Latinoamérica
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EE.UU. contra Latinoamérica, no hay un rincón neutral
Toni Solo*
Rebelión
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
La mediocridad detesta el talento. El reciente intercambio verbal entre el
pigmeo intelectual Vicente Fox y Hugo Chávez no refleja otra cosa. Chávez supera
ampliamente la figura de Fox por numerosas razones, y es relevante mencionar que
hace 70 años, México desafió a Estados Unidos de la misma manera como lo hace
Chávez hoy en día. Como Lázaro Cárdenas, Chávez ha tenido éxito mediante
reformas sociales radicales. La hostilidad de Fox hacia Chávez proviene
probablemente tanto de las raíces de su Partido de Acción Nacional en la
historia de México como de su colaboración con el régimen Bush.
Fox criticó al presidente argentino, Kirchner, y al presidente de Venezuela,
Chávez, en la reciente Cumbre de las América en Mar del Plata. Kirchner y Chávez
respondieron como se lo merecía. Pero aunque Fox mejoró rápidamente las
relaciones con Kirchner, él y sus asesores, agudizaron la discusión con Hugo
Chávez hasta llegar al retiro de los embajadores de ambos países, dejando las
relaciones entre los dos gobiernos al nivel de los encargados de negocios.
La agenda de la cumbre de Mar de Plata iba a tratar supuestamente sobre todo de
los problemas relacionados con el empleo. Fox quiso imponer la discusión del
proyecto comercial continental del régimen Bush, el Área de Libre Comercio de
las Américas (ALCA). El anfitrión de la cumbre, Néstor Kirchner, se negó. Aparte
de su participación en la cumbre oficial, el presidente Chávez asistió a una
inmensa manifestación en la que dio por muerto y enterrado al ALCA. Su discurso
fue recibido con entusiasmo por decenas de miles de participantes.
Libre comercio – los países andinos se toman su tiempo
Después de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y
Estados Unidos [CAFTA, en sus siglas en inglés], el impulso del gobierno de
EE.UU. por cerrar un puñado de acuerdos similares de venta de sus soberanías en
los países andinos tambalea. EE.UU. había planeado originalmente la finalización
de esos acuerdos para principios de 2005. Pero los tres países andinos
afectados, primero Ecuador y Colombia y finalmente Perú, se retiraron la semana
pasada de las conversaciones comerciales con los negociadores estadounidenses.
La inconformidad general se concentra en las posiciones de negociación de EE.UU.
sobre la agricultura y otros temas cruciales como la propiedad intelectual y los
servicios, que son demasiado rígidas. Los negociadores de EE.UU. parecen basarse
en la próxima caducidad de acuerdos comerciales preferenciales previos con los
países andinos para forzar su ventaja.
Ya que la cumbre de la Organización Mundial de Comercio en Hong Kong tendrá
lugar a principios de diciembre, parece poco probable que las negociaciones
comerciales andinas se reanuden en serio antes de fines de enero o febrero del
próximo año. Esto acerca mucho más todo el programa de discusiones a las
venideras elecciones en todos los países respectivos, haciendo que esos acuerdos
de entrega de las soberanías jueguen un papel como temas más inmediatos en las
campañas electorales. Esto podría afectar a las negociaciones comerciales, ya
que los negociadores irán mirando hacia las perspectivas electorales de sus
gobiernos.
En México, la caída de los niveles de vida como resultado del Acuerdo de Libre
Comercio de Norteamérica puede influir en la reacción mayoritaria. Chile se
orienta sin cese hacia un déficit comercial causado por el aumento de las
importaciones después de dos años de acuerdo comercial con EE.UU. A medida que
pasa el tiempo, existe más y más evidencia que muestra que el "libre comercio"
con EE.UU. es un trago envenenado para la mayoría, ya que beneficia sobre todo a
las corporaciones multinacionales de EE.UU. y a elites locales dispuestas a
vender a su propio pueblo.
