Latinoamérica
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Homenaje a Jorge Eliecer Gaitan.
Itala Lindo Luzardo
La Navidad de 1928 tuvo un sabor amargo para Colombia. Hubo luto tras la
matanza de la bananera. Muchos niños fueron masacrados y nadie en el país se
atrevía a hablar. 'Jorge Gaitán sí lo hizo', recuerda en Bogotá el profesor
universitario Eduardo Umaña. 'La voz de Gaitán se levantó y el Gaitán bajito fue
creciendo y pisando los terrenos de la oligarquía'.
Sus primeros años como abogado resultaron difíciles, pero su capacidad
profesional le permitió demostrar su brillantez jurídica. El periodista Elmer
Niño escribió: 'La primera batalla penal la libró contra las compañías
transnacionales, conocidas como United Fruit Company. Soldados colombianos
cumplieron la orden de desalojar a los empleados y obreros que ocuparon las
tierras. Como fiscal del Ministerio Público asumió la defensa de las víctimas.
Se le bloqueó la investigación, le quitaron presupuesto para continuar su labor.
Sacó dinero de su bolsillo para costear viajes. Los pobres lo veían como el
abogado de los humildes. Vino el juicio. Dio nombres y apellidos. El Ejército
resultó culpable de la masacre'.
El abogado se había internado en las zonas bananeras del Magdalena. Mostró los
cadáveres de los niños de la matanza. Llegó a decir: 'El Ejército colombiano
tiene la rodilla hincada ante el oro yanqui y la altivez para dispararle a los
hijos de Colombia'.
Umaña reflexiona y expresa convencido: 'Cuando Gaitán hace su defensa de los
obreros de las bananeras se tomó el país y vino su sentencia... Todo hombre
inteligente que se presente al país para el cambio sociopolítico, la lucha
contra el policlasismo y contra la plurietnia está condenado a muerte'.
A Jorge Eliécer Gaitán Ayala la muerte lo sorprendió el 9 de abril de 1948, pero
su vida corrió peligro los últimos 20 años de su existencia.
Tres tiros -uno en la cabeza y dos en la espalda- segaron su vida. Su reloj y la
calma bogotana se detuvieron a la 1:05 de la tarde de aquel día. El cuerpo del
jurista yacía a pocos metros del edificio Agustín Nieto, donde tenía su bufete.
De extracción humilde El primogénito de Eliécer Gaitán y Manuela Ayala nació el
23 de enero de 1898. La familia vivía en el humilde barrio Las Cruces, de
Bogotá.
Sobre su nacimiento existe controversia. Hay quienes dicen que ocurrió a la 1:00
pm. del 23 de enero de 1903 en Cucunubá (a 90 kms. de Bogotá) y bautizado en
Bogotá'. El campesino Neptalí Medina lo describe de manera sencilla: 'Era bajito
y morenito como los indios de Cucunubá'.
El abogado venezolano William Briceño, en su libro 'Gaitán después del medio
siglo', transcribe su partida de nacimiento, en la cual el párroco de la
Catedral de Bogotá da fe de haber bautizado el 12 de marzo de 1898 al niño Jorge
Eliécer, nacido el 23 de enero último...' El triunfo de Gaitán se lo debe a su
madre, quien se desempeñaba como profesora. Del padre se sabe que vendía libros
y pertenecía al Partido Liberal. Fundó los periódicos 'El Pregonero' y 'El
Demócrata'.
'Mi papá dudó mucho entre si ser abogado y escultor cuando se fue a Europa.
Se graduó como abogado y obtuvo el premio más alto que cualquier estudiante
extranjero hubiera podido alcanzar en Italia. Se graduó con honores', afirma
Gloria, hija única de Gaitán.
Su infancia transcurrió en una profunda pobreza. A los 15 años, luego de unos
estudios sobre contabilidad, realizados por sugerencia de su padre, entró al
Colegio Simón Araújo'.
