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Miles de quiteños siguen con la protesta en las vías
El Comercio
Los bombazos fueron disparados al corazón de la manifestación. Allí había
decenas niños y madres; centenares de jóvenes, adultos y personas de la tercera
edad. En cuestión de segundos todo era caos y miedo. El humo de los gases
lacrimógenos se colaba rápidamente por las estrechas calles del centro.
Al tratar de escapar a los gases, los niños caían estrepitosamente al pavimento;
algunos vomitaban y otros se cubrían desesperados el rostro irritado por el
químico. Los padres recogían a sus hijos, los abrazaban y corrían con ellos en
busca de un lugar para ponerse a buen recaudo. Los disparos de los bombazos no
cesaban.
Era cerca de la una de la madrugada del sábado. Aprovechando la confusión
reinante, en la esquina de las calles Chile y Guayaquil, decenas de policías
corrían tras los manifestantes. Unas 12 personas fueron capturadas en la
violenta arremetida policial. La mayoría eran jóvenes menores de 30 años, que
ayer fueron liberados por el alcalde Paco Moncayo.
Todas las calles de acceso al Palacio de Carondelet estaban acordonadas por
decenas de policías y militares, reforzados con vallas metálicas. En la Mejía y
Venezuela, unas tres cuadras más al occidente, unas 2 000 personas saltaban
pacíficamente y se unían en un solo grito: "queremos pasar, solo a saludar".
Desde las 21:00, el centro fue copado por unos 5 000 manifestantes, que llegaron
desde la avenida De los Shyris, la Basílica, El Tejar, la Villa Flora, el parque
de El Arbolito y cerca de radio La Luna.
Letreros, ollas, cacerolas, botellas plásticas, palos, banderas, pitos,
camisetas, tambores eran las armas usadas por estos ‘forajidos’ que pugnaban por
llegar hasta el Palacio de Gobierno para "sacar a patadas al dictador". La
solidaridad y familiaridad con la cual se apoyaban unos a otros era el
denominador común. Unas 10 000 personas se congregaron a un costado del parque
La Carolina, al igual que en las tres noches anteriores.
La protesta tomó cuerpo a partir de las 20:00. El primer paso fue la entonación
del Himno Nacional del Ecuador. Luego los gritos amenizaron el ambiente. "El que
no salta es Lucio"; "Lucio te jodiste, con Quito te metiste", fueron algunas de
las barras que coreaban al unísono. Muñecos de peluche del burro de la película
"Shrek", en alusión al coronel Gutiérrez, dibujos en cartulina y cartelones con
la nueva identificación: ‘forajidos’, se veían por todas partes.
Luego, por medio de los altoparlantes, se anunció que un grupo de gente reunido
en el sector de la Villa Flora inició su peregrinación hacia Carondelet. Los
protestantes de la tribuna empezaron a salir para darles el encuentro. La
agrupación que caminó salió por la Amazonas a la Patria, tomó por la 10 de
Agosto y subió por la Guayaquil. Los siguió una caravana de autos,
aproximadamente 100. Después se unieron más carros y gente.
El ruido de los pitos de los carros era ensordecedor. Gritos, pitos, cantos, el
sonido de las ollas y el de diferentes instrumentos de percusión se escuchaban
sin cesar.
Los celulares fueron el medio de comunicación entre la gente del norte y del
sur. Mientras que en el centro (Olmedo y Guayaquil) un grupo de simpatizantes
del presidente Gutiérrez, que no pasaba de 50 personas, esperaba a los "cacerolazos"
como los habían denominado. En ese conglomerado, con una chompa azul, estaba
Carlos Arboleda, gerente de la AGD.
Quienes llegaron por el lado de Santo Domingo fueron repelidos por gente de Cero
Corrupción, pero unas 100 personas se mantuvieron a la espera del arribo de
habitantes del norte que avanzaban, en ese momento, por la calle Guayaquil. Un
contingente de policías, pero no los de tránsito, sino los del Regimiento Quito,
llegó al lugar primero.
Su presencia dio el primer campanazo. Estaban puestos máscaras antigases y
llevaban gases lacrimógenos. Su objetivo fue claro después de dos horas
aproximadamente. Dispararon decenas de gases sobre la manifestación pacífica que
en varias ocasiones se volvió a reagrupar en el sector, hasta las 02:30.
Las manifestaciones que se extendieron hasta la madrugada continuaron ayer en
diferentes barrios y sectores de la ciudad. Nuevamente, la tribuna De los Shyris
fue uno de los focos más concurridos. Miles de personas llegaron a pie y en sus
vehículos.
Ayer, la protesta ciudadana se sintió con fuerza en Solanda, el Comité del
Pueblo, la Villa Flora, el parque Italia, a un costado de la Conferencia
Episcopal. También hubo protestas en Conocoto y otras poblaciones de los valles.
Cerca de las 15:00, los ‘forajidos’ empezaron a llegar a las inmediaciones del
Congreso, cercado por un impresionante dispositivo de policías y militares.