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Fallece Gladys Marín, presidenta del Partido Comunista de Chile
Con
profundo dolor, debemos comunicar que a la 1:00 de la madrugada de hoy, 6 de
marzo de 2005, pocas horas después de entrar en estado de coma, ha fallecido
nuestra muy querida compañera Gladys Marín Millie, Presidenta de nuestro
partido.
Durante casi un año y medio, ella libró una dura batalla por superar el cáncer
que la afectaba. Con gran entereza, Gladys nos conmovió con su ejemplo de lucha
y nos hizo partícipes de su confianza, su esperanza y convicción de que el ideal
político y social que alentó su vida, se hará realidad en un futuro no lejano
sostenido por los trabajadores, las mujeres y los jóvenes de nuestra patria.
Gladys nació en Curepto, una localidad agraria de la Región del Maule, hija de
Adriana, profesora, y Heraclio, campesino. Estudió en la Escuela Normal No.2,
egresando como profesora básica con mención en Educación Diferencial. Casada con
el Ingeniero Jorge Muñoz, tuvo dos hijos Rodrigo y Alvaro.
Su
natural rebeldía la llevó desde muy joven a tomar partido por los más humildes,
participando activamente en campañas de alfabetización en sectores poblacionales
del Gran Santiago. Fue presidenta de la Federación de Estudiantes Normalistas y,
más tarde, dirigenta de la Unión de Profesores de Chile.
A
los 16 años de Edad, ingresó a las Juventudes Comunistas de la que llegó a ser
Secretaria General. En esa condición, integró la Dirección del Comando Juvenil
de la Campaña Presidencial de Salvador Allende en 1964, campaña en que dio un
significativo impulso a las actividades culturales de los sectores populares,
dándose origen al movimiento muralista juvenil, la creación del histórico
movimiento de la Nueva Canción Chilena y a las campañas de trabajos voluntarios
a lo largo de todo el país. Esas actividades alcanzarían su máxima expresión
durante el Gobierno Popular de Salvador Allende.
El
año 1965, es elegida diputada por el Segundo Distrito de Santiago. Fue reelecta
al Parlamento los años 1969 y 1973.
Como Secretaria General de las Juventudes Comunistas, desempeñó un destacado
papel en la organización de las grandes marchas, de Valparaíso a Santiago, en
solidaridad con Vietnam.
La
contribución de Gladys fue de gran importancia en el Comando Juvenil de la
Campaña Presidencial de 1970, que culminó con la elección de Salvador Allende a
la Presidencia de Chile; y luego, durante los mil días del Gobierno Popular, en
las múltiples formas de participación en la gestión de gobierno y en la creación
de un movimiento de Voluntarios por la Patria de carácter cultural, amplio,
plural, diverso y masivo, único en nuestra historia.
En
agosto de 1973, Gladys asiste al Festival Mundial de la Juventud y los
Estudiantes, celebrado en Berlín, en el que desarrolla una gran labor
denunciando la intromisión norteamericana en Chile, que creaba las condiciones
para el golpe militar que se hizo efectivo el 11 de septiembre de 1973. Gladys
regresó al país dos días antes de que se iniciara esta tragedia para nuestro
pueblo.
El
Bando Militar No. 10 pone a Gladys entre las 100 personas más buscadas por la
Junta Militar, y la conmina a entregarse antes de las 16:30 horas del mismo día
11 de septiembre. Por instrucciones de la dirección del partido debe
asilarse en la Embajada de Holanda y en 1974 sale al exilio, para dedicarse
íntegramente a denunciar los crímenes de la dictadura y a colaborar en la
construcción del vasto movimiento de solidaridad con nuestro pueblo y sus luchas
desplegado en todo el mundo. En ese marco, testifica ante la Tercera Sesión de
la Comisión Internacional de Investigación de los Crímenes de la Junta Militar
en Chile, realizada en ciudad de México en febrero de 1975.
Encontrándose en el exilio, recibió la noticia de la detención por la DINA, en
mayo de 1976, de su esposo Jorge Muñoz Poutays, que aún se encuentra
desaparecido junto a otros integrantes de la Dirección clandestina del Partido
Comunista, detenidos junto a él, en lo que se conoce como “Caso Calle
Conferencia”.
El
año 1978, Gladys regresa clandestinamente al país, donde le correspondió la
difícil tarea de dirigir el Equipo de Dirección Interior del Partido Comunista
hasta que comenzó a funcionar nuevamente en el país, el año 1984, su
Comisión Política, en la que continuó jugando un importante papel,
manteniéndose en la mas estricta clandestinidad.
En
1994 es elegida Secretaria General del Partido Comunista.
Un
hito histórico en la lucha por la Verdad y Justicia en la causa de los Derechos
Humanos, es protagonizado por nuestra compañera cuando, el 12 de enero de 1998,
presenta la primera querella contra Augusto Pinochet, por ese entonces todavía
Comandante en Jefe del Ejército. Sería el comienzo de una larga serie de
querellas que aún hoy enfrenta el dictador.
