Latinoamérica
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Felipe Quispe, líder indigenista campesino
"Hay que echarlos a patadas"
Detrás de una enorme wiphala (bandera indigenista) y de los retratos de
Bartolina Sisa y Hugo Chávez, el líder campesino Felipe Quispe habla con su
lenguaje polémico: ³Si hay represión mejor, porque así se va a mover todo el
pueblo², dice el dirigente, fortalecido por el pacto de unidad con Evo Morales,
de quien estaba históricamente distanciado. Preso en los años ¹90 por intentar
armar a las comunidades mediante el Ejército Guerrillero Tupac Katari, el líder
aymara recibió a Página/12 en su despacho de la Confederación Sindical Unica de
Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), ubicada en el centro de La Paz.
¿Cómo evalúa este nuevo escenario político, el país va hacia la paz social y
mayor tranquilidad o mayor confrontación? El acuerdo de gobernabilidad es
ficticio, no va a funcionar porque simplemente están pactando los partidos
tradicionales, entre políticos que siempre han estado en el Palacio de Gobierno,
que siempre han vendido nuestra patria. Pero eso no implica nada para nosotros,
porque ellos no tienen representatividad, sólo tienen sus Fuerzas Armadas y sus
leyes, y con eso nos quieren callar pero no van a poder.
¿Hay un giro hacia la derecha? Bueno, Carlos Mesa ha sido derechista y sigue
siendo derechista, es lacayo de las transnacionales. Su supuesta renuncia era
una trampa para la población, amén de que la población acepte su ratificación
como presidente.
Incluso ese maricón ha llorado en las pantallas televisivas, y un hombre no
llora. A este señor lo tienen agarrado de los testículos las transnacionales y
cada vez que lo aprietan llora. Y ahora lo han salvado sus amigos diputados, que
no son representantes del pueblo boliviano ni de los indígenas originarios, sino
de los capitalistas e imperialistas.
Usted estuvo al lado de Mesa en 2003, cuando se comprometió a cumplir la agenda
de octubre, ¿qué pasó después? Allí la gente lo aplaudió y lo hice jurar ante
el tata Inti (Padre Sol), las pachas, los wacas... él ha dicho sí, que iba a
cumplir su compromiso con los pueblos indígenas originarios y ³si no hago un
buen gobierno échenme a patadas², dijo. Ahora es hora de echar a patadas a ese
mal gobierno y eso es lo que vamos a cumplir, con bloqueos, con marchas.
¿En qué consiste el acuerdo de unidad entre la Central Obrera Boliviana, las
centrales campesinas y el MAS? Si la derecha, los carniceros, los verdugos se
unen frente al indio, por qué nosotros los indígenas no podemos unirnos. Es por
eso que salió la iniciativa de llamar a todos los dirigentes. Aunque hemos sido
enemigos ideológicos (con Evo), todo eso tuvimos que dejar de lado, nos dimos la
mano y hemos firmado un pacto. Ese pacto tiene que perdurar, y esa unidad tiene
que ser hasta vencer, hasta que seamos gobierno, con nuestro propio sistema
socialista comunitarista.
¿Y este acuerdo tiene proyección electoral? No vamos a volver a trabajar para
otra gente, para nuestros verdugos, como en octubre de 2003 (cuando asumió
Mesa). Si hay elecciones seguramente vamos a hacer un frente político
antiimperialista y vamos a tratar de ganar.
¿Hoy se puede hablar de unidad entre Evo y Felipe? Sí, en eso no va a haber
ningún problema porque nos hemos dado cuenta de que caminamos bastantes años
así, por distintos caminos, pero ya es tiempo de que nos unamos todos.
¿Qué pasa si se opta por una salida de ³mano dura²? Mucho mejor. Va a ser el
caldo de cultivo para avanzar más rápido. En septiembre fue la represión en
Warisata y Sorata (en el altiplano), la chispa que provocó el incendio. Si sacan
sus garras y nos dan zarpazos, va a brotar la sangre y la sangre llama a la
sangre, y ahí sí se va a mover todo el pueblo.