Allí inició sus primeras tesis influenciado por la filosofía francesa de
principios del siglo. Se interesó además por la pintura y leyó los clásicos de
la literatura.
La lucha política Briceño ratifica que en el curso de su vida resulta notoria la
influencia de su progenitora. 'De ella heredó el carácter, la disciplina, el
amor por el estudio, por ella se hizo abogado'.
De verbo encendido, recurrió a caminatas y trotes por los cerros para fortalecer
el tórax para la oratoria.
En 1920 entró a la Universidad Nacional. Con la tesis 'Las ideas socialistas en
Colombia' logró su título de Doctor en Derecho y Ciencias Políticas el 26 de
octubre de 1924.
El ascenso político de Gaitán le permitió lanzar su candidatura a la Asamblea de
Cundinamarca para 1924-1925 y fue elegido diputado. En 1926 ingresó a la Real
Universidad de Roma y obtuvo el título de Doctor en Jurisprudencia, de la
Escuela de Especialización Jurídico Criminal. Por su tesis ganó el Premio Enrico
Ferri. Con el reconocimiento venía un dinero en efectivo (liras). Lo rechazó y
solicitó que se creara el premio 'República de Colombia'.
El tribuno del pueblo A partir de 1929, señala William Briceño, responsabiliza
al Gobierno por la miseria del país. Comienzan a llamarlo El tribuno del
pueblo'.
Fundó la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria (Unir). Para el historiador
y ex presidente venezolano Ramón J. Velásquez, 'Gaitán con el unirismo quiso
romper el binomio secular de liberales y conservadores. Trató de agitar dentro
de un estilo clasista a campesinos y obreros'.
Encabezó luego la lista electoral del Partido Liberal por Cundinamarca. El 8 de
junio de 1936 ganó la Alcaldía de Bogotá. Creó el desayuno escolar para niños
pobres y construyó los primeros barrios obreros de la ciudad. Sólo siete meses
estuvo en el cargo, del cual salió por presiones políticas.
'Gaitán fue el político de su generación que viajaba por el país distribuyendo
jabón y pasta de dientes. Suministraba uniformes a los taxistas. Quiso eliminar
el uso de las alpargatas y de la ruana, pues a esta la consideraba una prenda
mugrosa que ocultaba una suciedad aún mayor', dice el politólogo Hebert Braun.
Manuela y Gloria A los 39 años, el 23 de febrero de 1937, recibió un golpe duro:
El fallecimiento de Manuela, su madre.
Llevaba más de un año casado con Amparo Jaramillo cuando la vida misma lo premió
con la llegada al mundo de su única hija, Gloria, ocurrida el 27 de septiembre
del '37.
'Con Amparo surgieron pequeñas desavenencias. Ella ansiaba un varón y, antes que
naciera la niña, compró ropa, muebles y pintura para las paredes de color azul.
Y en un viaje que la señora hizo a Medellín, mandó a pintar todo de rosado',
cuenta Briceño.
Gloria ha afirmado: 'El compró un coche de bebé y, antes de que yo naciera, lo
paseaba por el corredor. Después que yo nazco, se da a la tarea de hacer de mí
la mujer más importante del país. Se levantaba todos los días a las 6:30 am.
lloviera, tronara o lo que fuera. Mientras se afeitaba, yo me bañaba. Me peinaba
y me vestía.
Después salíamos al Parque Nacional y me enseñaba a respirar. Al terminar, había
que tomar un vaso de leche. Tomaba Fitina, comía hígado. Tenía una máquina para
hacer ejercicios de vibración en el cerebro'.
Junto con Gloria visitaba los domingos la tumba de doña Manuela. 'Siempre le
llevaba azucenas'.
De pesadilla a realidad Llegó a ser ministro de Educación del gobierno de
Eduardo Santos. Estableció el programa del zapato escolar y organizó el salón
anual de artistas colombianos.
