Latinoamérica
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Lo que viene en Bolivia
Ernesto Carmona
El mostrador
Con Evo Morales Aima, Bolivia inicia una nueva etapa de su historia política
y social. Ahora comenzarán a sonar apellidos más bien excluidos, como Condori y
Mamani. Por ejemplo, David Choquehuanca integra con Juan Ramón Quintana la
comisión política designada en un ampliado popular del MAS en Cochabamba para
negociar la transición con el gobierno saliente.
La novedad es que por primera vez en 20 años hay un período de transición entre
dos gobiernos. La mayoría absoluta de Morales hizo innecesaria 'la segunda
vuelta del Congreso', que solía designar al presidente apenas un par de días
antes del plazo fatal y, por lo demás, sin que importaran los votos obtenidos
por el afortunado, que podía ser el segundo o el tercero.
La asunción de Morales será la primera en que un presidente asuma en el Congreso
sin la pompa y circunstancia de la vestimenta convencional. 'Vamos a ver si me
pongo traje, todavía no hemos considerado ese aspecto', dijo Evo Morales,
hablando ante una asamblea del MAS en Cochabamba. Y probablemente haya una
segunda versión popular, con rituales indígenas, en la Plaza San Francisco,
escenario tradicional de grandes manifestaciones de La Paz.
Pavorosa realidad
Suena exagerado, pero la pobreza hizo de Bolivia un pedazo de Africa enclavado
en el Altiplano, aunque con mejores esperanzas que Haití, de donde ya
prácticamente se llevaron todo, hasta los árboles. Bolivia en cambio, aún tiene
hidrocarburos, o sea, gas y petróleo.
Afirmar que existen formas de esclavitud suena todavía más exagerado. Las redes
de radios católicas Fides y Erbol transmiten rutinariamente avisos de la UNESCO
contra el 'trato de personas', es decir, tráfico de seres humanos, mejor dicho,
esclavos, principalmente mujeres menores en cautiverio sexual. Los testimonios
de las niñas son atroces, denigrantes, desgarradores... Un enorme drama en un
aviso de un par de minutos.
En las haciendas de Santa Cruz, la provincia dominada por grandes terratenientes
blancos, existen 'relaciones laborales' bajo nuevas formas de esclavitud. En el
Beni, los señores feudales campean en pueblos guaraníes como Araona, Baure,
Chimán, Ese Ejja, Itonama, Leco, Mosetén, Movima, Moxeño, Nahua, Pacahuara,
Tacana y Yuminahua cuyos habitantes recolectan castañas en condición de
esclavos.
La denuncia no proviene de los partidarios de Morales, sino de Rosario Baptista,
consultora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Bolivia. El
ministerio del Trabajo no tiene información ni autoridad respecto a estos
abusos. Los indígenas terminan endeudados y obligados a permanecer en barracas
hasta el fin de la zafra castañera para pagar deudas en especies que los obligan
a regresar al año siguiente.
En un régimen muy parecido al de las antiguas salitreras del norte de Chile, el
trabajo no se paga en efectivo, sino en especies. 'Ellos usufructúan la mano de
obra barata de los trabajadores que están en condiciones de semiesclavitud,
porque la retribución salarial se hace a través de alimentos y ropa a precios
muy altos y no existe equitativa compensación económica', afirmó Alicia Muñoz
Ala, senadora del MAS por Oruro.
La disciplina es dura. 'En algunas casos, cuando no cumplen sus tareas son
golpeados o reciben latigazos', dijo Francisco Limaco, dirigente indígena de
Riberalta, zona castañera de la provincia Vaca Díez, del Beni. Limaco recordó
que su padre fue atado a un árbol y castigado en público con 20 latigazos por
una 'falta laboral'. Las tareas son vigiladas por guardias armados.
Mayoría indígena
En Bolivia no se ha dictado --ni necesitado-- ninguna ley de apartheid, como en
Sudáfrica. La pobreza urbana de La Paz convive hacinada con el tráfico automotor
y el tumulto de las calles céntricas, en aparente sumisión pacífica a su
infortunio, simplemente porque así lo quiere Dios, como predican las radios
evangélicas que abundan en Bolivia. Para los evangelizadores, el problema es
otro: 'Si estás contra las drogas, el aborto y la delincuencia, ...piensa muy
bien por quién vas a votar', proclamaba la propaganda radial electoral de las
múltiples filiales locales de sectas protestantes estadounidenses y sus
numerosos avisos en radioemisoras propias y ajenas. Hubo una 'guerra sucia',
encubierta y mediática, que varió de 'alta' a 'baja intensidad' con la llegada
de observadores internacionales en el último tramo de la campaña electoral. Y la
verdad es que la campaña sucia sirvió de poco. Más bien concitó mayor apoyo
hacia Morales.