Figuras populares inspiradoras como Hugo Chávez constituyen comparaciones
embarazosas en ese contexto para fracasados resentidos y aislados como George W.
Bush y su factótum Vicente Fox. Los medios imperiales prefieren evitar
comparaciones semejantes. Pero a la gente en los países sudamericanos les es
cada vez más difícil ignorar las comparaciones.
Por el momento, después de las observaciones agresivas de Fox en Mar del Plata,
Bush puede afirmar que no sólo EE.UU. tiene problemas con Hugo Chávez: ¡Miren,
también, ha molestado a México! Por su parte, Fox puede agitar su versión de
Chávez como cuco para atemorizar a los electores mexicanos: ¡Miren, el favorito
opositor para las presidenciales, López Obrador, es amigo de Hugo Chávez,
cuidado! Pero a ese lamentable vehículo contra Chávez, que no lleva a ninguna
parte, no le queda mucho aliento.
México – la desilusión persistente de la gente
En realidad, probablemente sea útil enfocar un problema de bastante importancia
para los mexicanos: ¿Decae México? Desciende poco a poco en la lista de las
economías más poderosas del mundo, del décimo sitio en 2003 al duodécimo en
2004. Según los indicadores macroeconómicos del Banco Mundial cualquiera
pensaría que México se encuentra en pleno auge. El producto interno bruto
asciende a más de 670.000 millones de dólares y el ingreso nacional bruto por
persona es de más de 6.700 dólares. Pero, como en todas partes, esas cifras
macroeconómicas carecen de significado si son consideradas ante la inmensa
desigualdad que caracteriza a México, tal como sucede en el resto de
Latinoamérica.
Parece que hasta el Banco Mundial está de acuerdo en que los niveles de pobreza
mexicanos en 2004 son similares a los de los años antes del NAFTA, a principios
de los años noventa. Alrededor de un 50% de la gente vive en la pobreza y más de
un 70% en extrema pobreza: como si alguien tuviera alguna medida fiable de esos
términos; nadie la tiene. De muchas maneras, México aún no se recupera de la
crisis financiera de 1994 y 1995, cuya secuela fue extremadamente agravada por
el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA). El empleo no es una
garantía de seguridad – la mitad de los mexicanos empleados carecen de
prestaciones legales de empleo.
Las posturas de Fox en la escena internacional podrían formar parte de un
esfuerzo desesperado y resentido por agregar un poco de brillo a su presidencia
fracasada. Por cierto, a los mexicanos de a pie les ha ido mal bajo su gobierno.
En julio de este año, las autoridades de EE.UU. cerraron su consulado en Nuevo
Laredo en Tamaulipas. La incontrolable violencia relacionada con el narcotráfico
hacía que fuera inseguro que siguiera abierto. En Ciudad Juárez, aún no se
resuelven los asesinatos en serie de cientos de mujeres, sobre todo trabajadoras
en las numerosas maquiladoras de la ciudad.
Las fuerzas de seguridad violan rutinariamente los derechos fundamentales en
todo el país. La orgía de violencia policial del año pasado contra cientos de
manifestantes contra la globalización en Guadalajara durante la cumbre de ‘libre
comercio’ europeo-latinoamericana fue sintomática. La violencia contra grupos y
activistas ecologistas e indígenas es endémica. Todos estos problemas son
agravados por los cambios sociales y demográficos provocados por el creciente
deterioro agrícola de México.
Recientemente, el senador del PRI José Castro Veracruz denunció que el gobierno
no ha ayudado a las poblaciones que sufren hambre en un 70% de las
municipalidades de ocho estados: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Yucatán,
Hidalgo, Pueblo y Campeche. Es una señal clara de la crisis en las comunidades
rurales de México. Se reporta que la producción de arroz ha caído de 30.000
campesinos que labraban 250.000 hectáreas a sólo 5.000 en 70.000 hectáreas.
México ahora importa arroz para el consumo interior. En 2008, las estipulaciones
del NAFTA significarán que la producción interior de granos básicos de maíz y
frijoles quedará sin ninguna protección.
