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Recta final de unas elecciones históricas: Bolivia: ¿un indígena presidente?
Alex Contreras Baspineiro*
Alai-Amlatina, , Trinidad (Beni).
Las elecciones generales del 18 de diciembre de 2005, en Bolivia, quedarán
para siempre escritas en la historia del país y del continente en su conjunto,
no sólo porque se elegirá al futuro Presidente de la República ni a los
parlamentarios ni menos a los prefectos, sino sobre todo se definirá, a través
de las urnas, el futuro de todo un pueblo.
Aunque, en los bolivianos y bolivianas, cada vez existe menos credibilidad en
las encuestas por el descarado manoseo que se realiza, en todas -incluida la de
la embajada norteamericana- el virtual ganador es el candidato del Movimiento Al
Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), Evo
Morales Aima.
Evo, a pesar de haber sido durante años víctima de la cárcel, el confinamiento,
la represión y la satanización a los movimientos sociales y actualmente es
víctima de una guerra sucia a través del poder mediático, se ha convertido en el
líder del movimiento campesino, indígena, originario, popular y de diferentes
sectores sociales de Bolivia.
El líder boliviano, en esta coyuntura -aliado con importantes sectores de
profesionales y empresariales incluidas casi todas las organizaciones populares-
prioriza en su lucha, su discurso y su accionar diario la defensa de la dignidad
y la soberanía nacional, la justicia social para las mayorías históricamente
discriminadas, la recuperación de los recursos naturales y las transformaciones
estructurales para la nación.
Miles de evos Evo desciende de una familia aymara, nación indígena que tiene
como pilares fundamentales en la formación de toda persona, tres palabras
sabias: ama sua (no seas ladrón), ama quella (no seas flojo), ama llulla (no
seas mentiroso); con el correr del tiempo se agregó otra: ama llunku (no seas
servil).
Desde el momento de su nacimiento, la vida del dirigente fue muy difícil: casi
muere al nacer, creció como un niño llamero que realizaba trabajos agrícolas;
para continuar estudios trabajó de panadero, ladrillero, trompetista y fue
deportista.
Afectado por los desastres naturales, junto a parte de su familia y vecinos de
su tierra natal migraron, hacia la zona cocalera del Chapare, territorio
convertido hace 25 años en su trinchera de lucha.
Su carrera sindical la empezó desde abajo: por su pasión por el deporte y por su
honestidad, su primer cargo fue precisamente para organizar actividades
deportivas, desde allí tuvo un ascenso vertiginoso, actualmente es secretario
ejecutivo de la Federación del Trópico de Cochabamba, presidente de las Seis
Federaciones del Trópico y jefe del MAS-IPSP.
En 1985, cansado de sentirse escalera política, junto a otros dirigentes
sindicales, determinaron impulsar la formación de un nuevo instrumento político
de las organizaciones campesinas, indígenas y originarias.
En solo 10 años y junto a otros sectores populares, el MAS- IPSP se ha
convertido en la primera fuerza política de este país.
La consolidación de ser la primera fuerza política ha ocasionado una reacción
inusitada en la embajada norteamericana: un informe del Consejo de Inteligencia
de EEUU, denominado ³Mapa del Futuro Global² identificó a Venezuela y Bolivia
como dos países que forman parte del ³eje del mal². La administración de George
W. Bush, bajo el pretexto de ³terrorismo internacional² puso en la mira al
gobierno bolivariano de Hugo Chávez y al Movimiento al Socialismo (MAS).
A Evo no sólo le acusan de ³narcoterrorista², ³guerrillero² y ³narcotraficante²
sino que desde las esferas del sistema y del poder mediático se ha desatado una
campaña contra su persona e integridad, pero sobre todo contra los movimientos
sociales en su conjunto.
A pesar de esa sucia campaña, la única respuesta es la verdad.
El que fue un humilde niño llamero -como cientos y miles de los que existen hoy
en el árido altiplano boliviano- se ha convertido en una pesadilla para el
imperio, el neoliberalismo y las transnacionales, pero en una esperanza para el
pueblo, para las mayorías nacionales.
Sin embargo, es bueno destacar que a lo largo del territorio nacional, cada vez
más, crecen las voces de que en Bolivia existen miles de Evos.
La estrategia comunicacional Sin recurrir a asesores ni expertos internacionales
que significan miles y miles de dólares -un insulto para un país pobre como
Bolivia- el MAS-IPSP delineó una estrategia comunicacional y de campaña
horizontal, participativa, desde abajo.
Mientras los partidos tradicionales como PODEMOS del ex adenista y ex presidente
Jorge Quiroga, UN del empresario ex mirista Samuel Doria Medina o AUN del ex
socio del MNR Manfred Reyes Villa recurrieron al poder mediático para tratar de
convencer a la población, la campaña del MASIPSP fue de puerta a puerta, de
barrio a barrio y de pueblo a pueblo.
Por eso, a 12 días de las elecciones generales no sorprenden los resultados de
las diferentes encuestas que con diferentes márgenes dan como ganador a Evo; sin
embargo, también alertan que el Parlamento Nacional y las Prefecturas
Departamentales podrían estar controladas por los partidos tradicionales
haciendo ingobernable el país.