En las calles de La Paz y Santa Cruz conviven ganadores y perdedores, como en
tantas urbes latinoamericanas. Pero aquí los perdedores pertenecen a etnias que
hablan quechua, aymara, chiquitana o guaraní, y por supuesto, el idioma de
Cervantes. Los afortunados caminan rápido o circulan en automóvil, mientras los
estratos de perdedores menos desafortunados --la pobreza también está
segmentada-- administran sus minúsculos comercios ambulantes, en tanto otros
simplemente piden a cambio de nada, como suele ocurrir también en Santiago.
Quienes tratan de rasguñar algo que comer con la venta de cualquier cosa
mantienen a los niños durmiendo el hambre sobre las veredas, metidos en una
cesta, con el clásico gorro indígena que deja libre la nariz, los ojos y unas
mejillas coloradas, abrigados con chombas tejidas por ellos mismos.
Industriosas mujeres de edad mayor hilan lana de llama con una pequeña rueca de
madera que gira como un trompo, tal como lo vienen haciendo por siglos, sentadas
sobre las veredas, a la espera de clientes para sus tejidos, mientras otras
mujeres más jóvenes conversan en sus lenguas amamantando a hijos que se ven
demasiado grandes como para ser lactantes, pero no tienen otro alimento que
darles. Todo esto ocurre al paso de los transeúntes y a 3.400 mt de sobre el
nivel del mar. A pesar de la altitud de La Paz, las mujeres trotan en subida
para alcanzar un mini-bus japonés, cargando sobre la espalda un bulto que bien
puede pesar unos 20 kg y que muchas veces incluye a un niño. Resulta increíble
ver a tanta mujer indígena cargada como si fuera una mula, 'cholas'
aparentemente robustas, de amplias caderas, cubiertas además por varios kg de
pesada indumentaria, tanta que siembra dudas sobre la naturaleza real de su
apariencia gorda.
En ciertas esquinas clave hay mercados de mujeres que ofrecen su fuerza de
trabajo doméstico paradas verticalmente sobre la vereda, impasibles, bregando
por alguna pega de lavado o planchado que les permita pasar a la jornada
siguiente. En este espectáculo del siglo 21 no hay nada parecido al circo
romano: la muerte por hambre es aséptica, nada vistosa, sin sangre fluyendo
sobre el empedrado. Y los gladiadores que sucumben son mayoritariamente
indígenas y, por añadidura, pobres, personas de tercera o de ninguna clase,
genérica y peyorativamente llamadas 'cholas' sin son hembras. ¿Qué pasará ahora
que un cholo es Presidente? Para esa gente renace una esperanza.
Panorama económico
Bolivia es rica en hidrocarburos, pero la ley aprobada en el gobierno de Carlos
Mesa no estableció la participación boliviana de 50% a que aspiraba el MAS.
Empero, esas regalías (o 'royalties') ya produjeron más de 400 millones de
dólares que benefician a prefecturas y municipios, según el senador MAS Antonio
Peredo Leigue, periodista y hermano de Coco e Inti, los legendarios camaradas
del Che. Las exportaciones de este año ascenderán a 2.500 millones de dólares,
un récord para Bolivia. El futuro es promisorio, también para las compañías
petroleras.
Morales desea cambiar las reglas del juego y hacer que las petroleras paguen
más, pero necesita modificar la ley de hidrocarburos. El presidente electo
anunció nuevas relaciones con el capital extranjero, 'en calidad de socio, no de
patrón'. Y tiene mayoría poco holgada en la Cámara Baja, con 66 legisladores
seguros --sobre un total de 130-- por haber obtenido 51% de los votos de
diputados, pero la situación es más crítica en el Senado.
En Bolivia hubo tres elecciones más. Aparte de la presidencial, se eligieron 27
senadores que integran la Cámara Alta a razón de tres por distrito, 130
diputados y, por primera vez, se eligió a prefectos o gobernadores de las nueve
regiones o departamentos del país. En el Senado hay un virtual empate entre el
MAS y el Poder Democrático Social (Podemos) --del derrotado candidato Jorge
Quiroga--, nuevo nombre de Acción Democrática Nacionalista (ADN), fundada por
Hugo Bánzer cuando dejó de ser dictador (1971-1978) para regresar al poder como
presidente elegido (1997-2002), con Quiroga como vicepresidente, quien debió
completar el período.
El MAS y el Podemos tienen 13 senadores cada uno. El voto dirimente pertenece al
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de El Beni, el partido de Víctor
Paz Estensoro que condujo la revolución de 1952. Pero este este esquema podría
cambiar durante los 25 días que, según la ley, puede tardar el recuento oficial,
es decir, hasta el 12 de enero. La transmisión presidencial será el 22.