La principal figura de la oposición, Andrés Manuel López Obrador, a quien Fox
quisiera tildar de demagogo, quiere renegociar el NAFTA para proteger a hasta 3
millones de familias rurales amenazadas por las próximas medidas del NAFTA. El
corolario de la decadencia agrícola es un notable cambio demográfico: cientos de
miles de personas de las áreas rurales se lanzan a buscar de una vida mejor. La
agricultura ha perdido más de dos millones de puestos de trabajo en los últimos
años. Aunque la industria ha creado cerca de dos millones de empleos en el mismo
período, la población económica activa ha aumentado en más de 10 millones. El
"libre comercio" podrá significar importantes aumentos en la inversión
extranjera, pero sólo en ciertos sectores, para un pequeño número de firmas.
Mientras más dinero ingresa al país, aún más se va. La huída de capitales de
México ha alcanzado niveles récord.
Recuperación de los derechos sociales y económicos
En diciembre, Venezuela se convertirá en miembro pleno del bloque comercial
Mercosur. Se unirá a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para hacer que el
Mercosur sea un bloque comercial aún más formidable, a pesar de sus propias
contradicciones internas. En diciembre, también, es posible que Bolivia elija
como presidente al líder campesino progresista Evo Morales. En general, el
gobierno de EE.UU. pierde perceptiblemente terreno en varios frentes en
Latinoamérica. Incluso en el campo militar, sus esfuerzos por ayudar al
narcopresidente Álvaro Uribe a derrotar a las FARC-EP y del ELN en la guerra
civil colombiana han fracasado evidentemente. Este fracaso explica los
crecientes esfuerzos del gobierno de EE.UU. por involucrar a otras naciones
andinas en operaciones militares, como en la reciente quinta Conferencia
Regional de Seguridad instigada por EE.UU. en Quito, capital de Ecuador, a la
que no asistió Venezuela.
México ha expresado su deseo de convertirse en miembro asociado del Mercosur.
Podría ser una oportunidad para EE.UU. y sus aliados para infiltrar más caballos
de Troya en el Mercosur. O podría ser una oportunidad para que un futuro
gobierno mexicano convierta al sur en su norte, como ha dicho Hugo Chávez,
cambiando sus prioridades económicas del enriquecimiento de las multinacionales
y de los acreedores extranjeros a considerar en primer lugar a su propio pueblo.
Como el gobierno de Cuba, las autoridades venezolanas reconocen los derechos
sociales y económicos de su gente. El gobierno mexicano no lo hace en la
práctica, de ahí su incipiente deterioro y la relevancia de la presencia del
movimiento zapatista para un futuro que incluya a todos los mexicanos marginados
por decenios de injusticia social y económica.
Venezuela encara exitosa y prácticamente sus problemas de pobreza y desigualdad
dentro de una estrategia continental basada en la integración soberana. Al
contrario, como todos los demás políticos que venden su soberanía en
Latinoamérica, los actuales dirigentes de México no tienen la menor idea de cómo
superar la pobreza y la desigualdad. Siguen en todo a los deslucidos faldones
del grandioso cascote que solía ser reconocido como EE.UU., y van de fracaso en
fracaso en la satisfacción de las necesidades básicas de su pueblo.
La suspensión de las relaciones diplomáticas a nivel de embajador con Caracas
muestra claramente ese fracaso e indica la ausencia de opciones que encaran
otros países latinoamericanos. La disyuntiva continental a nivel gubernamental
es entre un neocolonialismo de ‘libre comercio’ sin porvenir, estéril, y la
integración soberana que dé prioridad a las necesidades sociales del pueblo por
sobre los beneficios corporativos. Es la versión económica del agresivo mantra
de "con nosotros o contra nosotros" de Bush, la última versión de la diplomacia
estadounidense de "haz lo que queremos, o ya verás".
*Toni Solo es un activista basado en Centroamérica – Para contactos:
www.tonisolo.net