¿A qué juega el poder mediático? Por una parte, a tratar de intimidar a una
parte de la población de los cambios estructurales que se vienen y por otra, a
favorecer a los candidatos del sistema, sobre todo a PODEMOS y UN.
La guerra sucia propiciada por los partidos tradicionales no sólo llegó a
involucrar a los principales candidatos del MAS: Evo y el intelectual Álvaro
García Linera, sino sobre todo a la dignidad, el sentimiento y la honorabilidad
de todos los bolivianos y bolivianas que, además en esta coyuntura no necesitan
simples promesas sino propuestas concretas.
Definitivamente los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, cambiaron
radicalmente en los últimos años.
Recordemos que en dos años expulsaron a dos presidentes y en los últimos cinco
echaron a dos transnacionales.
Los movimientos sociales -incluso sin un solo interlocutor político, ahora ese
rol lo juega el MAS-IPSP- se encuentran más fortalecidos que nunca.
Por eso, las tendencias mediáticas que obedecen a los intereses empresariales no
quieren hacer ver esta realidad, sino la otra ficticia que Bolivia camina hacia
la ingobernabilidad.
El MAS-IPSP en su programa de gobierno resume las demandas populares: la
nacionalización e industrialización de los hidrocarburos para que todo el gas y
el petróleo que salgan de los pozos sean propiedad boliviana y no de las
transnacionales; la Asamblea Constituyente para refundar el país con y para
todas las naciones originarias y todos los sectores sociales; las autonomías
para los pueblos que significa la refundación y descentralización política de la
República para que las regiones cuenten con capacidad de decisión política y
administrativa; el plan de desarrollo productivo que es un nuevo modelo
económico de reciprocidad y complementariedad económica; la ley contra la
corrupción y la impunidad que está basada en la investigación de fortunas,
eliminar los gastos reservados y crear una nueva escala salarial para los
funcionarios públicos.
Además el plan se complementa con una ley de tierra productiva que tiene como
meta acabar con el latifundio y la inmediata titulación de tierras para pueblos
indígenas, campesinos y pequeños propietarios y la seguridad jurídica para todos
quienes trabajan la tierra; un plan eficaz de seguridad ciudadana para llevar a
cabo una política de seguridad desde una perspectiva preventiva, con base en la
inclusión social; la creación de un nuevo Sistema de Seguridad Social para dar
cobertura de salud en tres niveles: nivel primario (consultas de medicina
familiar), nivel secundario (de internación y especialidades) y el tercer nivel
(hospitalario) y una ley para transformar la educación y revalorización de la
cultura con la abrogación de la Ley de Reforma Educativa, garantizando la
vigencia y calidad de la educación fiscal gratuita en un solo sistema educativo
nacional y lograr una educación comunitaria fundada en la interculturalidad
respetando la plurinacionalidad y el plurilingüismo.
Esas demandas recogidas en el programa del MAS-IPSP fueron planteadas en las
guerras de octubre de 2003 y mayo y junio de 2005, ningún otro partido las hizo
suyas por temor a los cambios estructurales necesarios para el país.
Con podemos, no jodemos De acuerdo a todas las encuestas, el segundo lugar en la
preferencia electoral lo ocupa el candidato preferido de la embajada de Estados
Unidos, las transnacionales y los políticos tradicionales: el jefe de PODEMOS,
Jorge Quiroga Ramírez.
Quiroga Ramírez, adenista, sucesor del extinto presidente Hugo Banzer Suárez,
privatizó en su corta gestión de gobierno las refinerías petroleras, emitió un
decreto que liberó a las transnacionales de su obligación de perforar un pozo
por parcela, concedió adjudicaciones mineras a empresas norteamericanas dentro
de los 50 kilómetros de las fronteras, ordenó la sustracción de 19 millones de
dólares correspondientes a los gastos reservados 48 horas antes de abandonar el
gobierno.
Además, este candidato, cuando estalló la ³guerra del gas², se encontraba en
Miami (Estados Unidos) recordando -tal vez- los 33 ciudadanos bolivianos
asesinados en su corta gestión.
Esa es una pequeña parte de las acciones del candidato de PODEMOS que,
contrariamente a lo que plantea el MAS-IPSP, se opone a la nacionalización de
los hidrocarburos, quiere una reforma de la constitución y no una Asamblea
Constituyente, se inclina por una autonomía para beneficiar a los grupos de
poder y además pretenden consolidar los pilares de la política neoliberal.
Como afirmó Evo, en una masiva proclamación en la población de Tupiza (Potosí),
las elecciones de diciembre no sólo servirán para cambiar gobernantes ni un
programa de gobierno, sino la propia historia. ³En una balanza están en juego:
el poder de la prebenda, la corrupción y la política tradicional y el poder de
la conciencia, de las mayoría nacionales, del cambio².
Los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, tienen la palabra, la
decisión y su suerteS *Alex Contreras Baspineiro es periodista y escritor
boliviano.