La otra oposición
Dejando de lado la 'guerra sucia' previa a las elecciones, la oposición política
se ha portado 'caballerosamente' desde que los demás candidatos (hubo ocho
aspirantes presidenciales) reconocieron el triunfo de Morales, cuyo primer
oficio fue pastorear llamas, antes de erigirse en líder de los sindicatos
campesinos de El Chapare y adquirir proyección nacional e internacional. La
amenaza proviene de algunos líderes de organizaciones empresariales de ganaderos
y propietarios de tierras de Santa Cruz. Por ejemplo, el dirigente Boris
Marincioni dijo (lunes 19) que 'los empresarios no están obligados a respetar la
democracia si Morales cambia las reglas'.
Hay sectores más moderados, comenzando por las propias petroleras, a quienes
Bolivia necesita forzosamente para aprovechar su riqueza en el actual esquema
mundial de la industria de hidrocarburos. Y el presidente electo exhibe más
capacidad de 'gobernabilidad' que cualquiera otra figura política de su país,
por su extraordinario ascendiente sobre una masa empobrecida que no tiene nada
que perder.
Esta semana Morales intercambió garantías de estabilidad con la banca privada.
Después relató, ante una asamblea del MAS en Cochabamba --donde suelen
efectuarse sus reuniones masivas--, que los banqueros garantizaron 'trabajo por
la estabilidad macroeconómica' y aseguró que su futuro gobierno 'otorgará
garantías plenas al sector privado', probablemente concitando escozor en 'la
oposición de izquierda'. La próxima semana irá a Santa Cruz a dialogar con las
organizaciones empresariales locales.
Todos estos contactos de 'gobernabilidad' suscitan estridentes críticas en la
izquierda radical. El dirigente sindical Ramón Loayza, a la vez senador del MAS,
dio también a Morales un plazo de 90 días para una nueva ley de hidrocarburos,
sólo que lo hizo antes de las elecciones. El MAS no es un partido vertical como
otras tiendas latinoamericanas de cualquier signo. Es un movimiento de
organizaciones sociales y sindicales, cuyos dirigentes suelen levantar exaltados
discursos destinados más bien a los oídos de las bases.
Los '90 días' fueron repetidos por la Central Obrera Boliviana (COB), la Central
Obrera Regional (COR) y otras representaciones más simbólicas que reales, cuyas
amenazas adquieren generosa resonancia en televisión. Mucha gente de clase
media, pequeños comerciantes urbanos, taxistas y oficios diversos sin militancia
alguna, votó por Morales para que Bolivia regrese a la 'gobernabilidad', después
de años de todo lo contrario.
Morales debe conciliar hacia izquierda y derecha. 'Con humildad y firmeza (...)
hacemos de nuevo un llamado público a que todos los sectores se sumen, no sólo
los movimientos sociales', dijo en Cochabamba, ante una ovación de sus
seguidores. 'Vamos a demostrar que podemos gobernar y la gobernabilidad la
garantizamos con los movimientos sociales, los partidos que apoyan al cambio y
la comunidad internacional'.
Desde Cochabamba, Morales criticó a los sectores radicales y organizaciones de
vecinos de El Alto, cerca de La Paz, que insisten en 'los 90 días' para
nacionalizar los hidrocarburos. 'Tenemos una enorme responsabilidad histórica y
en este marco los plazos que dan algunos son el mejor instrumento del imperio y
de la oligarquía (...); en cambio nosotros hemos ganado para los próximos 50
años', aseguró Morales en presencia de dirigentes de una veintena de
organizaciones sindicales, senadores y diputados electos en Cochabamba.
El apetito por los cargos también es grande. El senador Antonio Peredo aclaró
que Morales consulta a los sectores sociales antes de elegir a sus ministros,
pero en última instancia tiene derecho a designar a sus colaboradores. 'No se
trata de que las organizaciones sociales, dirigente del MAS y parlamentarios
elijan ministros sino que en el MAS hay la práctica de la consulta, pero esto
está balanceado por la facultad del presidente para nombrar a sus ministros',
aclaró Peredo.
Algunas organizaciones formulan 'el plazo de 90 días' para demostrar a sus
seguidores que cobran su apoyo electoral. Pero agobian al presidente electo
solicitándole cargos y ministerios. Morales dijo claramente que no habrá 'pegas'
como retribución a votos.
Perú, Paraguay, Argentina, Brasil, el Príncipe de Asturias, el economista
uruguayo Enrique Iglesias y varios premios Nóbel han confirmado su presencia en
el acto de cambio de gobierno del domingo 22 de enero. El presidente Ricardo
Lagos anunció que no iría, pero de manera poco cortés y nada diplomática, gesto
que no tuvo cuando asistió a las exequias del ex dictador Bánzer. El desaire
afecta más al presidente saliente, abogado como él, encargado de invitar a uno
de los cambios de mando más concurridos de la historia del país, con unos 700
periodistas, camarógrafos y fotógrafos más interesados en registrar espectáculos
de consumo mediático que en informar sobre la realidad de este esperanzado país.