Visitó Venezuela el 18 de octubre de 1946. En su arenga expresó: 'Yo, capitán de
multitudes de Colombia, vengo a decir desde esta tribuna a toda Venezuela que de
ahora en adelante sólo habrá una voz que mande sobre esta tierra sagrada: ¡la
voz del pueblo, por el pueblo y para el pueblo!'.
John C. Wiley, embajador de EE. UU. en Bogotá, conoció a Gaitán. En un informe
fechado el 16 de mayo de 1946 dice sobre él: 'Vemos sus triunfos políticos con
considerable aprehensión. Quienes lo conocen aseguran que él no quiere a Estados
Unidos'.
El discurso del 7 de febrero de 1948 quedó inmortalizado bajo el nombre 'Oración
por la paz'. Expresó: 'Señor presidente Ospina Pérez (...) os pedimos que
ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo para devolver al
país la tranquilidad (....) Queremos la defensa de la vida humana. No creáis que
nuestra serenidad es cobardía. Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para
salvar la paz y la libertad de Colombia'.
Dos meses después lo mataron. En Colombia, por esos días, celebraban la IX
Conferencia Panamericana.
El 9 de abril de 1948, ha contado Gloria, salió de su oficina, poco antes de la
1:00 pm, 'después de una llamada que le hiciera mi madre, quien había soñado en
la madrugada de ese día que a papá lo asesinaban, impresionada seguramente por
los gritos de una niña de nombre María Clara Samper, quien me había lanzado a la
cara un ¡ojalá asesinen a su papá!'.
Mamá le contó el sueño y dijo: 'Deja la Constitución y tómate el poder, a las
buenas no te van a dejar llegar'. A la salida del bufete, Juan Roa Sierra,
conservador, le disparó.
Los locutores radiales dieron la noticia: 'El gobierno ha asesinado a Gaitán
(...) el pueblo se levanta grandioso e incontenible para vengar a su jefe.
Pueblo a la carga. A las armas...' El homicida fue linchado y su cuerpo
arrastrado por varias calles. La violencia exacerbada sumió a Bogotá en el
fuego, saqueos, venganza y locura... El tranvía y la sede del periódico El Siglo
fueron quemados. 'El Bogotazo' cobró miles de vidas.
Todo era confusión. La viuda logró, con la complicidad de un médico, sacar el
cadáver de la clínica, burlando el cerco militar. Amparo se encerró en su casa
con el cuerpo embalsamado. No hubo entierro en el cementerio. La última morada
fue su hogar.
Gloria Gaitán, basada en investigaciones, ha afirmado que en el crimen hubo la
intervención de la CIA.
'El Bogotazo' marcó a Colombia. La gente respondió con violencia a su muerte
porque, a juicio de Jorge Orduz, estaba identificada con Gaitán. 'El habló en
lenguaje de pueblo y esa fue su caja de resonancia'.
Discursos 'Nosotros no decimos que el hombre debe ser un esclavo de la economía,
decimos que la economía debe estar al servicio del hombre'.
Porque aquí (en Venezuela) y en el Perú y en todas nuestras naciones sucede lo
que yo afirmo que pasa en Colombia: 'El pueblo es superior a sus dirigentes'. (Gaitán,
Caracas, 18-10-1946) 'Los colombianos no debemos ser manejados con irrespeto,
nuestra dignidad está por encima de los partidos, donde no hay dignidad de
hombres todo lo demás está perdido'.
'Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata
porque sabe que el país se vuelca y las aguas demorarán 50 años en volver a su
nivel normal'.
'El hombre vale por su tenacidad. Por su rotundidad que ponga en el amor de sus
ideas (...) Yo diría que vale más una bandera solitaria sobre una cumbre limpia
que 100 banderas extendidas sobre el lodo'.
'Yo no creo en el destino mesiánico o providencial de los hombres'.
fuente: Emancipación