Latinoamérica
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Concesiones al grupo de Federico Fasano (La república) y parentescos
El nuevo gobierno y los medios
Sergio Israel
La política de comunicación del nuevo gobierno, si existe, se mantiene aún en
una nebulosa que quizás el tiempo se encargue de disipar. Al asumir como nueva
presidenta de la Cámara de diputados, Nora Castro (MPP) se refirió a varios
asuntos relacionados "con la vida democrática" acerca de los cuales, dijo,
"habrá que pensar y hacer". Entre esas cosas, la representante sostuvo que hace
falta "encaminarnos para salvar una materia pendiente en este país, referida a
la inexistencia de un sistema nacional de comunicaciones, que articule lo
público-estatal, lo comercial y lo alternativo-comunitario". Castro defendió la
necesidad de que "vayamos encontrando respuestas concretas para informar, ya que
quien no esté informado no puede construir conocimiento".
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
La Unidad Temática de Medios de Comunicación del EP-FA, que desarrolló esas
ideas, se hizo famosa cuando su coordinador, Gabriel Kaplún, casi fue lanzado a
la hoguera porque propuso la creación de un ministerio del ramo, como por otra
parte existe en muchos países democráticos (véase BRECHA, 17-IX-04). Aún hoy,
Kaplún sigue pensando que, si no un ministerio, el nuevo gobierno debería al
menos crear una secretaría que tratara de coordinar una serie de funciones del
Estado que ahora están dispersas en medio de la burocracia que integran, entre
otros, el Ministerio de Educación y Cultura, la Ursec, la Presidencia de la
República, el Sistema Nacional de Televisión (SNT), el SODRE y hasta el propio
Ministerio de Defensa, que aún conserva, al menos formalmente, la potestad de
adjudicar las ondas.
En una larga lista de asuntos que alguien debería abordar desde el gobierno está
la medular adjudicación de la publicidad oficial (una suculenta y muchas veces
cuestionable subvención que la sociedad paga a los medios), la política hacia la
creciente industria audiovisual, la cuestión de las concesiones de ondas (cuyo
sentido quedaría seriamente en cuestión cuando lleguen la radio y la televisión
digitales, que permiten muchos más emisores) y la situación de la comunicación
comunitaria, tolerada pero nunca legislada por el gobierno de Jorge Batlle.
Mientras los zapallos se van acomodando por el camino, el gobierno que preside
Tabaré Vázquez ensayó, durante la larga transición, algunos pasos en el sensible
asunto de la comunicación.
Al comienzo se manejó la idea de que el Servicio de Prensa y Difusión de la
Presidencia (Sepredi) tomara a su cargo la dirección de la televisión estatal.
Para alivio de quienes piensan que más que una televisión oficial Tveo debe
convertirse en una verdadera televisión pública con control de la sociedad y no
apenas una boca de salida de los mensajes que quiere dar el gobierno, finalmente
Vázquez dio marcha atrás con ese proyecto. Como en otras áreas, la comunicación
entre el gobierno y la unidad temática brilló por su ausencia. Quizás debido a
los compromisos asumidos durante la campaña, a la falta de conocimiento sobre el
tema que tiene el elenco gobernante, a los prejuicios que algunos denominan
"síndrome Chávez" (aludiendo al papel golpista que juega buena parte de los
medios en Venezuela) y a la sensibilidad que despiertan en general los asuntos
mediáticos, la política de comunicación del nuevo gobierno ha sido hasta ahora
bastante misteriosa.
Por otro lado, y además de la propuesta de gobierno electrónico que
democratizaría la comunicación entre la sociedad civil y las autoridades
electas, el presidente entrante se encontrará al menos con dos proyectos
destinados a cambiar el statu quo. Con Venezuela, Uruguay acaba de firmar su
participación en el proyecto Telesur, llamado a convertirse en una red de
televisoras estatales del subcontinente. Tveo tendría un 10 por ciento del
paquete accionario de la nueva empresa impulsada por el gobierno venezolano como
forma de contrarrestar el monopolio de las grandes cadenas privadas. Se concrete
o no el proyecto de Telesur, el desarrollo tecnológico pondrá a Vázquez en el
último tramo de su mandato ante una nueva realidad tecnológica, la radio y
televisión digitales, un sistema que revolucionará el mundo audiovisual, porque
además de un aumento en la calidad de emisión también crecerá considerablemente
el número de emisores en televisión abierta, que ya no estarán limitados por el
espacio radioeléctrico.