A
fines de 1998, Gladys es proclamada candidata a la Presidencia de la República
en representación de la izquierda, con el objetivo principal de impulsar el
proceso de construcción de una alternativa antineoliberal, lo que se constituyó
en un valioso precedente de lo que hoy es, en nuevas condiciones, el Poder
Democrático y Social (PODEMOS) y la amplia unidad con otras organizaciones
políticas, alternativas al neoliberalismo.
El
Comité Central, elegido por el XXII Congreso Nacional del Partido Comunista,
celebrado en noviembre de 2002, la elige Presidenta del Partido.
Al
cumplirse 30 años del golpe militar, el 11 de septiembre de 2003, pronuncia
Gladys un discurso de gran relevancia en el multitudinario Acto de Homenaje a
Salvador Allende, realizado en la Plaza de la Constitución, frente a la Moneda,
por diversas fuerzas de la izquierda extraparlamentaria chilena y delegaciones
de diversos países. Recibió en esa oportunidad el reconocimiento por su valor y
consecuencia como luchadora incansable por la democracia y la justicia social,
que siempre entregó su activa contribución a la construcción de la nueva
alternativa al sistema neoliberal que a sangre y fuego impuso la dictadura en
contra del pueblo de Chile.
Ese
mismo mes se le detecta un tumor cerebral maligno. Se traslada a Suecia, donde
es operada por el Dr. Inti Peredo, y posteriormente a Cuba para continuar su
tratamiento. Allí es acogida fraternalmente por el gobierno y el Partido
Comunista cubanos, con una especial preocupación del propio Presidente Fidel
Castro, quedando su tratamiento a cargo del Dr. Javier Figueredo.
La
enfermedad de Gladys despertó una extraordinaria cadena de solidaridad, que se
extiende, más allá de nuestro país, a muchos rincones del planeta. Con una gran
emoción agradecemos cada una de las muestras de esa solidaridad manifestada por
altos personeros de gobiernos, partidos políticos, organizaciones sociales,
sindicales y culturales, y miles y miles de personas de la más diversa condición
social, especialmente los más humildes de nuestro pueblo.
Fue
un momento muy alto de esa solidaridad, el acto de homenaje que, contando con su
presencia durante uno de sus viajes de regreso al país, se le ofreció en el
recinto de la Estación Mapocho, el 14 de Marzo del 2004, ocasión natural para
que se expresara también la solidaridad con los pueblos de Irak y Palestina,
agredidos por el imperialismo norteamericano, la adhesión a Cuba y Venezuela y
la reafirmación del compromiso de luchar por la Paz, causa, esta última, que
Gladys abrazó con fervor a lo largo de su vida y que motivó que fuera una de las
tres mujeres chilenas seleccionadas por diversas organizaciones sociales, entre
ellas la CUT, para ser nominada entre las mil mujeres para las cuales se está
solicitando, a nivel mundial, el Premio Nobel de la Paz.
La
vida de Gladys Marín transcurrió en medio de su pueblo. La admiración hacia su
figura encontró un fundamento en su actitud de permanente identificación con las
luchas, aspiraciones, necesidades y dolores de los trabajadores, las mujeres,
los jóvenes, los pueblos originarios, la diversidad sexual.
Su
acendrado internacionalismo fue reconocido por pueblos hermanos. El Consejo de
Estado de Cuba le otorgó la Condecoración José Martí, y el Movimiento Sandinista
la Medalla Augusto César Sandino, las más altas distinciones que otorgan esa
nación y ese movimiento político hermano, destacan la consecuencia de su
pensamiento y acción en el campo de las relaciones entre las naciones y los
pueblos en lucha por su independencia y soberanía y por una vida mejor.
La
contribución de Gladys Marín a la unidad de la izquierda, al papel principal de
los trabajadores en la vida social, así como a la conformación de la más amplia
unidad antineoliberal, conforman una herencia que los comunistas mantendremos
sin desviarnos jamás del camino trazado por su ejemplo, que en parte se
encuentra plasmado en
su
legado intelectual, del que debemos destacar la edición de sus libros “Regreso a
la Esperanza” (sobre la operación cóndor), “Chiapas, vuela lejos tu
pensamiento”, “El Poder de desafiar el poder”, “La vida es hoy”.
Al
entregarle, hace pocas semanas, la Medalla Luis Emilio Recabarren, la más alta
distinción del Partido que fundara el Padre de la clase obrera chilena, y que
fuera recibida por uno de sus hijos, exaltamos el papel determinante que jugó en
la vida de nuestro Partido y de nuestro pueblo.
A
sus ejemplares hijos, Rodrigo y Alvaro, a sus nietas, a su madre, a sus
hermanas, a su actual compañero, a toda su familia, nuestra sincera solidaridad
y afecto. Ellos han sido el más valioso apoyo en esta dura etapa final de su
vida.
Al
anunciar el doloroso desenlace de la enfermedad que aquejó a nuestra inolvidable
compañera Gladys Marín, tenemos la certeza de que su figura ya no pertenece sólo
a quienes militamos en las filas de su Partido. Así lo entendemos y así
procedemos al convocar a los justos homenajes y expresiones de admiración y
cariño que se inician desde hoy, a las 10 horas en el Salón de Honor del ex
Congreso Nacional.
Con
Gladys ¡Mil Veces Venceremos!
Comité Central del Partido Comunista de Chile