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Latinoamérica

Debate estratégico en el MPP

Guillermo Waksman
Brecha

Es imposible dibujar un mapa del Movimiento de Participación Popular (MPP) que muestre con claridad cómo se ubican en la interna sus dirigentes, cuadros medios y militantes. Puede trazarse, en cambio, una primera línea de corte entre los que se identifican con Mujica y Huidobro, y quienes lo hacen con Julio Marenales, el tercero de los dirigentes históricos del MLN, ³los tres viejos², como se los conoce afectuosamente en la interna. Las diferencias en el MPP no están marcadas, entonces, porque unos provengan del MLN y otros no, sino que en cualquiera de sus vertientes es posible encontrar tupas y no tupas. Esa es la primera comprobación ni bien alguien se arrima a la realidad del MPP.
La segunda es que los emepepistas que en principio coinciden con Mujica y Fernández Huidobro no constituyen un conjunto homogéneo: con frecuencia quienes han estado de acuerdo sobre un tema discrepan pocos días después respecto de otro. En este aspecto puede considerarse una excepción el Grupo Capitol, así llamado porque se constituyó a partir de un ³encuentro de militantes de base² preparatorio del VII Congreso del MPP celebrado en ese club a fines de junio último, en el que participaron unos 500 afiliados. Ese grupo, integrado sobre todo por cuadros medios y militantes de base aunque recientemente se habrían integrado algunos legisladores, presentó al Congreso un documento titulado ³El MPP necesario² (difundido por el semanario Voces del Frente el jueves 8), se reúne semanalmente y sus integrantes, por esa circunstancia y la de haber respaldado un material que sintetiza una serie de definiciones básicas, muestran una actitud común frente a los distintos asuntos de la agenda política. Tiene una actitud cuestionadora de la conducción del MPP y del FA, y en algunas de sus posiciones suele recibir en forma reservada el respaldo de dirigentes que en forma pública pertenecen a otras tiendas. El grupo se ha caracterizado por elaborar un pensamiento teórico dentro de una organización cuyo enorme crecimiento que le permitió reunir prácticamente el 30 por ciento de los votos del FA en octubre último se ha debido, en primer lugar, al carisma de Mujica y al sentido común y el pragmatismo con que ha procedido ante cada coyuntura.
Esa característica del Grupo Capitol le ha valido ser tachado despectivamente como ³un grupo de intelectuales y tecnócratas² y, también, el reconocimiento de los principales dirigentes del MPP: en carta fechada el 26 de junio último, Mujica y Fernández Huidobro se despedían con la frase ³arriba los que luchan y arriba los que piensan², un juego de palabras en torno a una vieja consigna de los años setenta.
Más sencillo que identificar a quienes se han alineado de un modo u otro dentro del MPP es, en todo caso, detectar los temas que generaron esos alineamientos. El principal es, sin duda alguna, el de la actitud del MPP ante el gobierno frenteamplista. Se perciben nítidamente tres posiciones: una, que podría denominarse de coherencia histórica, es la de seguir discutiendo cada asunto con independencia de que el FA ya no sea oposición sino gobierno. En el otro extremo se ubican quienes consideran que hay que brindar un apoyo incondicional e irrestricto al gobierno, aunque sea necesario actuar en contra de las convicciones propias, ya sea porque el sector quede en minoría o porque el presidente así lo decida y no haya más remedio que tragar cruceras, culebras, sapos o pan podrido, como en varias ocasiones ha sostenido gráficamente Mujica. El principal argumento para sostener lo que sus adversarios en la interna califican de un ³oficialismo acrítico² es que la historia demuestra que el fracaso de un gobierno de izquierda siempre conduce, como en el Chile de Allende, a un golpe de Estado o a un derechazo. El Grupo Capitol postula también el apoyo al gobierno frenteamplista, pero reivindica la participación de los sectores de la coalición y de las bases en las definiciones profundas, es decir las relacionadas con las cuestiones estratégicas, y reclama que se actúe en función de lo que allí se decida.
El otro punto que ha provocado divergencias en el MPP es el de los procedimientos para la toma de decisiones, tanto en el FA como en el propio sector. En esta materia los cuestionamientos del Grupo Capitol coinciden más con la tendencia encabezada por Marenales al criticar el funcionamiento cupular del FA, el desconocimiento de su estructura orgánica y su sustitución por ámbitos de decisión muy reducidos, sin participación de las bases, como las reuniones de ³los cabezas de lista², el gabinete o la bancada del Senado.
El oficialismo puro y duro, en cambio, ha defendido estos mecanismos e incluso ha recurrido a ellos para revertir posiciones guardando las formas, eso sí que le habían resultado adversas. El caso de la votación del tratado con Estados Unidos en el Senado, el miércoles 21, es paradigmático a ese respecto: logró imponer su posición a pesar de que en su propio órgano de dirección del MPP había perdido nada menos que por 25 contra ocho El mecanismo de toma de decisiones adoptado por el FA, sobre todo desde que asumió el nuevo gobierno, ha generado contradicciones en varios sectores de la izquierda. El PS sufrió la renuncia al Parlamento de uno de sus dirigentes más emblemáticos, Guillermo Chifflet, y el PC, si bien mantuvo su unidad interna, ha visto deteriorarse su relación con las autoridades del FA. Pero en general los demás sectores, menos heterogéneos en su constitución y más acostumbrados a la disciplina partidaria, han logrado superar ese cambio de procedimiento con menos traumas que el MPP. Por otro lado, el ascendiente de Mujica dentro de su sector sólo es comparable en el FA con el de Danilo Astori con respecto a Asamblea Uruguay; sin embargo mientras que en este último caso jamás se ha conocido una diferencia entre el líder y su grupo, en el de Mujica y el MPP las ha habido en más de una oportunidad.

EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO.

Apenas dos semanas después de que Vázquez asumiera la Presidencia, Mujica y Huidobro, en carta al Comité Central del MLN, admitían la crisis interna: ³Nos dirigimos a ustedes alarmados ante la presencia de serios problemas que afligen al MPP y afectan gravemente las tareas y compromisos ineludibles que debemos realizar y desempeñar. No creemos equivocarnos al afirmar que el origen de esos problemas radica en el MLN². Más adelante señalaban: ³Vemos un peligroso renacer de las posturas derrotadas en el Congreso del 98 y 99. Como si las ideas erróneas no hubiesen sido enteramente extirpadas y por lo tanto, enquistadas y latentes, renacieran. Ya sabemos, porque está a la vista para quien lo quiera ver, adónde conducen esas ideas: la secta, el aislamiento, el fracaso, el liso y llano disparate...². Reprochaban, por otra parte, a ³compañeros y compañeras del MLN usar en el peor sentido al MPP para dirimir sus discrepancias en el MLN y, en el más pésimo, al MLN para obtener posiciones ventajosas en el MPP². Y planteaban la situación desventajosa en que se encontraban quienes, como los firmantes, tenían tareas de gobierno para encarar un debate ideológico y en especial sobre estrategia frente a aquellos que sólo estaban dedicados a la interna (léase ³el aparato²). La alusión de Mujica y Huidobro era inequívoca: se referían a Marenales y su gente, que tienen, por ejemplo, una muy fuerte representación en el Comité Ejecutivo del MPP.
Desde entonces, mucha agua ha corrido bajo los puentes. El MPP ha pasado por momentos muy tensos y si bien no ha podido superar su crisis, ha logrado ³patear la pelota para adelante². El VII Congreso, previsto para setiembre último, era una fecha clave. Pero se entendió que los ánimos estaban demasiado caldeados y que en esas condiciones las diferencias, lejos de dirimirse, se agrandarían. Se acordó entonces celebrar el Congreso ³en cámara lenta²: una vez inaugurado en la fecha señalada, funcionarían cuatro talleres durante seis meses, y las decisiones se tomarían en marzo próximo.
Los talleres comenzaron a funcionar, con una gran participación un promedio de 200 afiliados en cada uno, pero el clima fue muy tirante, tanto en las deliberaciones como en el tenor de muchos de los documentos recibidos (varios con graves acusaciones personales), que por otra parte circularon ampliamente por Internet y en una edición en papel. Como era previsible, algunos de esos textos fueron difundidos por la prensa, un hecho que Mujica adjudicó a los intereses de ³algunos alcahuetes², seguramente sin tener en cuenta que el jueves 8, el mismo día en que el semanario Voces del Frente publicó tres documentos uno de Neri Mutti (alineado con Marenales), otro del Grupo Capitol y un tercero de Huidobro, el propio senador también difundía su texto en el diario La República.
El sábado 10 Mujica visitó los cuatro talleres y ese mismo día todos ellos se levantaron. Según algunas versiones de prensa la orden de suspenderlos fue del propio Mujica, y por eso su comportamiento fue calificado de un ³verticalazo² y hasta de un verdadero ³golpe de Estado²; según otras versiones, la decisión de levantar los talleres fue adoptada por sus propios integrantes, después de haber sido convencidos por el ministro de Ganadería de que, si seguían funcionando, los participantes terminarían destrozándose y desangrándose unos a otros. Consultado por BRECHA, Mujica dijo que los talleres volverán a funcionar ³supongo que en febrero, porque en enero este país no existe². La suspensión, en todo caso, permite ganar tiempo y el receso puede contribuir a enfriar la situación.
La otra medida adoptada para bajar los decibeles de la discusión fue la convocatoria a una reunión de la dirección que se realizó el domingo 18 y que según Búsqueda de ayer, jueves habría sido precedida de un encuentro preparatorio de varios dirigentes, incluidos ³los tres viejos², que facilitó que las deliberaciones se desarrollaran en un clima aceptable.
El propio Mujica fue el vocero al término de la reunión del domingo 18.
Anunció cómo procedería el MPP en la votación del tratado con Estados Unidos: pedir más tiempo en la Mesa Política y en la bancada de senadores y defender en ambas instancias la posición adoptada por su dirección, pero acatar la decisión de la mayoría (que en el Senado, se sabía, sería votar por la afirmativa). Adelantó que se había resuelto crear el Fondo Raúl Sendic, destinado a otorgar pequeños préstamos a la gente más pobre, sin garantías y sin intereses, para que puedan dedicarse a microemprendimientos En cuanto al debate hacia el Congreso, informó que se había acordado formar una comisión integrada por él, Huidobro y algunos dirigentes más que ellos mismos designarían, para hacer una propuesta al Congreso sobre estrategia, reconociendo que el MPP, que tuvo una estrategia para ganar la elección, no la tiene para gobernar. Consultado por BRECHA sobre la constitución de esa comisión con la designación previa de los dos principales dirigentes del MPP y la facultad de cooptar otros integrantes, Mujica respondió que la comisión tendrá que presentar su propuesta al Congreso y dijo que por consiguiente deberá recoger todas las ideas que haya. Agregó que si bien parte de la base de que en el Congreso no habrá unanimidad, tampoco va a haber exclusiones ni, mucho menos, caza de brujas. ³Pensamos incorporar a la comisión a compañeros que reflejen las distintas opiniones que hay en materia de estrategia², concluyó.
En declaraciones a radio El Espectador (lunes 19) Mujica admitió que en las últimas semanas se había puesto al hombro la dirección del MPP. En ese mismo período habló nuevamente de que quizás se tendría que transformar en un ³frenteamplista independiente², que fue la forma más o menos elíptica que ha usado en otras ocasiones para insinuar la posibilidad de una renuncia al MPP. ¿Estuvo planteada o no esa renuncia antes de la reunión del domingo 18? BRECHA no puede asegurarlo. Lo que es indiscutible es que en los dos puntos que generaban controversia el tratado y el procedimiento para hacer una propuesta sobre estrategia las resoluciones de la dirección apuntalaron la posición de Mujica. Consultado por la reunión de la dirección, el senador Alberto Breccia dijo que ³lo más importante es que haya sido Pepe quien salió a hablar², y agregó que al 2005 habría que llamarlo ³el año que vivimos en peligro². Recordó que Mujica, por su enfermedad, debió estar al margen desde diciembre de 2004 hasta que asumió Vázquez, es decir cuando el MPP se había convertido en la primera fuerza del FA y éste, que toda la vida había sido oposición, tenía que prepararse para gobernar. ³Justo en ese momento nos faltó el dirigente que nos unifica a todos y que, además, fue el que trajo los votos que nos situaron en ese lugar², resumió.

