Latinoamérica
|
El comandante de las FARC Raúl Reyes afirma que sus últimos ataques son la respuesta a la represión del gobierno Uribe
La senadora Piedad Córdoba pide que se respete la vida de los civiles en el
conflicto colombiano
Rebelión
Alertada por líderes de la población indígena del Cauca sobre la situación que
aqueja a las comunidades paeces de Jambaló y Toribio, tras el ataque de las FARC
del que fueran objeto en pasados días, la Senadora Piedad Córdoba hace un
llamado para que se respete la vida de los civiles atrapados en medio del
conflicto, tal y como lo señalan las normas del derecho internacional
humanitario y aboga por el cese inmediato de las hostilidades en ese territorio
ancestral.
La Senadora recalca la importancia que merece el respeto a estas comunidades
pacíficas que fueran pioneras en proponer la resistencia civil, accionando su
derecho a la no intervención en la confrontación entre la insurgencia y el
establecimiento de la República. Igualmente, repudia la utilización de cilindros
bomba y otro tipo de artefactos explosivos que tienen como blanco final
población civil desarmada.
Por lo anterior, recuerda a los actores del conflicto que el país entero y la
comunidad internacional están atentas a los acontecimientos que allí se suceden;
espera el respeto por la misión médica y por la integridad de la población
refugiada en la Asamblea Permanente por la Paz, el Hospital Alvaro Ulcué y en el
CECIDIC.
Piedad Córdoba exige por medio de una comisión humanitaria la verificación de
los daños que dejan estas acciones armadas y solicita además una pronta ayuda
estatal para la reconstrucción de las poblaciones afectadas. Rechaza todos los
actos de barbarie en medio del conflicto armado por el que atraviesa la
República e insiste en las vías de diálogo para el logro de la paz.
Este tipo de hechos lamentables cuestionan la efectividad y eficacia de la
política de seguridad democrática, sobre la cual la Senadora y Codirectora
Liberal ha señalado los reparos e inconvenientes que la misma presenta al
enfocarse en la represión y no en la persuasión para la convivencia pacífica
entre las y los colombianos.
Por su parte, el comandante Raúl Rayes de las FARC en declaraciones a la
periodista Sally Morales, de la agencia ANNCOL, afirmaba que no tenía más
información sobre esos combates que la que "medios como Radio Caracol y RCN,
donde dan cuenta de la incursión de las FARC allá en respuesta al Plan Patriota
y la política de seguridad democrática de Uribe Vélez que no es que mayor
represión al pueblo".
Según afirmó "esas acciones forman parte de la respuesta del pueblo colombiano a
la guerra del estado colombiano. Justamente dos veces seguidas han atacado a
Toribio, en el departamento de Cauca, donde las tropas, en el primer ataque,
llegaron doce horas más tarde, según lo que registra la misma prensa. Luego
estuvo allá el presidente Uribe y la alta cúpula militar del ejército diciendo
que van a sacar a los guerrilleros de allá e iban a buscarlos donde quiera que
estuvieran. Pero anoche mismo la prensa registraba que los guerrilleros
volvieron a hacerse presentes en el municipio, dejando militares muertos y
heridos".
Reyes afirmó que "con esa acción el gobierno queda muy mal parado asegurando que
tiene la capacidad de forzar el repliegue de las FARC. Las FARC tienen presencia
en todo el país. Se mueven en todo el país sin ninguna dificultad. Para eso
tiene el apoyo de la población civil y por eso conoce el terreno y por eso tiene
41 años de experiencia en la lucha guerrillas móviles".
Raúl Reyes desmintió las afirmaciones de gobierno y prensa señalando que la
guerrilla está y huye en desbandada: "Es absolutamente falso. Estas acciones
están probando lo que realmente ocurre que hay una confrontación producto del
conflicto interno que hay en Colombia. El pueblo no se doblega y no esta
dispuesto de abandonar los objetivos de la lucha política para reivindicar a los
derechos de los trabajadores y el pueblo colombiano. El gobierno de Álvaro Uribe
lleva a cabo una ofensiva sin precedentes bajo el llamado "Plan Patriota",
iniciado en enero del 2004 bajo el mando de centenares de oficiales
norteamericanos. El gobierno de Bush otorgó más de cien millones de dólares
anualmente para el mencionado plan. Pero el resultado es muy pobre, tomando en
cuenta que ningún jefe guerrillero ha sido capturado y la infraestructura y
organización de la guerrilla más antigua en América Latina sigue intacta,
ocasionando este año duros golpes militares a las fuerzas militares.