EL ENIGMA TVEO
La designación de la periodista Sonia Breccia como directora de Tveo provocó al
menos tres tipos de reacciones: alegría entre sus admiradores, perplejidad entre
muchos de los profesionales del sector, y cobro de cuentas, literalmente
pendientes, de la administración saliente. Para el caso de Breccia, aquello de
que los de la familia son los peores no resultó cierto. Su hermano, el senador
Alberto Breccia (MPP), dijo públicamente que ella "sería una excelente directora
del canal. Primero porque conoce el medio por dentro, segundo porque es una
persona con un buen nivel intelectual, tercero porque tiene un extraordinario
rigor en todo lo que hace, y cuarto porque es mi hermana (se ríe)" (Crónicas,
14-I-05). Cuando se publicó la entrevista, la periodista, que estaba de
vacaciones, ya había recibido la propuesta más o menos oficialmente y realizado
las consultas del caso respecto a incompatibilidades. Otro de los admiradores de
Breccia resultó ser el ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, quien
pocas horas antes de asumir la presentó orgulloso a la prensa como nueva
directora de la televisión.
Más allá de sus fans y críticos de su estilo, la inmensa mayoría de las personas
vinculadas a la televisión que BRECHA consultó coincidieron en que con la
designación de Breccia desaparece la expectativa de seguir un modelo como el
desarrollado en Tevé Ciudad, y que queda la sensación de que, más allá de las
cualidades personales de la nueva directora, se está haciendo una concesión al
grupo de Federico Fasano, donde Breccia conduce el programa periodístico de las
mañanas, Primera voz. La presencia de Fasano como único director de medio de
comunicación en la recepción que tuvo lugar en el Palacio Legislativo durante el
traspaso de mando no hizo más que fortalecer la hipótesis de que el director del
"multimedio plural" logró recuperarse de la situación de aislamiento en la cual
había quedado en 2003, cuando la mesa política y el Congreso del Frente Amplio
de diciembre de ese año lo criticaron con dureza debido al conflicto con sus
trabajadores, que lo habían acusado de represión antisindical.
Al otro día del nombramiento de Breccia, el 25 de febrero, El País y El
Observador, citando fuentes del Ministerio de Educación y Cultura (MEC),
publicaron que la nueva directora de Tveo mantenía una deuda con el canal. Según
pudo saber BRECHA, a febrero de 2002 la periodista efectivamente tenía una deuda
de unos 400 mil pesos (unos 27 mil dólares de entonces) que se habían acumulado
debido a la crisis económica y a que Breccia había sido despedida de radio
Sarandí. Como forma de saldar la deuda, el entonces director de Tveo, Juan
Carlos Doyenart, propuso a Breccia suscribir un contrato mediante el cual la
marca Hoy por Hoy (registrada oficialmente recién en junio de 2003) sería cedida
al canal y además, durante dos años, Breccia sólo recibiría el 20 por ciento de
la facturación por publicidad.
Aduciendo impedimentos legales, el directorio del SODRE impugnó este contrato,
pero según el abogado de la periodista, Hebert Gatto, Breccia nunca fue
notificada de ello y por lo tanto no reconoce la deuda que actualmente
ascendería, según el MEC, a 856.042 pesos (Búsqueda, de ayer, jueves). Ramiro
Rodríguez Villamil, que suplantó a Doyenart, llegó a otro acuerdo para que
Breccia comenzara a pagar un fijo de unos 18 mil pesos por mes a partir de
febrero de 2004, quedando la controversia sobre la deuda original para
resolución ulterior. Debido a que el contrato entre la productora de Breccia y
Tveo se firmó recién en octubre de 2004, en ese lapso se acumuló una nueva deuda
por unos 121 mil pesos, que Breccia propuso pagar con canjes de una compañía de
aviación, aunque esto fue rechazado. La situación actual, en suma, es la
siguiente: la periodista paga lo acordado desde octubre último, mientras se
mantiene la controversia sobre la situación anterior.
EL FUTURO ES NUESTRO
Sobre cuál es el proyecto que tiene la nueva directora para el canal aún se ha
conocido poco. Consultada por BRECHA, Breccia dijo que está manteniendo
contactos tanto con el director saliente como con los trabajadores para sacar al
canal de lo que definió como una situación "más que de cti". Afirmó que va a
trabajar "sin pausa pero con serenidad" y que recibió del presidente de la
República el compromiso de invertir para que el canal logre "la tecnología
adecuada a su necesidad". Con respecto al futuro institucional sostuvo que
aspira a una televisión pública, más que oficial, y que aceptó el cargo porque
cree que "se puede cambiar". Para procesar esos cambios ya habría seleccionado
al menos a una docena de asesores.