EL PELIGRO DE QUE DUELAN LAS VERIJAS.

Los más escépticos dentro del MPP sostienen que la crisis no se superó y que apenas se zurcieron algunas diferencias, pero que los problemas de fondo siguen sin resolverse y que es previsible que dentro de algunos meses, quizás durante el propio Congreso o un poco después, vuelvan a estallar.
Algunos textos muestran la magnitud de las discrepancias que siguen pendientes. En octubre escribió Mutti: ³Nuestra estrategia nunca estuvo contenida totalmente en el FA, como le sucede a todos los demás grupos.
Nuestra pertenencia es al FA como a todo lo que por fuera de éste apunte hacia la liberación nacional. Para hacer un ejemplo gráfico, grosero, nuestra organización se parece a un hombre con patines, y cada patín está en terrenos con inercias diferentes. Cuando éstas coinciden, todo bien; cuando los patines toman tiempos o caminos distintos, sufrimos un tremendo dolor en las verijas².
Por su parte, el Grupo Capitol sostiene: ³Ni los senadores, ni los diputados, ni los miembros del ejecutivo comunal de la imm coordinan entre sí o con la bancada de ediles. Lo que se destaca es el trabajo individualista y el arrastre de algún compañero referente. La organización MPP, como tal, no funciona². Y señala más adelante algunos hechos que califica de significativos: ³la aparición de oportunistas enquistados en lugares estratégicos; la designación para cargos en la dirección del país o en los gobiernos departamentales de militantes meritorios pero en muchos casos sin la capacidad necesaria; la pérdida de rumbo de la organización MPP; la pérdida de rumbo de la militancia, que no tiene ni información ni objetivos para su tarea².