamente la credibilidad de las instituciones y marchitar�n la incipiente democracia mexicana.
Si el pueblo de M�xico eligiese el camino de la resistencia civil y de las movilizaciones de protesta, que pronto incorporar�an reivindicaciones sociales postergadas, PRI y PAN habr�n provocado una polarizaci�n de graves consecuencias en el pa�s. Y la defensa de la ley estar�a en la calle, con todos los peligros que esto implica.
El PRI y el PAN han establecido una alianza mafiosa y liberticida que lastima la legalidad de los procesos electorales y el deteriorado prestigio de los poderes republicanos. La Rep�blica, nacida de la lucha contra el porfirismo, se asfixia entre esc�ndalos, arbitrariedad y exclusiones.
Entonces, para preservar la democracia, se plantea la necesidad de imponer otro proyecto de naci�n, y s�lo queda esperar que pueda alcanzarse por la v�a pac�fica.

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