El presidente anuló el estado de sitio, pero los manifestantes vuelven a salir a las calles. Piden la renuncia de Lucio Gutiérrez y de todos los políticos. Hubo respresión durante la madrugada.
Los habitantes de Quito continuarán hoy con las multitudinarias protestas que arrancaron el pasado miércoles y que amenazan con mantenerse hasta que "se vayan todos" los políticos, encabezados por el presidente Lucio Gutiérrez.
El polémico decreto del presidente que sometió a la capital, durante veinte horas, a un estado de sitio (ayer fue derogado), fortaleció a los manifestantes que ven a Gutiérrez como un gobernante desesperado y acosado.
Cada vez son más las voces que piden que "se vayan todos" los políticos del país, a los que culpan de las crisis y desventuras sufridas en los últimos veinte años.
Esta mañana, la capital ecuatoriana ameneció con relativa calma luego de los disturbios que se registraron en la madrugada cerca del Palacio presidencial de Carondelet, donde la policía reprimió la protesta de unos 2.000 manifestantes, que llegaron a la medianoche a las inmediaciones de la sede del Gobierno.
La Cruz Roja Ecuatoriana informó de que decenas de personas fueron atendidas con síntomas de asfixia, entre ellos muchos niños y ancianos, ya que la policía cargó contra los concentrados con abundantes gases lacrimógenos.
Las críticas también apuntan al ex gobernante Abdalá Bucaram, que logró retornar a Ecuador a comienzos de abril, tras un exilio de ocho años en Panamá, porque la Corte Suprema de Justicia anuló los juicios por presunta corrupción que había en su contra.
Bucaram y Gutiérrez han mantenido durante los últimos meses una alianza estrecha, que quedó en evidencia en diciembre pasado, cuando sus partidos y otros aliados lograron que el Congreso reorganizara la Corte Suprema de Justicia.
El regreso del ex presidnete ha desatado la indignación popular, que demanda la reapertura de los sumarios contra el ex presidente y que vaya a la cárcel. "A Gutiérrez le podríamos perdonar sus cosas, pero sólo si lleva a la cárcel a Bucaram", reclamaba en las calles una anciana, que no se ha cansado de repetir que la crisis actual es responsabilidad de los políticos.
Las demandas apuntan también a la salida de las tropas estadounidenses de la base ecuatoriana de Manta, donde Washington mantiene un contingente de militares para controlar y vigilar los circuitos del narcotráfico en la región. Sin embargo, el reclamo principal es "que se vayan todos" los que ­dicen- han causado la miseria en esta nación de 12,5 millones de habitantes.
Por otra parte, los ayuntamientos de varias ciudades ecuatorianas, especialmente los de Guayaquil, Cuenca y Riobamba, han anunciado que se sumarán a las quejas contra el Gobierno. La poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas amenazó con empezar desde hoy a cerrar carreteras en varias provincias y estudia la posibilidad de convocar a un levantamiento popular en todo el país.