Latinoamérica
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Luz Perly Córdoba cumple un año en la cárcel
La libertad y el carcelero
César Jerez
Hoy hace un año fue encarcelada por el régimen de Álvaro Uribe la dirigente
campesina, sindicalista y defensora de derechos humanos Luz Perly Córdoba.
Esta mujer madre soltera de dos hijos se desempeñaba al momento de su detención
como presidenta de la Asociación Campesina de Arauca y como secretaria de
organización de Fensuagro, una federación de sindicatos agrarios colombianos.
El caso de detención arbitraria de Luz Perly ejemplariza claramente la política
de "seguridad democrática" del gobierno colombiano, que se ha dedicado a
encarcelar a miles de colombianos luchadores sociales, opositores y disidentes
políticos, a los que se les sindica de rebelión, concierto para delinquir,
hurto, apología a la guerrilla, expropiación de tierras, etc. En un ejemplo
clásico de pájaros disparándole a las escopetas.
A miles de hombres y mujeres se les violan todos los principios del derecho,
como el de legalidad, el debido proceso, la imparcialidad y se les acusa de
delitos en base a montajes judiciales que muy bien reflejan la caricatura del
sistema de justicia y del Estado colombiano.
Cuando los abogados de Luz Perly exigieron la casa por cárcel, a la que tiene
derecho por ser madre soltera de dos hijos menores que dependen de ella, el
fiscal se atrevió a decir que "esta mujer representa un peligro hasta para sus
propios hijos".
Esta "peligrosa mujer", que en sus años de militancia en la Juventud Comunista
fue torturada y violada por miembros del ejército colombiano, fue laureada con
el Premio Danés de Paz, otorgado por la alcaldía de Copenhague, el único
reconocimiento público que ha hecho la sociedad danesa a una ciudadana
colombiana.
Cuando debido a la presión internacional, incluso del parlamento europeo, el
vicepresidente Santos ordenó a la Procuraduría General de la Nación investigar
las arbitrariedades en el caso, el funcionario designado hizo tan bien su labor
que al final terminaron achacándole el inverosímil cargo de "concierto para
delinquir con fines de narcotráfico", pues según el fiscal "se dedicaba la
sindicada a promover acciones a nivel internacional contra las fumigaciones de
los cultivos de coca, favoreciendo a los narcotraficantes de las FARC".
Es sabido que los cultivadores de coca colombianos son campesinos que
desarrollan esta actividad por que no tienen otra alternativa, y que es
irresponsable, inmoral y poco ético acusarlos de narcotráfico, una actividad
cuyos representantes incluso han desempeñado cargos públicos y ocupado asientos
parlamentarios y que encontró en el paramilitarismo la forma ideal de
institucionalizar sus relaciones con el Estado, hasta legalizarlo e insertarlo a
la vida política del país, tal y como lo estamos viendo en el curioso monólogo
de "yo con yo", entre el gobierno y los sicarios y narcotraficantes
paramilitares.
Son 365 días de sufrimiento, hacinada Luz Perly, comiendo el alcanfor que le
ponen a la comida de la cárcel del Buen Pastor en Bogotá, una perversa forma de
tortura alimentaria, combinando las lágrimas y las sonrisas, pero con la moral
en alto, sabiendo que las mazmorras son un intento vano de los carceleros por
congelar la historia, por dejarla acabada antes de tiempo, sabiendo que las
rejas son una parada en el camino de los sueños.