Latinoamérica
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Eduardo Galeano: Las puertas de la libertad.
Declaración de Solidaridad con Guillermo Chifflet.
"Respetamos tu modestia, tu manera de ser. En la iglesia hay un Cristo del gran
poder, nosotros tenemos nuestro Cristo del gran pudor. Pensando y escuchando en
estos días, recordaba a un médico español, Miguel Servet; salvando las
distancias, lo tuyo no fue tan grave, porque a él lo quemaron con leña verde. Lo
quemó Calvino. El pobrecito creyó que podía huir de la Santa Inquisición, que lo
perseguía en España, y se refugió en Ginebra. Ahí Calvino les hizo el favor a
los inquisidores y lo quemó con leña verde para que sufriera por sus herejías.
Éstas eran imperdonables: Miguel Servet tenía dudas sobre el misterio de la
santísima trinidad, y no estaba muy convencido de la virginidad de María. Sobre
todo, como médico creía que la sangre pasaba por el corazón y se purificaba en
los pulmones. Así que no cabía ninguna duda de que merecía la muerte, y la tuvo.
En la misma hoguera ardieron sus libros.
Lo que yo quería recordar es que entre sus libros había uno que tenía la tapa
dura, de madera, donde había un grabado y en él aparecía un hombre cargando una
pesadísima puerta a la espalda. Agobiado el hombre por el peso de la puerta.
La libertad es una puerta, pero es una puerta pesadísima, y las mujeres y los
hombres capaces de soportar el peso de esa libertad en la espalda son la sal de
la tierra, como vos, flaco, como vos".
Palabras de Eduardo Galeano en la Conferencia de Prensa dada por Guillermo
Chifflet en oportunidad de renunciar a su banca de diputado.