Latinoamérica
|
Bolivia: adelantan elecciones para aplacar lucha social
Econoticiasbolivia
En un último y desesperado intento por desarticular la creciente lucha
popular contra las transnacionales y el neoliberalismo, el arrinconado
presidente de Bolivia, Carlos Mesa, urgió esta noche al Congreso a convocar a
elecciones para el último domingo de agosto, dos años antes de lo previsto.
La intención declarada de Mesa es acabar con los bloqueos y protestas que tienen
semiparalizada Bolivia desde principios de marzo, así como imponer una ley de
hidrocarburos que no afecte los intereses de las compañías petroleras que
controlan las reservas de gas y petróleo del país y que han sido valuadas en más
de cien mil millones de dólares. Hasta ahora, ambos propósitos han sido
frustrados por los sectores sociales que se unificaron en un "frente
revolucionario", que aglutina a todas las fuerzas sociales y movimientos
populares del país.
"El Congreso ha bloqueado la posibilidad de cumplir el acuerdo (para aprobar una
ley de Hidrocarburos pro petroleras), el Ministerio Público me ha bloqueado toda
posibilidad de actuar (y romper los bloqueos de campesinos y trabajadores) con
la ley en la mano, el diputado Evo Morales me ha bloqueado el país, y usted me
va a pedir que gobierne y yo no puedo", dijo en un mensaje televisivo el
atribulado presidente, que ya no puede hacer frente a las protestas sociales.
La semana pasada, Mesa había amenazado con su renuncia para doblegar a los
sectores sociales y lograr un masivo apoyo de las clases medias, además de
reorganizar a los grupos neoliberales y empresariales en torno suyo. Sin
embargo, lo único que logró fue el respaldo a medias del Parlamento nacional,
dominado por las fracciones neoliberales que gobernaron con su antecesor, el
derrocado ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y que actualmente carecen de
apoyo popular. El respaldo de las clases medias hacia Mesa se redujo a
manifestaciones de escasa magnitud de funcionarios públicos y vecinos de los
barrios más acomodados de las grandes ciudades, mientras, por el contrario,
crecía la protesta de campesinos, cocaleros, trabajadores y vecinos de los
barrios más empobrecidos de las ciudades y el campo.
En este escenario, el presidente llamó al Congreso a recortar su mandato
constitucional que tiene vigente hasta agosto del 2007 y convocar a elecciones
en cinco meses. Este pedido, sin embargo, no fue del agrado de los
parlamentarios, cuyo mandato también concluiría la última semana de agosto de
este año. Algunos diputados neoliberales calificaron la propuesta de Mesa como
"precipitada", mientras que otros vinculados al Movimiento al Socialismo (MAS)
de Evo Morales la cuestionaron como "un nuevo chantaje" para los trabajadores y
el Congreso.
En su discurso, Mesa plantea que el Congreso apruebe una ley adelantando la
elección del Presidente, Vicepresidente, Senadores, Diputados y constituyentes.
La nueva legitimidad que emerja de este proceso eleccionario, que está sujeto a
la decisión que vaya a tomar el Congreso Nacional, permitirá gobernar como
"debemos gobernar" con un Congreso que responda a la voluntad popular, dijo.
El presidente aseguró que ya no es posible seguir gobernando el país con los
actuales parlamentarios porque "simple y sencillamente eso se acabó, se consumió
en la propia incapacidad, en la propia insuficiencia; primero el 17 de octubre
de 2003, luego el 5 de diciembre de 2004 cuando usted votó en las elecciones
municipales".
Mesa sostuvo que se le quiere obligar a actuar con las Fuerzas Armas y la
Policía para que se enfrenten a los bolivianos. En los puntos de bloqueo, los
dirigentes campesinos, cocaleros y trabajadores de la COB anunciaron que no
cederán al nuevo chantaje de Mesa y que continuarán con las medidas de presión
hasta lograr la nacionalización del gas y el petróleo y la expulsión de la
transnacional francesa del agua.