Latinoamérica
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Campesinos brasileros conquistan el agua
Una, entre un millón de cisternas
Beat Wehrle y Sergio Ferrari*
El gran Amazonas está muy lejos y la selva es sólo una imagen de
película.
El agua es aquí un artículo de lujo. La agricultura se ve amenazada y la
sobrevivencia de millones de familias campesinas se convierte en una odisea
cotidiana. Tal la realidad de la región semiárida del Brasil que se extiende en
una superficie de 900 mil kilómetros cuadrados en varios Estados, es decir casi
el equivalente a España y Francia reunidas. En medio de sequías y
economías deprimidas, la lucha de años de los movimientos sociales se
convirtió en victoria y perfila ya una opción de futuro.
" En diciembre del 2004 terminaron de construirme la cisterna y la vida
parece haber comenzado a cambiar ", murmura con enorme emoción José Luiz
Santana, pequeño campesino del municipio de Turmalina, en el valle de
Jequitinhonha, al norte del Estado de Minas Gerais.
Santana, de 57 años, jefe de una familia de 7 hijos, hace más de tres décadas
que vive en esa región, que soporta casi seis meses de sequía crónica. Con
apenas 3 hectáreas de tierra resquebrajada por el fuerte sol, una mínima
producción de hortalizas y de harina de mandioca no le alcanza para sobrevivir.
Lo que lo obliga a trabajar como "obrero rural" en otro campo más grande para
ganar apenas 4 dólares por día. Con doble jornada diaria (su pequeña
parcela y la de su patrón) el físico se agota. Y su enorme dignidad de
trabajador infatigable tiene como contra cara su condición de analfabeta y el
rostro desdentado por una vejez precoz.
"Con la cisterna vamos ya a tener el agua suficiente para el uso familiar
durante los seis meses de sequía, un sueño hecho realidad aunque queda ahora
como desafío de futuro, como lograr agua para las hortalizas y para
regar mi parcela", enfatiza Santana.
UNA VICTORIA DEL MOVIMIENTO SOCIAL
Detrás de la cisterna de Santana, toda una historia de más de un lustro de
luchas del movimiento social brasilero nucleado en la Articulación
en el Semiárido Brasilero (ASA). Plataforma que reúne a más de mil
organizaciones sociales, sindicatos, ONG , parroquias y los más diversos
movimientos a nivel nacional, entre los cuales 70 en la ASA de los Estados
de Minais Gerais.
Y como producto de esa lucha, la implementación del "Programa por 1 Millón
de cisternas rurales", que fue firmado ya en el anterior gobierno pero que
comenzó a funcionar realmente a partir de la llegada de Lula a la presidencia
del país, tal como lo explica Valdemir Lopez Viana quien es el
Coordinador de dicho programa en el Centro de Agricultura Ecológica
Vicente Nica (CAV), la organización más activa en la implementación de las
cisternas en el Estado de Minas Gerais.
Cada cisterna es una simple pero sólida construcción cónica de material robusto
que permite almacenar 16 mil litros de agua de lluvia, con una vida útil de no
menos de 40 años y con un costo cercano a los 1500 reales (unos 650
dólares) por unidad. De los cuales sólo un 20 % será restituido por el
beneficiario, permitiendo alimentar un fondo rotativo gestionado por las
diferentes comunidades locales para la realización de proyectos de impacto
social en ese ámbito.
Más de 100 mil cisternas han sido ya construidas en estos últimos casi tres
años, beneficiando a un número igual de familias de las regiones más afectadas
por la sequía. "Un paso esencial para mejorar la calidad de vida, aunque los
desafíos estratégicos de la capacidad productiva de las mismas quedan todavía
abiertos ", subraya Lopez Viana.
En efecto, cada una de esas cisternas está pensada para resolver el déficit de
agua para el uso doméstico, aunque en esas regiones campesinas, consumo,
autoabastecimiento alimentario, sobrevivencia y mejoramiento de la
calidad de vida son partes indivisibles de una realidad global que espera
respuesta desde años.
"Y es por eso que ya se está analizando la implementación de un nuevo programa,
denominado P1+2 (Una tierra y dos aguas) que busca extender en el futuro el
abastecimiento de agua de lluvia también para las actividades
productivas", señala el técnico del CAV, uno de los expertos en la materia en la
región del Valle de Jequitinhonha.
AGUA Y EDUCACION POPULAR
José Luiz Santana muestra con orgullo la cisterna nueva que comienza a ser
operativa con el inicio de las lluvias. Y no olvida de explicar que "mis hijos
ya fueron formados en cómo se debe limpiar la cisterna, asegurar que se mantenga
siempre útil y nos brinde el agua para beber".
Junto con cada una de las cisternas construidas, se da " un intenso proceso de
educación popular", enfatiza a manera de síntesis Lopez Viana. Un largo proceso
promovido por las organizaciones sociales que incluye una serie de etapas
consecutivas: "el estudio de las familias más necesitadas; la discusión con las
mismas; las construcción participativa de la cisterna; los cursos en salud
pública que van de la mano; el debate sobre la participación financiera del
beneficiario para el fondo rotativo; la gestión del mismo; la construcción de
proyectos sociales" Una cisterna, un gota de agua en el semiárido, una parcela
de utopía colectiva que nace y vive una victoria significativa del movimiento
popular brasilero.
*de regreso de Turmalina, Brasil Servicio de prensa E-CHANGER
Un paso mas adelante
Geraldo Luiz de Macedo es un pequeño agricultor del municipio de Turmalina.
Luego de varios años de trabajar en la zafra de azúcar en San Pablo decidió
retornar a su lugar de origen y lanzarse a la producción. Favorecido por una
cisterna del Programa "Un Millón" y cercano a una fuente de agua natural ha
hecho de su pequeña parcela un paraíso productivo. Actualmente, vende sus
productos (principalmente hortalizas frescas) cada sábado en el mercado de
Turmalina. Equipado de un carro de transporte (de su propiedad) puede
comercializar así los productos agrícolas. Una doble gota de agua (cisterna y
vertiente natural) que proyecta toda la posibilidad de " erradicar " a fondo la
sequía. Dos gotas de agua y una propuesta productiva de vida que tiene hoy sabor
a doble victoria
(Tuto Weherle y Sergio Ferrari)